Este domingo, las calles más céntricas de Madrid fueron testigos de un espectáculo inusual y emocionante cuando un total de 1.200 ovejas merinas y 200 cabras retintas inundaron la ciudad. Este evento anual marca la XXX Fiesta de la Trashumancia, una tradición arraigada en la capital desde hace tres décadas.
Lo que ha hecho especial esta celebración es que, por primera vez en la historia, una mujer ha asumido el papel de liderar el rebaño en su camino por las calles de la Madrid. Esta destacada hazaña subraya la importancia de reconocer el derecho de los rebaños a transitar por terrenos de dominio público, un aspecto central de la trashumancia.
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La Fiesta de la Trashumancia no solo rinde homenaje a una práctica histórica, sino que también fomenta la conciencia sobre la relevancia de preservar estas tradiciones y valores culturales en la sociedad moderna. Un evento que, además, demuestra la capacidad de las mujeres para liderar en todos los ámbitos, incluido el pastoril, contribuyendo a la diversidad y la igualdad de género en la industria agropecuaria.
Tradición, folclore y emoción en el corazón de Madrid
A las 10:30 en punto, el ganado partió de Casa de Campo y, solo media hora después, el bullicio llegó a las cercanías de la majestuosa Catedral de la Almudena. Grupos en trajes regionales, provenientes de distintos rincones de España, daban vida al lugar con el ritmo contagioso de castañuelas y tambores.
Entre los participantes, una profesora de baile castellano, asidua al corazón de la capital desde su juventud, alzó su voz en favor de la trashumancia y la tradición. Para ella, esto va más allá de lo tangible; es un legado que merece ser preservado.
Y así como ella, miles se congregaron para ser parte de esta pintoresca festividad. Algunos la experimentaron por primera vez, otros la han vivido año tras año en el corazón de la metrópolis. Tal es el caso de un matrimonio de Móstoles, originarios de León, que se unieron al grupo de su pueblo para sumergirse en el folclore de Astorga, ¡desde el corazón de Madrid!
Marity González representando a las pastoras de España
Este año, una emocionante novedad destaca en la tradición: entre los pastores, una mujer lidera el camino. Marity González, la primera “mayoral” en la historia de esta festividad, se erige hoy como el símbolo de “todas las mujeres ganaderas y pastoras trashumantes de España”, compartiendo su orgullo al destacar que las mujeres han sido parte integral de la trashumancia desde tiempos inmemoriales.
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Durante el trayecto, la mayoral estuvo acompañada por varios niños, entre ellos su hijo Nico. Una de las madres que iba con los pequeños aplaudió al afirmar: “Estos son la nueva generación de ganaderos de extensivo”.
Un hito histórico en la tradición ganadera
A la cabeza del rebaño, con su característico silbido, se encontraba Paulino Gómez, guiando a las ovejas y las cabras en este trascendental evento de relevo generacional. No obstante, Paulino advierte sobre la importancia del apoyo institucional para el futuro de esta tradición: “Si las administraciones no nos ponen muchas trabas, tendrá futuro. Si no, esto terminará por desaparecer”, lamenta el experimentado pastor.
Las calles de Madrid se llenaron de vida con la presencia de este ganado, captando la atención de turistas y locales por igual. Siguiendo la ruta prevista, las ovejas y las cabras marcharon por la calle Mayor y la Puerta del Sol antes de llegar a la emblemática Plaza de Cibeles, donde hicieron una pausa merecida.
Almeida sobre los ganaderos: “No sería igual sin ellos, gracias a todos ellos, las grandes ciudades tienen una mejor calidad de vida”
Allí, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, extendió una cálida bienvenida a los pastores y ganaderos que protagonizaron este día especial, destacando la significativa participación de Marity González: “Es la primera vez que una mujer, una pastora, lidera el camino”, subrayó.
El alcalde también resaltó el papel fundamental que desempeña el campo y sus habitantes en la vida de la ciudad de Madrid: “No sería igual sin ellos, gracias a todos ellos, las grandes ciudades tienen una mejor calidad de vida”.
Y así, resonó el grito de celebración “¡Que viva la trashumancia!” al finalizar la entrega de los ‘50 maravedís al millar’, una tradición establecida en la Concordia de 1418, que los pastores abonan a las autoridades por el uso de los caminos ganaderos. Concluida la ceremonia, pastores y ganado continuaron su travesía, dejando atrás cada paso dado con firmeza y tradición.