Los bancos españoles viven un momento dulce después de sufrir un viacrucis que duró once años provocado por unos tipos de interés ultrabajos. La decisión en julio de 2022 del Banco Central Europeo (BCE) de iniciar la subida de tipos para frenar una inflación de doble dígito supuso un punto de inflexión para nuestra banca que, desde entonces, bate récords en beneficios y que, según los analistas, puede repetir en los resultados del tercer trimestre del año que empieza a presentar esta semana.
Prevén que los seis grandes bancos españoles -Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja Banco- acumulen unas ganancias entre enero y septiembre que ronden los 19.000 millones de euros, lo que supone un 20% más que un año antes. Por lo que respecta a los resultados del tercer trimestre, vaticinan un beneficio superior a los 6.800 millones de euros, que unidos a los 12.386 millones acumulados entre enero y junio sumarán un beneficio bruto hasta septiembre de 19.190 millones.
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“La banca se está viendo beneficiada por el incremento de los tipos de interés, lo que le está permitiendo aumentar sus márgenes y su rentabilidad después de que en los últimos años se viera muy penalizada por la política de bajos tipos de interés de los bancos centrales, que la ha llevado a destruir valor para sus accionistas”, señala José Fernández-Figares, director de análisis en Link Securities.
Los riesgos acechan
El buen momento por el que atraviesa la banca se ve ensombrecido por posibles riesgos generados por una desaceleración de la economía en la eurozona. Ante este escenario, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, pidió la semana pasada a los bancos “prudencia”, tanto en el reparto de dividendos como en las remuneraciones de los banqueros, debido a que mejora de la rentabilidad que se están anotando puede ser “un espejismo”.
Entre los riesgos que amenazan a los bancos destaca el incremento de la morosidad. “Si Europa entra en recesión, los resultados de la banca se resentirán, por un lado porque habrá menos demanda de créditos, o lo que es lo mismo, menos negocio y, por otro, porque aumentará la morosidad , lo que obligaría a las entidades a aumentar sus dotaciones por insolvencia”, indica el director de análisis en Link Securities.
No es el único riesgo. La inestabilidad política causada por los conflictos entre Ucrania y Rusia y entre Israel y Gaza genera una incertidumbre económica y financiera que puede afectar a la confianza de los inversores y a la actividad económica, lo que repercutirá en los bancos. A ello, Darío García, analista de XTB, añade el riesgo de cambios en los tipos de interés generados por la política monetaria, que “incidirían en los márgenes de beneficios de los bancos, especialmente si tienen una gran exposición a préstamos a tasas variables, que a su vez redunda en la calidad de los activos”.
Otras de las incertidumbres pueden derivarse, argumenta García, de los cambios normativos y nuevas regulaciones, que impactarían en las operaciones bancarias, y del aumento de la competencia de la banca con la entrada en el negocio de las fintech que mermaría la rentabilidad de los bancos tradicionales.
A estas amenazas se suma que, a corto y medio plazo, la banca española empezará a remunerar el pasivo, lo que, a juicio de Fernández-Figares, afectará directamente a sus márgenes que ya “no crecerán como lo venían haciendo hasta ahora y, probablemente, se reducirán algo”.
Los bancos “han hecho sus deberes”
La banca española es una de las mejor preparadas para afrontar todos estos riesgos. ”Es una de las más eficientes de Europa”, señala Fernández-Figares, debido a que “ha hecho sus deberes”, lo que le permite trabajar con márgenes más reducidos que entidades de otros países.
Otras de sus fortalezas son su exceso de liquidez y sus altas ratios de capital. También ha conseguido, por el momento, mantener bajas su tasa de morosidad en mínimos de 15 años. Según datos del Banco de España, se situó en julio en el 3,5%, el mismo porcentaje que en el mes anterior, y por debajo del 3,59% de mayo.
A ello se suma que “sus negocios son sólidos, lo que unido a su rentabilidad por dividendo hacen que sean buenas cotizadas en las que invertir”, reconoce Diego Morín, analista de IG.