Los planes de pensiones son una fórmula que permite canalizar parte del ahorro generado durante la vida laboral de una persona con el objetivo de obtener unos ingresos complementarios a la pensión en el momento de la jubilación. Existen muchos tipos diferentes de planes de pensiones, dependiendo de quién sea su promotor, el tipo de aportaciones que se realicen o la política inversora que sigan.
Un plan de pensiones es un vehículo de ahorro-inversión a largo plazo destinado a acumular un capital que complemente la pensión de jubilación. Quien contrata un plan de pensiones va realizando aportaciones puntuales o periódicas al plan a lo largo de los años. Las aportaciones son invertidas por los gestores del plan en diferentes activos financieros, a través de los fondos de pensiones, con el objetivo de obtener una rentabilidad por ellas.
Te puede interesar: Las aportaciones a planes de pensiones individuales descendieron un 9 % hasta septiembre
En el momento de la jubilación o en aquellas otras situaciones en las que está permitido rescatar el plan de pensiones -como en caso de desempleo o de enfermedad grave-, el capital que haya sido generado por las aportaciones y sus rendimientos será devuelto al beneficiario, bien todo junto, bien en forma de renta periódica. Una de las ventajas de los planes de pensiones es su tratamiento fiscal, ya que no se tributa por ellos hasta el momento del rescate. Una primera clasificación de los planes de pensiones tiene en cuenta quién es su promotor. Así, existen:
- Planes de pensiones individuales, promovidos por bancos y otras entidades financieras y contratados a título individual por sus clientes.
- Planes de pensiones de empleo o colectivos, que están promovidos por empresas que quieran contribuir al ahorro de cara a la jubilación de sus propios empleados. Las aportaciones al plan de pensiones las puede realizar tanto la empresa promotora como cada empleado individualmente.
- Planes de pensiones asociados, que son promovidos por sindicatos u asociaciones para sus afiliados o socios, que son los que realizan las aportaciones.
Una segunda clasificación de los planes de pensiones hace referencia al tipo de activo en el que invierte el fondo de pensiones:
- Renta fija: el capital aportado es invertido en activos de renta fija, tanto pública como privada, como son las letras del tesoro o los bonos. Son activos que, en teoría, tienen menor riesgo, pero también menor rentabilidad.
- Renta variable: estos planes de pensiones invierten en activos de renta variable, como acciones de compañías cotizadas. El riesgo es mayor que en la renta fija, al igual que su rentabilidad.
- Renta mixta: son planes de pensiones que combinan inversiones en activos de renta fija y variable, aprovechando las ventajas de unos y otros.
- Garantizados: se garantiza al titular la recuperación del capital invertido, siempre y cuando espere a la fecha de vencimiento del plan para retirar el dinero.
¿Cómo elegir el plan de pensiones en función de tu perfil?
La primera reflexión para escoger un plan de pensiones es tener claro cuál es tu perfil como inversor. Para un perfil conservador, con aversión al riesgo, los preferibles son los planes de pensiones garantizados o de renta fija. Para personas que estén dispuestas a asumir más riesgo a cambio de obtener un mayor rendimiento, los planes de pensiones de renta variable pueden ser una buena opción. Quienes deseen diversificar los riesgos, pueden optar por los planes de pensiones de renta mixta, que combinan las ventajas de los activos de renta fija y variable.