Paco Plaza estrena ’Hermana Muerte’ en Netflix: “El catolicismo es ‘body horror’ en su máxima expresión”

El director amplía el universo de ‘Verónica’ en esta película que se adentra en los años de la postguerra en un convento reconvertido en escuela donde el peso del pasado violento resurgirá

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"Hermana muerte" es una precuela
"Hermana muerte" es una precuela de "Verónica", una película de terror que se estrenó en 2017. (Créditos: Netflix)

En 2017, Paco Plaza estrenó Verónica, basada en el llamado Expediente Vallecas, uno de esos casos paranormales que se insertan dentro de la crónica negra de nuestro país y que le sirvió para componer una de las obras de terror más personales de nuestra cinematografía, en la que se mezclaba la nostalgia ochentera, la represión social y religiosa de la época y la creación de monstruos alrededor de la adolescencia.

Ahora, después del thriller junto a Luis Tosar Quien a hierro mata y La abuela, regresa al territorio de Verónica a través de una precuela que se encarga de contar la historia de esa religiosa ciega que aparecía en la película original y a la que daba vida Consuelo Trujillo.

Tráiler oficial de 'Hermana muerte', dirigida por Paco Plaza

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“Cuando hice Verónica no se me pasó por la cabeza que pudiera seguir expandiendo su universo, la verdad”, confiesa el director a Infobae España. “Sin embargo, cuando la película se estrenó en Netflix y alcanzó tanta repercusión internacional, me propusieron seguir desarrollando esas ideas, y me acordé de una de las frases que decía Consuelo Trujillo refiriéndose a sus ojos: “Eso me lo hice yo a mí misma”. Era como una especie de enigma, así que fue el punto de partida a la hora de desarrollar Hermana Muerte, ¿qué le pasó a su personaje?”

Una novicia en apuros

Aria Bedmar en 'Hermana muerte',
Aria Bedmar en 'Hermana muerte', de Paco Plaza (Netflix)

En la película, conoceremos a Narcisa (la revelación Aria Bedmar), una joven novicia que llega a un convento reconvertido en escuela para niños sin recursos durante la época de la postguerra. Cuando era pequeña, se dice que tuvo visiones de la Virgen, y, ahora, se encuentra sumergida en una crisis de fe, porque ha dejado de sentir su presencia.

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En ese contexto, llegará a un lugar hostil en el que las paredes están llenas de disparos (el paredón donde se hacían las ejecuciones) y en el que hay objetos de su habitación que se mueven solos mientras otros desaparecen. Parece como si una presencia incorpórea quisiera indicarle lo que ocurrió allí en el pasado. ¿Qué secretos esconde ese lugar?

El internado al que irá
El internado al que irá a trabajar la protagonista de 'Hermana Muerte' (Netflix)

Lo importante, que el director consigue imprimir su sello personal, que sigue apostando por una forma diferente a la hora de acercarse al terror y que, en este caso, explota la iconografía religiosa de una manera imaginativa y poderosa. “Las creencias religiosas entroncan mucho con lo sobrenatural. Es decir, Jesucristo muere y resucita, es decir, que se levanta de entre los muertos. Todos los dogmas de fe tienen ese elemento empíricamente imposible de demostrar”, comenta el director. “Yo creo que el catolicismo nos ha programado para creer en lo sobrenatural”, apunta.

La herencia de la violencia del pasado en nuestro presente

“Además, la iconografía es imbatible. Recuerdo que cuando estaba en el colegio de los salesianos en Valencia, en mi clase había un Cristo con una corona de espinas y la cara llena de sangre. ¿Qué puede haber más gore? Y después están los martirios de los Santos, de San Sebastián, de San Lorenzo, que lo asaron. La tradición religiosa está plagada de historias truculentas y bizarras que normalizamos porque han sido hegemónicas, pero tienen una plástica que conecta con el body horror. O sea, el catolicismo es body horror en su máxima expresión”.

Sandra Escacena y Consuelo Trujillo,
Sandra Escacena y Consuelo Trujillo, la Hermana Muerte, en 'Verónica', de Paco Plaza (Sony Pictures)

A Paco Plaza le interesaba hablar de cómo las acciones pasadas continúan reverberando en nuestro presente, no como recuerdos, sino de una forma patente, casi como se tratara de tiempos paralelos. “Me interesaba el periodo de la posguerra porque me permitía mirar las cicatrices y las heridas que siguen abiertas. El pasado yo creo que nunca queda atrás, siempre está presente. Cada uno de nosotros somos una especie de cebollas que añadimos capas dependiendo de lo que nos va pasando y es lo que nos va construyendo como seres”. De esa forma, en Hermana Muerte percibimos el eco del dolor, de la violencia, de la vergüenza.

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Es la primera vez que una película del director se estrena directamente en streaming. “Es como si te invitan a jugar al baloncesto y te quejaras de no chutar con el pie. Es el deporte que has escogido y tiene sus reglar”.

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