Tanto las pensiones contributivas como las pensiones no contributivas son dos tipos de ayudas económicas que ofrece el sistema de Seguridad Social en España. Ambas cubren los supuestos de invalidez y jubilación, pero las pensiones contributivas también cubren la incapacidad permanente y por fallecimiento. La principal diferencia entre ambas pensiones es la cuantía de la prestación. En el caso de las pensiones contributivas, la cuantía se determina en función de los años cotizados al sistema de la Seguridad Social y de la base de cotización. Esto significa que durante su vida laboral, el trabajador ha realizado aportes al sistema y, en función de esos aportes, se calcula la cuantía de su pensión.
Una pensión contributiva es una ayuda económica que ofrece la Seguridad Social en España a las personas que han cotizado al sistema durante un mínimo de años. Esta pensión se concede a las personas que han llegado a la edad de jubilación o que tienen algún problema de salud que les impide trabajar. La pensión se recibe durante toda la vida y es una forma de asegurar que las personas tengan un ingreso para cubrir sus necesidades básicas.
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Para recibir una pensión contributiva, el Estado exige que se cumplan ciertos requisitos. Uno de los más importantes es que el trabajador debe haber cotizado al sistema de la Seguridad Social durante un período mínimo de tiempo. Esto significa que durante su vida laboral, el trabajador ha realizado aportes al sistema para poder tener derecho a recibir una pensión en el futuro.
Existen diferentes tipos de pensión contributiva en España, entre ellas tenemos: la pensión por jubilación, que se concede a las personas que han llegado a la edad de jubilación; la pensión por incapacidad permanente, que se concede a las personas que tienen algún problema de salud que les impide trabajar; y la pensión de muerte y supervivencia, que se concede a los familiares de una persona fallecida para ayudarles a cubrir sus necesidades básicas.
Por el contrario, una pensión no contributiva es una prestación económica que la Seguridad Social ofrece a las personas que se encuentran en una situación de necesidad y que no han cotizado lo suficiente o nunca a la Seguridad Social. Es decir, son personas que no tienen derecho a una pensión ordinaria por su trabajo. El objetivo de esta pensión es garantizar un mínimo de ingresos para que puedan cubrir sus necesidades básicas.
Hay dos clases de pensiones no contributivas: la de jubilación y la de invalidez. La primera está orientada a personas mayores de 65 años que no tienen recursos suficientes para vivir, mientras que la de invalidez va dirigida a personas con una discapacidad igual o superior al 65% que tampoco tienen recursos suficientes. Para recibir una pensión no contributiva en España, es necesario cumplir con ciertos requisitos:
- Uno de ellos es no disponer de ingresos suficientes, lo que significa que las rentas anuales deben ser inferiores a 5.639,20 euros.
- En el caso de la pensión de jubilación, es necesario tener 65 años o más y haber residido en territorio español durante al menos 10 años desde que se cumplió 16 años. Además, dos de esos años deben ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la fecha de solicitud.
- En el caso de la pensión de invalidez, es necesario tener entre 18 y 65 años y un grado de invalidez igual o superior al 65%.
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Principales diferencias
La principal diferencia entre ambas pensiones es la cuantía de la prestación. En el caso de las pensiones contributivas, la cuantía se determina en función de los años cotizados al sistema de la Seguridad Social y de la base de cotización. Esto significa que durante su vida laboral, el trabajador ha realizado aportes al sistema y, en función de esos aportes, se calcula la cuantía de su pensión.
Por otro lado, en las pensiones no contributivas, la cuantía se calcula en función de los ingresos personales del beneficiario y/o de las personas con las que convive. Esto significa que si el beneficiario tiene ingresos bajos o nulos y/o vive con personas que también tienen ingresos bajos o nulos, puede recibir una pensión no contributiva cuya cuantía se calcula en función de esos ingresos.
En 2023, la cuantía de la pensión no contributiva en España se encuentra entre los 6.784,54 euros y los 1.696,14 euros anuales. Esto significa que las personas que reciben esta pensión pueden recibir una ayuda económica que oscila entre estas dos cantidades.