Los datos publicados este viernes por el INE avanzan que el PIB creció un 0,3% respecto al trimestre anterior durante los tres meses del verano de 2023, una cifra superior a la gran mayoría de las estimaciones de centros de estudios, pero inferior a los crecimientos del 0,6% y del 0,4% registrados en el primer y en el segundo trimestre del año. Esta sorpresa positiva se produce después de conocer el buen dato del empleo del tercer trimestre, en el que se produjo una ganancia de 209.000 ocupados y dejó un verano mejor en términos de creación de empleo que el de 2022 y el de 2019, antes de la pandemia.
La demanda externa sigue desacelerándose por la debilidad económica de los principales socios comerciales de España, los países europeos, y cae un 4% respecto al trimestre anterior, mientras que la demanda nacional crece un 0,8%. En términos interanuales, la demanda nacional aporta 1,7 puntos, mientras que la demanda externa solo 0,2.
Desde el Ministerio de Asuntos Económicos resaltan que este crecimiento del PIB es “muy notable” teniendo en cuenta el contexto de “elevada incertidumbre internacional y subida de los tipos de interés”. Si bien Eurostat no ha publicado aún los datos del tercer trimestre para el conjunto de los estados miembros, España mantiene un diferencial positivo en crecimiento del PIB en los dos últimos años tras tener una recesión más profunda en 2020.
La economía española crece más que la media de la UE, donde el avance ha sido muy cercano a cero y ha evitado por poco la recesión técnica. Para el conjunto del año, la Comisión Europea espera que España crezca un 2,2% frente al 0,8% de la media de los 27. No obstante, el Gobierno apunta a un crecimiento algo superior, del 2,4% del PIB real para este año, y el dato del tercer trimestre “está en línea” con esta previsión incluida en el Plan Presupuestario, según el ministerio.
El INE explica la dificultad para medir el PIB
En la nota difundida este viernes, el INE incide en que los datos son un avance y explica las correcciones reiteradas en los últimos años por las dificultades para medir bien el PIB. En concreto, el instituto estadístico ha revisado este trimestre el dato del segundo (del 0,5% al 0,4%), además de dar a conocer la nueva cifra.
“Dada la dificultad inherente a la medición estadística de cambios de coyuntura en un contexto como el actual, todavía marcado por una alta incertidumbre resultante de los posibles efectos en la economía del contexto internacional, hace prever que las futuras revisiones de los resultados hoy publicados puedan ser de una magnitud mayor que la habitual”, reconoce el INE.
Según señala, el cálculo del 0,3% del tercer trimestre está elaborado con la información “actualmente disponible”, que corresponde mayoritariamente a indicadores estadísticos coyunturales de julio y agosto. Aunque sí ha podido añadir “en esta ocasión” resultados adelantados de algunas fuentes referidos al mes de septiembre, estimaciones de indicadores basados en datos administrativos y otras fuentes adicionales que complementan a las usuales, “todo ello en línea con las recomendaciones de Eurostat y otros organismos estadísticos internacionales”, asegura.
El consumo de los hogares supera su nivel anterior a la pandemia
Dentro de la demanda nacional, destaca el avance del consumo de los hogares, un 1,4% respecto al trimestre anterior, en contraste con el retroceso del 0,8% de la inversión empresarial (formación bruta de capital). Aunque en términos interanuales el consumo de los hogares crece un 1%, el consumo público un 3,3% y la inversión empresarial un 1,9%.
Comparando los niveles del PIB y de cada componente con el cuarto trimestre de 2019, el último anterior a la pandemia, la economía española se sitúa un 2,1% por encima de la cifra de dicho periodo y en el tercer trimestre de 2023 el consumo de los hogares supera su nivel prepandemia, más de un año después que la economía general. Esta recuperación es consecuente con los incrementos salariales de 2023, algo superiores a la inflación, que permiten al menos no seguir perdiendo poder adquisitivo, como sucedió notablemente en 2022. También influye que haya empleos más estables, como detectó el Banco de España.
También se sitúan por encima las exportaciones pese al retroceso de los últimos meses (un 3,4%) y el consumo público, que es un 9,8% superior por las inversiones requeridas para la recuperación tras la crisis de la pandemia y la inflacionista. El principal componente que queda todavía por debajo es la inversión empresarial, ya que la formación bruta de capital sigue siendo un 1,9% inferior a la del último trimestre de 2019. Este dato es llamativo teniendo en cuenta el despliegue de los fondos europeos.