Ya nos encontramos en pleno otoño y las hojas, con un tono marrón y anaranjado, comienzan a teñir las calles y a vestir los bosques del manto típico en estas fechas. Las montañas y valles presentan un aspecto precioso que hace que muchos viajeros se acerquen a disfrutar de la belleza de los paisajes. Así, emergen numerosas rutas de senderismo que recorren estos parajes de ensueño, brindando una experiencia rural única.
Robledales y hayedos se convierten en destinos perfectos para conocer y contemplar los paisajes secretos que se muestran durante estos meses. Tanto es así, que su belleza hipnotiza a cualquier que se acerque, creando una atmosfera única que parece que está hechizada. La sierra de Entzia, en Álava (País Vasco), es un paraje perfecto para experimentar todas estas sensaciones, pues a través de una increíble ruta se puede recorrer sus rincones más mágicos.
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Estamos hablando del laberinto de Arno, una estampa kárstica que gracias a la erosión del agua y el viento se ha transformado en uno de los espacios naturales más espectaculares del País Vasco. Se incrusta en la ya mencionada sierra de Entzia y su camino brinda una ruta ideal para hacer en compañía de los más pequeños. Además, esconde uno de los rincones más especiales de la región: el arco de Zalamportillo.
Una puerta encantada
A lo largo de alrededor de seis kilómetros, hayas centenarias y rocas con formas inimaginables asaltan el camino dando lugar a un paisaje que es una maravilla. Un itinerario que se tarda en completar unas dos horas y media y que no deja indiferente a nadie. El trayecto no está señalizado, por lo que hay que estar atento en todo momento por donde se va. Así, el punto de inicio se encuentra en frente al aparcamiento de la Majada de Mezkia, unos metros más adelante del parking fuente de los alemanes.
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Desde aquí, el camino se adentra en el bosque y lo primero que uno se encuentra es la presa de Iturbeltz. Seguidamente, se cruza un puente y unos minutos más adelante se toma un desvío a la derecha. Este desemboca en un sendero que discurre al lado del río y constituye una parte crucial en la ruta, pues durante el otoño, el sendero suele estar totalmente tapado por las hojas. Hay prestar mucha atención para no perderse.
De esta forma, se continúa el camino durante alrededor de un kilómetro y medio hasta que a la izquierda se comienzan a observar grandes rocas con curiosas formas. Esto significa la llegada al laberinto de Arno. Se trata de un entorno kárstico donde la naturaleza ha moldeado la roca, creando formaciones tan singulares que permiten hacer volar la imaginación.
Sin lugar a dudas, la más impresionante es el arco de Zalamportillo, una escultura pétrea que simula un puente por la parte superior. Se mimetiza a la perfección con el paisaje y todo su conjunto conforma una atmósfera mágica, de ahí que se le otorgue ese carácter de puerta encantada. Una vez contemplado todo el paraje, para volver tan solo hay que deshacer los pasos andados previamente hasta llegar a la Majada de Mezkia.
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Cómo llegar
Desde Vitoria, el trayecto es de alrededor de 35 minutos por la carretera A.1. Por su parte, desde Bilbao el viaje tiene una duración estimada de 1 hora y 10 minutos por las vías AP-68 y A-1 (hay peajes).