Bailando al son de las gaitas en su estancia en Asturias, Meryl Streep recogerá este viernes el Premio Princesa de Asturias de las Artes. La intérprete estadounidense lleva apenas 24 horas en la ciudad, pero su estancia se ha hecho notar. Entre actividades, charlas con público (moderadas por Antonio Banderas) y cálidos saludos a los que se acercan a su hotel para saludarla, Oviedo se ha rendido a los pies de la actriz.
“Para mí, la emoción del cine es poder perderte en el personaje y eso es lo que verdaderamente me permite entrar en la historia, la parte tecnológica no te lo permite. Te sientes como un robot”, ha asegurado este miércoles en la Fábrica de Armas de Oviedo, donde ha participado en un evento con escolares. Ha añadido, además, que el primer papel que le hizo enamorarse de esta industria fue el que interpretó en Kramer contra Kramer. “Cuando veo las personas que han ganado este premio anteriormente me apetece hacer las maletas e irme a casa”, ha señalado Streep cómica.
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La trayectoria de Streep abarca desde Memorias de África (Sydney Pollack, 1986) a El diablo viste de Prada (David Frankel, 2006) o Mamma Mia! (Phyllida Lloyd, 2008). La versatilidad que ha demostrado en la gran pantalla la convierte en una de las grandes figuras del cine. Camaleónica e icónica, Streep es única. De cara a la entrega del galardón en el Teatro Campoamor de Oviedo, en Infobae España hemos recopilado las diez cintas más importantes de su longeva carrera.
‘Los puentes de Madison’ (1995)
Un clásico inmortal. Una historia de amor de las que convierten una novela en superventas y una película que se compone como una amalgama de sentimientos. Los puentes de Madison, dirigida y protagonizada por Clint Eastwood, es una de las cintas más emotivas de la carrera de Streep. En ella, la intérprete es Francesca, una mujer casada y con hijos que vive en la granja y que un día conoce a Robert (Eastwood), un fotógrafo de National Geographic que tambalea su matrimonio, su vida y su concepto de amor y pasión. Lo más difícil, como todo, es la decisión final.
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‘Mamma Mia!’ (2008)
Si hay una película que ha hecho cátedra de Grecia como el país en el que bailar, cantar y encontrar el amor de tu vida esa ha sido, sin duda, Mamma Mia!. La cinta dirigida por Phyllida Lloyd convirtió el icónico musical de Broadway y el West End en una elegía a la amistad, a la vitalidad y a la música. ABBA, Streep y un elenco de perfiles de Hollywood que colapsaron la web de las aerolíneas en busca de billetes baratos a Santorini. En esta comedia sonora, la actriz estadounidense demuestra su soltura y su capacidad de adaptación a todo tipo de género cinematográfico. Mamma Mia! es una bomba de diversión y Streep es la guinda del pastel. El éxito de la primera cinta fue tal que, diez años después, se estrenó una segunda parte en la que Lilly James interpreta a una Donna joven.
‘Manhattan’ (1979)
Su única colaboración con Woody Allen en una película que se convertiría en una de las obras más importantes en la carrera del autor neoyorquino, una carta de amor a su ciudad repleta de imágenes icónicas dentro de la historia del cine. La actriz interpretaba a la exmujer del protagonista (que lo había abandonado por una mujer), una escritora que saca un libro contando los detalles escabrosos de su matrimonio en materia sexual. A pesar de los logros de la película, Streep no tuvo una buena relación con Allen durante el rodaje y siempre cuestionó la diferencia de edad entre la jovencísima Mariel Hemingway (que encarnaba a su actual novia) y el personaje del director, que no dejaba de ser una especie de alter ego.
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Las horas (2002)
Streep se inserta dentro de su etapa de experimentación en obras de autores modernos que intentaban renovar la narración convencional a través de sus historias. Después vendría su colaboración con Spike Jonze en El ladrón de orquídeas, pero lo que consigue en Las horas, basada en la novela de Michael Cunningham (dirigida por Stephen Daldry y junto a Nicole Kidman y Julianne Moore), fue realmente memorable. Sus escenas junto a Ed Harris son estremecedoras, ya que él interpreta a su mejor amigo enfermo de SIDA y al que ella visita como si se tratara de una versión contemporánea de Mrs. Dalloway, el drama escrito por Virginia Woolf que servirá de conexión entre todas las mujeres que intentan escapar de las opresiones que marcan sus respectivas vidas.
‘El diablo viste de Prada’ (2006)
En su versión más maléfica y divina, Streep se convierte en Miranda Priestly, la directora de la revista de moda Runway (una especie de reflejo de Vogue y de su capitana, Anna Wintour). Abrigos de visón, tacones de Dolce & Gabbana y una crítica al gremio de las modelos y los vestidos lenceros de la talla 34. Un quesito para comer y acoso laboral para aquellas becarias que vayan a trabajar con un jersey de color cerúleo. Junto a Anne Hathaway y Emily Blunt, Streep se enfunda en las mieles más delicadas de los diseñadores de alta costura para encarnar el perfil de una mujer que, guste o no, se ha convertido en uno de sus roles más memorables entre el público mainstream.
‘Silkwood’ (1983)
Dirigida por Mike Michols y con guion de Nora Ephron, es uno de los filmes de denuncia ecológica más importantes de todos los tiempos y, por supuesto, adelantado a su época. Está basada en hechos reales y es un alegato antinuclear que cuenta la historia de Karen Silkwood, sindicalista en una central de energía atómica de Oklahoma que se encargará de recoger pruebas que indican que no se siguen las medidas de seguridad, algo que le acarreará enfrentarse, no sólo con los dirigentes de la industria, también con el propio sistema. Meryl Streep en su faceta más dura y reivindicativa, a través de un compromiso ético que no abandonaría a lo largo de su trayectoria.
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‘La dama de hierro’ (2011)
De la directora Phyllida Lloyd, con la que Streep también trabajó en Mamma Mia!, la intérprete se convierte en Margaret Thatcher para abordar el biopic sobre una mujer de origen humilde que terminó convertida en una poderosa dirigente política. Por dicha actuación, Streep ganó el Globo de Oro y el Oscar, su tercero. Para meterse en la piel de Thatcher, la actriz acudió a una sesión parlamentaria en la Casa de los Comunes británica e intentó ponerse en contacto con la ex primera ministra, pero su petición fue rechazada por la avanzada demencia que ésta sufría en aquel momento.
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‘Kramer contra Kramer’ (1979)
Después de haber sido nominada por su participación en la monumental El cazador, de Michael Cimino, Streep conseguiría su primera estatuilla con esta mítica película de los años setenta dirigida por Robert Benton, que ganaría cinco Premios Oscar, entre ellos el de ‘Mejor película’ y el de ‘Mejor actor’ para su compañero de reparto, Dustin Hoffman. Es una de las grandes ficciones sobre divorcios. Después vendría La guerra de los Rose, aunque se centraba en la custodia del pequeño de la pareja. En Kramer contra Kramer, Streep interpreta a una mujer que abandona a su marido, un publicitario de éxito, y a su hijo de siete años porque sentía la necesidad de encontrar su verdadera identidad como mujer. Quizá por esa razón, por la incomprensión frente a la necesidad femenina de encontrar un hueco en la sociedad al margen de la familia, continúa siendo un tema de actualidad, aunque la película puede que se haya quedado antigua en ciertos sentidos.
‘La decisión de Sophie’ (1982)
Película con la que consiguió su siguiente Oscar y que confirmó que Meryl Street estaba en su mejor momento, aunque eso se prolongaría a lo largo de las décadas hasta convertirla en el mito que es en la actualidad. En ella interpretaba a una superviviente polaca del Holocausto en el campo de Auschwitz que ha intentado rehacer su vida, pero que arrastra el trauma de la violencia y el exterminio. Estaba basada en la novela de William Styron ganadora del National Book Award y se convirtió en un auténtico acontecimiento. Para interpretar este personaje, Streep tuvo que aprender alemán y polaco, y su habilidad para los acentos, que ya había practicado en La mujer del teniente francés, se convirtió en uno de sus emblemas. Contiene una de las escenas más duras de su carrera, y se dice que nunca fue capaz de verla hasta que Oprah Winfrey se la enseñó en su programa.
‘Memorias de África’ (1985)
Basada en el libro autobiográfico Memorias de África, de la escritora Karen Blixen, The Life of a Story Teller, de Judith Thurman, y Silence Will Speak, de Errol Trzebinski, la película de Sydney Pollack es una de las interpretaciones más laureadas de la carrera de Streep. Ganó siete Oscar, pero no el de ‘Mejor actriz’. Streep se mete en la piel de Karen Blixen, una baronesa que se casa con un primo lejano y se muda a Kenia (por aquel entonces, una colonia británica). Poco a poco, el matrimonio (de conveniencia) se derrumba por la falta de pasión y las andanzas mujeriegas de su marido. Truncada, rota y desesperada, Blixen conoce a un cazador interpretado por Robert Redford que convertirá su hastío africano en una ensoñación paisajística, monumental y, en el caso del espectador, sonora.