Así fue el reencuentro de Sergio Ramos con el Real Madrid: agarró a Rüdiger de las mejillas, salvó un gol bajo palos, casi marca otro...

El exfutbolista del equipo blanco y actual jugador del Sevilla se enfrentó por primera vez al cuadro madridista tras su salida

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Sergio Ramos durante su presentación con el Sevilla (REUTERS).
Sergio Ramos durante su presentación con el Sevilla (REUTERS).

El último gol que marcó Sergio Ramos con el Sevilla antes de emigrar a la capital española fue ante el Real Madrid. En un partido que terminó 2-2, Renato le tocó una falta en corto y el entonces lateral derecho batió desde muy lejos a Casillas, protegido por una barrera en la que formaban Zidane y Beckham. El primer compañero que le persiguió para celebrar el tanto fue Jesús Navas, quien al igual que el de Camas, este sábado, 18 años después de aquella tarde, volverá a enfrentarse al Real Madrid.

Especialmente emotivo ha sido para un Ramos que vuelve a enfrentarse al que fuera su equipo durante 16 temporadas y, como cualquier reencuentro esperado, tuvo de todo. El de Camas formó en el eje de la zaga con Gudelj e inició el partido dejando su sello: haciéndose notar al rival. Cometió una falta sobre Rodrygo, cortó la jugada y marcó su territorio. Minutos más tardes, Ramos fue protagonista de una de las jugadas polémicas del partido. Córner al segundo palo, despeja el Sevilla, se duermen la zaga hispalense, Valverde toca de cabeza, Bellingham se anticipa a Nyland y Valverde, con un pequeño toque de Ramos, mete el gol en la portería. El VAR se alineó y salvó al hispalense señalando un fuera de juego de Bellingham cuya línea la delimitaba precisamente el exjugador del Real Madrid.

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Salvada bajos y enganchón con Rüdiger

El gol anulado despertó al Sevilla, pero el peligro madridista seguía siendo real. Centro fuerte abajo de Kroos, se lanza Alaba para intentar rematar, pero Ramos, con la rodilla, evita el gol y manda la bola a córner. Salvadora acción defensiva del central que demostró su jerarquía en el eje de la zaga hispalense. Que el Madrid colgaba centros laterales, ahí emergía su cabeza por encima del resto. Que los de Ancelotti intentaban penetrar por el centro, Ramos daba el alto bien posicionado. Tan solo Vinicius, con un balón a la espalda, pudo ganarle la partida.

Ramos se crecía a medida que los minutos se sumaban en el cronómetro. Y en ese momento le salió una pareja de baile de esas que obligan a sacar los pasos prohibidos: Antonio Rüdiger. El fuerte carácter de Ramos chocó con la locura del alemán. Emparejados en cada jugada a balón parado, vivieron piques y tensión durante todo el encuentro. Primero, con una jugada en el área sevillista, que ha acabado con la sonrisa irónica de ambos mientras se sujetaban. El lío se estaba cociendo.

En la siguiente acción, en esta ocasión en área blanca, volvieron a encontrarse. Ramos se zafó con un manotazo del marcaje de Bellingham y Rüdiger, fue a por Ramos. Le recriminó la jugada mientras el hispalense le agarró de las mejillas y el resto de futbolistas les separó para que el asunto no fuera a mayores. Sin embargo, no todo fue tensión y agresividad. Ramos saludó a buena parte de sus excompañeros antes del partido y mostró su cariño durante el choque. Y para finalizar su excelso reencuentro, inició la jugada del gol sevillista y a punto estuvo de batir a Kepa con su cabezazo.

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