El presidente del Gobierno en funciones y secretario general del PSOE habló “claro” y dijo lo que dijo “donde lo tenía que decir”: frente a los suyos, en el Comité Federal socialista. Así se expresaba una dirigente de una federación del PSOE que un día compartió gabinete con Pedro Sánchez a la salida del cónclave celebrado este sábado en el cuartel general del partido ubicado en la madrileña calle de Ferraz. “El resultado es 30-1″ favorable a la amnistía, apostillaba una voz autorizada en el partido.
Sánchez dejó a un lado la ambigüedad que acostumbraba a los periodistas a leer entre líneas para abrazar sin tapujos la amnistía a los encausados por el procés catalán, una de las principales exigencias de Junts y ERC para avalar la investidura del líder del Ejecutivo. El líder socialista consumó su cambio de opinión y no se escondió para justificarlo: “La pregunta que debemos hacernos y responder a la sociedad española es muy sencilla, ¿ha cambiado algo en la realidad que justifique un cambio por nuestra parte? La respuesta es sencilla: Sí, las elecciones del 23 de julio”.
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El secretario general del PSOE dijo en público algo obvio: “Esta medida es una condición para que pueda haber un gobierno de progreso y para evitar un gobierno de la derecha y la ultraderecha”, ya que a su entender, PP y Vox “perdieron las elecciones el pasado 23 de julio” al no conseguir la mayoría absoluta que esperaban.
“Cierto es que el programa electoral solo puede ser idéntico al programa de investidura cuando un partido vence por mayoría absoluta y no precisa del apoyo de ningún otro partido político [...] Nuestro programa de investidura debe incorporar demandas de otros grupos parlamentarios. Lo sabe bien la derecha que aprendió súbitamente a hablar catalán en la intimidad para ganar la investidura. Y, por cierto, sin tener que soportar por ello el habitual torrente de insultos que nos dedican a nosotros”, añadió Sánchez para justificar que su partido se abra ahora a esta medida que hasta antes de las elecciones, era “inconstitucional” en los términos que planteaban los partidos independentistas.
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En cualquier caso, pidió aprovechar la coyuntura para avanzar hacia “el reencuentro y la superación del trauma de la ruptura que vivimos en 2017″. “Cataluña está lista para el reencuentro total. Los representantes de más del 80% de los catalanes respaldan esta medida. Y por esas mismas razones, en el nombre de España, en el interés de España, en defensa de la convivencia entre españoles, defiendo hoy la amnistía en Cataluña por los hechos acaecidos en la década pasada”, resumió para avalar sin cortapisas la medida sobre la que ha girado el marco informativo desde el pasado 23 de julio.
Page critica el fondo y la forma
A partir de ahí, la treintena de dirigentes que tomaron la palabra avalaron en mayor o menor medida esta iniciativa, según coinciden varias fuentes presentes en el Comité Federal. Todos menos el que ya se esperaba: Emiliano García-Page. De hecho, la mayoría de asistentes aplaudieron el discurso del líder socialista menos la delegación de Castilla-La Mancha con Page a la cabeza. “Hay una concepción profunda de que este es un contexto especial. Y lo socialistas sabemos leer los momentos”, apostilló una importante exdirigente del PSOE ante la posibilidad de que una repetición electoral vuelva a dar alas a PP y Vox.
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El presidente castellanomanchego y único barón territorial con mayoría absoluta manifestó frente a Sánchez su rechazo a la amnistía. “No dijo nada diferente” a lo que había dicho minutos antes de entrar a la sede de Ferraz, como apostilló esta voz. Fuentes cercanas al secretario general del PSOE en este territorio afirmaron que Page explicó “con contundencia y respeto sus razones políticas sobre la inconveniencia de una amnistía”.
Y es que, más allá del debate sobre si es o no constitucional, esta medida “choca” con el proyecto político socialista. Además, teme que “no hay garantías de que el independentismo renuncie a volver al punto de partida”. En su análisis sobre los resultados electorales del 28-M y del 23-J, afeó el “peso alto” de los pactos con ERC y EH Bildu a pesar de su valoración positiva de la política económica, social e internacional.
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También, aunque mostró su apoyo al pacto de coalición con Sumar, que ya lo calificó de “positivo”, en el Comité Federal cuestionó la estrategia seguida por el PSOE en la negociación de cara a la investidura de Sánchez, pues a su entender, las conversaciones deberían “haberse centrado en hacer elegir a los partidos” entre un gobierno del PSOE o un ejecutivo de PP y Vox: “En esa fuerza negociadora está convencido de que le hubiera ido bien al PSOE”, ha lamentado, según estas fuentes.
Page se lleva los reproches
Dentro del apoyo abierto a la línea marcada por Sánchez de cara a su investidura, así como a la estrategia de negociación con los partidos independentistas y nacionalistas, “incluso por la federación aragonesa” liderada por Javier Lambán (fue el único líder territorial que se ausentó por estar de baja por enfermedad), varias de las intervenciones de los dirigentes territoriales han dedicado “alguna pullita” velada a Page por mostrar sus diferencias con la dirección fuera de los órganos del partido.
El más directo fue el líder de los socialistas en la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, que “recogió una frase suya” para darle respuesta. También, el secretario general del PSdeG, Valentín González Formoso, ha criticado la “deslealtad” que supone “hablar fuera de los órganos del partido”. De hecho, a su salida, Page se refirió a las críticas recibidas dentro del Comité: “Alguno siempre se desahoga”.
En cualquier caso, el presidente castellanomanchego aseguró que “acatará” el resultado de la votación, aunque “no ha encontrado ningún argumento para cambiar de opinión”. Eso sí, mantendrá “en secreto” su decisión acerca de la consulta que se celebrará la próxima semana y ha sido probada este sábado por el máximo órgano entre congresos. “¿Apoyas el acuerdo para formar un gobierno con Sumar y lograr el apoyo de otras formaciones políticas para alcanzar la mayoría necesaria?”, es la fórmula elegida para saber lo que opinan los militantes sobre el futuro del partido.