El patrimonio natural que alberga Cantabria es uno de los más impresionantes de España. Gracias sus bellas playas marcadas, en su mayoría, por una costa acantilada y sus extensos valles, brinda una experiencia única que mezcla el turismo de costa con el turismo rural. A esto se le suman sus bellos pueblos, los cuales permiten conocer la tradición y cultura de toda la comunidad.
Así, son muchos los rincones y secretos que esconde, los cuales se pueden descubrir gracias a la cantidad de senderos que los recorren. La gran mayoría de ellos son perfectos para disfrutar en familia o con amigos. De esta forma, hemos seleccionado cinco rutas de senderismo que son imprescindibles en la provincia y que son perfectas para hacer con los más pequeños.
Te puede interesar: Los tres mejores pueblos de España para hacer turismo, según la OMT
La senda fluvial del Río Besaya
Siguiendo el curso del río Besaya por su lado izquierdo, esta pintoresca ruta une los municipios de Somahoz y Cieza. Se trata de un sendero muy sencillo gracias a la escasez de desnivel que incluye, y de una belleza extrema, pues el paisaje que brinda la ribera del Besaya es de lo más especial. Cuenta con casi cinco kilómetros de longitud en sentido ida y vuelta, y a pesar de discurrir en algunos tramos al lado de una carretera, es perfecta para hacer con los más pequeños de la casa.
Te puede interesar: El pueblo donde viven los ricos de Portugal
De playa de los Tranquilos a playa Galizano
En la costa que baña la localidad de Ribamontán de Mar, este sendero costero esconde muchos secretos. Cabe destacar que es algo extensa, unos 13 kilómetros ida y vuelta y alrededor de tres horas y media de duración, aunque el camino es apto para hacer con niños. Se trata de un hermoso recorrido a lo largo de la costa que se inicia en el mirador de los Tranquilos y continúa con vistas al mar Cantábrico, pasando por espacios tan singulares como Peñota, el Portillo, las Pozas de Langre, la playa de Langre y la playa de Arnillas, entre otros.
Un paseo por el parque de la Magdalena
El parque de la Magdalena es uno de los espacios más emblemáticos de Santander. A lo largo de unos tres kilómetros, el viajero puede disfrutar de todos los encantos que ofrece la península. Un punto ideal para pasear con niños y pasar un día agradable. El camino comienza en la Avenida de la Reina Victoria y la calle Juan de Borbón y durante el sendero se puede contemplar el hermoso palacio de la Magdalena, así como unas maravillosas vistas costeras que son de las mejores de la capital cántabra.
La ruta mitológica del Monte Tejas
Ubicada en San Felices de Buelna, en la comarca del Besaya, la ruta mitológica del Monte Tejas es uno de los mejores senderos para hacer con niños. A lo largo de dos kilómetros, los más pequeños de la casa (y los no tan pequeños) se adentran en un mundo de fantasía donde figuras de todo tipo y naturaleza salen a su paso. Así, los visitantes pueden conocer a el cúlebre, los ventolines, el trasgu o las mozas del agua.
Te puede interesar: El pueblo medieval que está en medio de un impresionante parque natural
La vía verde del Piquillo
Se ubica en Ontón, un barrio de Castro Urdiales, en el límite con Vizcaya, y es completamente accesible para todos los públicos. Cabe explicar que las vías verdes en Cantabria aprovechan el trazado de las vías férreas que se crearon para transportar el mineral de los múltiples yacimientos mineros que se encontraban en la región. Así, se puede disfrutar hoy en día de una pintoresca ruta de apenas dos kilómetros de longitud que cruza hasta el País Vasco.