En España, más de diez millones de personas reciben cada mes una pensión pública. La última reforma del sistema de pensiones establece que, cada año, la cuantía puede variar en función de la situación socioeconómica y del número de años cotizados. El Gobierno contempla una serie de subidas progresivas de cara a los próximos cursos. Este año, las prestaciones sufrieron una revalorización del 8,5% para hacer frente a la espiral inflacionista. En enero, los subsidios volverán a subir. El porcentaje exacto es todavía un secreto, pero la Seguridad Social prevé un aumento de entre el 3,5% y el 4,5%.
La pensión mínima de jubilación para las personas de más de 65 años con cónyuge a cargo —la más común— asciende actualmente hasta los 13.526,8 euros —966 cada mes—. La cuantía, no obstante, subirá el próximo año. La pensión máxima, por su parte, está dotada con 42.829 euros anuales —3.059 euros cada mes—. Este es el subsidio que reciben los trabajadores que han cotizado por la base máxima durante los últimos 25 años de vida laboral. Los beneficiarios, como todos las demás, disfrutarán de un nuevo incremento a partir de enero.
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El plan del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones culmina en 2027, es decir, en cuatro años. La revalorización de los subsidios públicos seguirá in crescendo durante los próximos meses. El objetivo es que la pensión mínima de jubilación alcance los 16.472 euros anuales —1.176 euros al mes— cuando finalice el programa. Este incremento representa un alza del 22% con respecto a la suma actual. Los pensionistas que cumplen los requisitos y cobran el 100% de la prestación también tendrán sorpresas a lo largo de estos años.
¿Cuánto es lo máximo que puede cobrar un pensionista?
La pensión máxima de jubilación es el tope que la Seguridad Social pagará a los trabajadores durante su retiro. En estos momentos, la cuantía asciende hasta los 42.829,29 euros anuales, que divididos en 14 pagas —una por cada mes y dos pagas extra— suponen una asignación mensual de 3.059,23 euros. Los subsidios, por norma general, no pueden superar este límite, pero existen excepciones. Los ciudadanos que retrasan voluntariamente la edad de su jubilación, por ejemplo, tienen derecho a una prestación más alta cuando abandonan el mercado laboral.
La Seguridad Social premia con una pensión más alta a las personas que optan por la jubilación demorada. El aumento, no obstante, depende de las cantidades por las que se cotice y de los meses que se prorrogue la vida laboral. Los trabajadores, además, pueden escoger la forma en la que prefieren recibir este complemento en su prestación —un único pago con todo lo generado o una asignación más reducida con un plus mensual en la pensión— .
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Además, los pensionistas que tienen derecho al complemento para la brecha de género también reciben un desembolso por encima de lo normal. Los trabajadores con hijos que no pudieron cotizar o han visto su carrera truncada por el cuidado de los menores tienen derecho a una partida adicional que se puede sumar a la pensión máxima. Este complemento supone una subida de entre 424,4 y 1.696,8 euros más cada año, todo ello en función del número de hijos. La cantidad, no obstante, puede sufrir modificaciones a lo largo del año.