El “envenenamiento” que destapó la extraña herencia que escondía una mujer en su chalet de Madrid: cuidaba 8 walabís de su difunto marido

El Seprona de la Guardia Civil intervino este mes cuatro ejemplares de canguros en una finca ubicada junto al campus de la Universidad Camilo José Cela

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El campus de la Universidad Camino José Cela y uno de los walabís intervenidos por el Seprona (Guardia Civil)
El campus de la Universidad Camino José Cela y uno de los walabís intervenidos por el Seprona (Guardia Civil)

La escapada de dos ejemplares de walabís, una especie de canguro de menor tamaño, a principios de este mes por el campus de la Universidad Camilo José Cela sorprendió a muchos, pero no a los vecinos de la urbanización de Villafranca del Castillo, en la localidad madrileña de Villanueva de la Cañada. No era la primera vez que hacían una incursión por la zona aprovechando un descuido de la mujer de unos 60 años que los custodiaba en su chalet tras la muerte de su marido, según relata a Infobae España el jefe del Seprona de la Guardia Civil de Majadahonda.

Era el esposo de la mujer quien, allá por los años noventa, había recibido dos ejemplares de parte de un centro animal que los criaba en Andalucía. Las autoridades no supieron de este mini zoológico, donde también había pavos reales y cabras enanas, hasta finales de 2016, cuando la propietaria del chalet denunció ante la Guardia Civil la extraña muerte de dos de los ocho walabís que ya criaba después de que se reprodujeran entre sí. Creía que alguien los había envenenado, pero el Seprona no pudo probarlo.

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Los agentes nunca habían visto algo igual. “Los canguros campaban a sus anchas en una parcela de una hectárea anexa al chalé. En la Comunidad de Madrid no existe nada similar”, asegura el jefe del Seprona. Para tener ese tipo de animales silvestres era necesaria una declaración de la instalación como núcleo zoológico, pero la propietaria de la vivienda dijo a los guardias civiles que su marido había fallecido recientemente y no sabía dónde tenía “los papeles” de los animales.

Así las cosas, el Seprona dio traslado del asunto a un juzgado de Móstoles, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Villanueva de la Cañada, que abrió un expediente sancionador a la mujer. Pese a sus intentos por conseguir la declaración de núcleo zoológico para conservar los animales que apasionaban a su marido, el consistorio nunca se la concedió. Además, entró en vigor la Ley de Protección de Animales de Compañía de la Comunidad de Madrid, que prohíbe la tenencia de animales silvestres que en edad adulta superen los diez kilos de peso.

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El chalé zoológico que escondía canguros junto a una universidad de Madrid: uno se escapó y fue atropellado por un taxi.

Accidente con un taxi

Tras varios años sin sobresaltos para la mujer, la Guardia Civil recibió un insólito aviso. “Un taxista llamó diciendo que había tenido un accidente con un canguro, en Villanueva de la Cañada. Pensamos que Tráfico iba a tener que hacerle la prueba de alcoholemia”, bromea el responsable del Seprona de Majadahonda. Era la primera vez que dos walabís se escapaban de la finca, con el infortunio de que uno de ellos fua atropellado mortalmente cuando cruzaba una carretera.

Lanzan un dardo tranquilizante a un walabí escapado a principios de octubre (Guardia Civil)
Lanzan un dardo tranquilizante a un walabí escapado a principios de octubre (Guardia Civil)

La Guardia Civil volvió a informar a la Comunidad de Madrid, que ya entonces abrió un expediente sancionador a la mujer por el que se enfrenta a sanciones de hasta 10.000 euros. La gota que colmó el vaso fue la segunda escapada de dos ejemplares, esta vez por los alrededores del campus de la Universidad Camilo José Cela. Los vigilantes del campus solicitaron la presencia de los agentes, que tardaron varias horas en devolver a la pareja de walabís a la finca.

Allí sólo estuvieron unos pocos días más, ya que el Seprona se personó el pasado día 17 en el chalé para intervenir los cuatro ejemplares, todos hembras, que conservaba la propietaria y trasladarlos a Faunia. Ahora están en mejores manos.

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