Recientemente, la Organización Mundial del Turismo (OMT) ha publicado los Best Tourism Villages, una lista que recoge los mejores pueblos para visitar a lo largo del planeta. Este galardón reconoce a aquellas localidades “que están liderando el camino en el cuidado de las zonas rurales y la preservación de los paisajes, la diversidad cultural, los valores locales y las tradiciones culinarias”, tal y como explica la OMT.
Han sido 260 las candidaturas presentadas para esta tercera edición, de las cuales solo han sido 54 los destinos premiados. Y como no podía ser de otra forma, tres pueblos españoles se han colado entre ellos, demostrando, una vez más, el potencial turístico y rural que alberga nuestro país. Uno de ellos es Oñati, en Guipúzcoa, una preciosa villa que se ubica en la comarca del Alto Deba o Debagoiena, en un extenso valle rodeado de imponentes montañas.
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Su casco histórico es una joya arquitectónica donde se descubren multitud de rincones mágicos, como es la Universidad Sancti Spiritus. A esto se le suma el impresionante Santuario de Arantzazu, un edificio construido en mitad de la montaña situada a pocos kilómetros de a villa.
Una joya del Renacimiento
Uno de los monumentos que hace diferente a Oñati es la Universidad Sancti Spiritus. Fue fundada en el año 1548 por Rodrigo Mercado de Zuazola y durante tres siglos impartió los estudios de Derecho, Medicina, Filosofía, Teología y Letras, principalmente. Actualmente, es la sede del Archivo de Protocolos de Gipuzkoa, del Instituto Vasco de la Administración Pública y del Instituto Internacional de Sociología Jurídica.
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Pero si hay que hablar de títulos, el viajero debe saber que la Sancti Spiritus es el máximo exponente de la arquitectura civil del Renacimiento vasco. Su fachada plateresca es una obra de arte donde se puede “apreciar nítidamente el espíritu humanista de su fundador; así como una mezcla entre lo sacro y lo profano”, explican desde turismo de Oñati. A su vez, en el arco de medio punto que la compone aparece el fundador en posición orante, así como el gran escudo perteneciente al rey Carlos I (V de Alemania), quien fuera patrón de la Universidad.
Igualmente, su claustro presenta un estilo típico renacentista y está compuesto por dos pisos unidos por dos escaleras con seis arcos en el lado estrecho y siete en el ancho, dándole una forma cuadrangular. “Lo más representativo son los 32 medallones, en los que aparecen parejas mitológicas y reales, que han destacado por su virtud”.
Caminar por su centro histórico
Una tarea imprescindible en Oñati es pasear por su bello casco histórico. Sus sinuosas y empedradas calles muestran un patrimonio monumental y arquitectónico envidiable, pero también civil, pues palacios, casas señoriales y caserones inundan cada rincón. Algunos de los más destacados son: el Palacio Madinabeitia, Palacio Antia, estilo barroco, y Palacio Baruena, de estilo neoclásico. Esto se sitúan en la plaza de Santa Marina, la cual fue la primera de la villa, pues ya existía en el siglo XII, aunque fue remodelada entre los siglos XVIII y XIX.
Asimismo, la plaza de los Fueros es el centro neurálgico de la localidad. Alberga el edificio del Ayuntamiento, construido en 1778 en un estilo barroco rococó, y la Torre-Palacio de Lazárraga, proyectada a finales del IX. El patrimonio religioso lo corona la impresionante parroquia de San Miguel, una construcción levantada en el siglo XV en un estilo gótico.
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A lo largo de los siglos ha sufrido numerosas ampliaciones, lo que le otorga una apariencia que mezcla multitud de arquitecturas. Cabe destacar también el monasterio de Bidaurreta, construido entre 1510-1520 y fundado por Juan López de Lazarraga, presenta un estilo que combina el gótico con el renacentista. A esto se le suman otros puntos como el Centro de Interpretación del Molino del Medievo San Miguel y el Centro de Interpretación del Chocolate, la “Txokolateixia”.
Un santuario en mitad de la montaña
Incrustado en plena montaña, el santuario de Arantzazu es una de las visitas obligadas en Oñati. Se encuentra a pocos kilómetros del centro histórico de la localidad, rodeado de un impresionante paisaje de macizos rocosos, profundos barrancos y desfiladeros que se abren y acercan los límites de Araba, Nafarroa y Gipuzkoa. Desde 1514 está gestionado por la orden de los Franciscanos, pero su imponente basílica data de la década de 1950.
Se trata de una joya arquitectónica de gran relevancia donde han trabajado artistas de todo el mundo. Durante su visita uno no se puede perder la fachada de la basílica, en la que destacan sus tres torres de forma puntiaguda que hacen honor al espino, la Piedad y los 14 apóstoles.
Cómo visitar Oñati
Desde Turismo de Oñati realizan multitud de visitas guiadas que descubren todos los rincones de la villa. Uno de ellos es la que se conoce como “Los tesoros ocultos”, un itinerario que recorre algunos de los monumentos más destacados de la localidad como la Universidad Sancti Spiritus y la parroquia de San Miguel. Tiene una hora de duración y un precio de 40 € a dividir para un grupo de hasta 10 personas. A partir de 11 el precio es de 4 € por persona.
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La otra disponible es “Oñati accesible”, una visita “en la que además de los tesoros ocultos antes mencionados, nos acercamos a distintos rincones del pueblo a lo largo de los siglos de la historia, disfrutando de un maravilloso Patrimonio de estilo gótico, renacentista, barroco y neoclásico”, explican. Su duración es de 1 hora y 30 minutos, y el precio de 50 € a repartir entre un grupo de hasta 10 personas. A partir de 11 el precio es de 5 € por persona.
Por último, se encuentra la visita “Oñati Monumental”, el recorrido más completo en el que el viajero se adentra en los txokos, mientras se recorre el casco histórico apreciando las torres medievales y casas señoriales. Tiene una duración de dos horas y un precio de 60 € a dividir para un grupo de hasta 10 personas. A partir de 11 el precio es de 6 € por persona.
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Cómo llegar
Desde Vitoria, el viaje hasta Oñati es de alrededor de 40 minutos por la carretera AP-1 (hay peajes). Por su parte, desde Bilbao el trayecto tiene una duración aproximada de 50 minutos por las vías AP-8 y N-636 (hay peajes).