El “desastre” sanitario de las urgencias diseñadas por Ayuso en Madrid: “Es un caos, cada vez hay menos médicos”

La reforma de las urgencias extrahospitalarias en la Comunidad de Madrid cumple un año, y los sanitarios afectados, tras meses en huelga, vuelven a las calles para denunciar sus precarias condiciones de trabajo

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Una pancarta a las puertas
Una pancarta a las puertas del Centro de Salud Arganda del Rey en 2022.

“Para mí, trabajar aquí ha sido sumamente estresante, no solo porque perdimos dos médicas y porque desplazaron a cuatro enfermeras, sino porque cada día había incertidumbre sobre si tendríamos el equipo completo”, relata Mar, facultativa en una urgencia extrahospitalaria de Buitrago, un pueblo de Madrid, que ha decidido renunciar al puesto. “Este maltrato laboral y este cambio de mis condiciones laborales, siendo fija, obligada a concursar en diciembre de 2022, me ha llevado a tomar la decisión de optar a la movilidad interna y a dejar el servicio de urgencias extrahospitalarias”, explica a Infobae España. Su precariedad ha sido el disparadero de la decisión, tomada tras la reforma iniciada por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso: “Los pacientes no se merecen un servicio de urgencias tan precario y vivir con la incertidumbre de si habrá atención médica el día que tienen una urgencia”, zanja.

Tras muchas demoras, críticas e incógnitas, la Comunidad de Madrid estrenaba hace un año el nuevo sistema de funcionamiento de las urgencias extrahospitalarias, los puestos de guardia nocturna que sustituyen durante esas horas a los centros de salud y sirven para que los ciudadanos acudan por dolencias menores para no estresar y saturar las urgencias de los hospitales.

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La configuración e inauguración fue compleja: los SUAPS (centros en la ciudad de Madrid) y los SAR (centros en los pueblos y ciudades de la Comunidad) pasaron a denominarse Puntos de Atención Continuada (PAC), un total de 78 espacios que se reparten por toda la región. Desde el comienzo del proyecto existieron críticas por la falta de sanitarios. Los SUAPS, cerrados durante dos años por decisión de la Comunidad de Madrid, reabrieron ya como PAC en 2022 y en lugar de contratar personal se repartió el que ya trabajaba en los SAR. El doble de centros para el mismo número de trabajadores, decisión que provocó sobrecargas de trabajo en los sanitarios de la región y una degradación del servicio que se daba en estos centros rurales.

La falta de contratación de sanitarios, la nueva fórmula para estos centros, donde una veintena funcionan sin médicos y solo tienen personal de enfermería y celadores y muchos otros solo tienen un facultativo, las denuncias por no cubrir las bajas, médicos trasladados a última hora antes de entrar en su jornada para acudir a otro centro... Durante el año se han aglutinado infinidad de críticas y situaciones que, a ojos de sindicatos y sanitarios, no han sido solventadas.

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La idea de estos centros es que sirvan de cortafuegos y eviten la saturación de los hospitales. Si la dolencia es leve o menor, estos Puntos de Atención Continuada deberían servir para estas dolencias: “El objetivo es evitar la llegada a la urgencia del hospital, pero como estamos sobrepasados porque no hay personal, la gente no quiere esperar y se van a los hospitales”, explican desde la plataforma SAR, que engloba a los sanitarios afectados por esta reforma y hace una vigilancia exhaustiva sobre estos centros y la presencia de médicos.

Las urgencias han “empeorado” respecto a la anterior fórmula

Imagen de archivo de una
Imagen de archivo de una huelga de médicos en Madrid (EFE)

Ángela Hernández, secretaria general del sindicato de médicos AMYTS, asegura que se ha “empeorado” respecto a la fórmula anterior, cuando los SUAPS y los SAR tenían plantillas propias y un sistema más independiente. De hecho, este sindicato participó en una huelga que duró meses para denunciar el estado de la sanidad pública en la Comunidad de Madrid. “La huelga logró cosas importantes como que 14 centros cerrados se abriesen, pero no conseguimos otras y la administración impuso centros abiertos sin médico. Eso no se ha solucionado y no se ha informado bien a la población, hemos empeorado y sigue existiendo mucho caos”, denuncia la sanitaria.

Pese a las denuncias de caos y desorganización, Almudena Quintena, directora general asistencial de la Consejería de Sanidad, asegura a Infobae España que la afluencia a los centros por parte de los pacientes ha sido alta: “Desde que pusieron en marcha, han atendido casi 700.000 pacientes, el 56% por parte de enfermería, lo que avala la estrategia”, apunta, con “788 profesionales distribuidos en 53 PAC con médico, el resto con personal de enfermería”. “Creo que el modelo está funcionando y el resultado ha sido satisfactorio”, asegura el Gobierno de Ayuso. Según datos de 2019, casi un millón de personas acudieron a estos centros. La pérdida de confianza de casi 300.000 pacientes es, según denuncia la oposición, fruto de una mala gestión y una pérdida de confianza.

Ante este panorama, la Plataforma SAR también tilda de deficitaria la reorganización de Ayuso: “Es desastroso, cada vez hay menos médicos, que es lo que hacía falta. No se pueden cubrir 80 puestos con el personal de 40. Cada vez que hay una ausencia o una baja de médico se sustituye por enfermeros”, denuncia la organización, que ha convocado este viernes una protesta contra la reforma.

“Es una disminución de servicios para población”

Javier Padilla, diputado de Más Madrid y también médico, critica con contundencia la reforma de Isabel Díaz Ayuso: “Parece que se ha sistematizado la improvisación. Nadie tiene claro dentro de un año como estarán estos centros. La improvisación se ha convertido en política pública. La consejería ha asumido que estos centros ya no forman parte de sus servicios de urgencias, sino de atención para cosas menores. Es una disminución de servicios para población”, apunta el político.

Este verano, los PAC volvieron a estar en el foco por la ausencia continuada de sanitarios. Durante el mes de agosto, los centros estuvieron sin médico hasta el 70% del total de los días y en julio más del 30% de los centros no dispusieron de facultativos, a pesar de que tenían asignada la presencia de alguno. Durante ese mes, las urgencias del sur de Madrid funcionaron correctamente tan solo un día. “En verano ha sido dramático porque ha sido achicar agua con un dedal”, zanja Padilla sobre estos meses

Los propios sanitarios reconocen que muchos ya han abandonado este sistema y han optado por trasladarse a la Atención Primaria e incluso a otras comunidades. “Hay compañeros que se marchan porque no aguantan esta presión. Hay compañeros que están solos en su PAC y han tenido que atender a unas cien personas un sábado”, denuncia Isabel, del PAC en Navas del Rey.

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