“Tras el visionado de una cámara de un establecimiento próximo, que fue entregada a los investigadores el domingo por la tarde, se observa como el finalmente fallecido Álvaro Prieto sube a la parte superior de un tren trepando justo por la intersección entre los dos vagones, y una vez en su parte superior instantáneamente cae fulminado al interior del hueco existente entre los dos vagones, donde quedó completamente oculto hasta que se produjo el movimiento de dicho tren la mañana del lunes”.
Así da por cerrada la Policía Nacional la investigación del caso Álvaro Prieto. En un comunicado emitido la tarde de este miércoles, el Cuerpo relata las principales gestiones que realizaron los agentes desde la mañana de la desaparición del joven, la del jueves día 12, hasta la mañana del pasado lunes, cuando se localizó su cuerpo. Desde el día anterior, concretamente la tarde del domingo, la Policía tenía en su poder la grabación de la cámara de seguridad de una gasolinera cercana, que captó a Álvaro trepando al techo del tren y cayendo fulminado al hueco entre vagones. Pero al parecer no la visualizaron a tiempo.
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La Policía asegura que los agentes iban “en dirección” a ese lugar cuando el lunes por la mañana se localizó el cadáver del joven. Recalcan que el cuerpo estaba “completamente oculto” hasta que el tren se movió por primera vez desde el pasado 24 de agosto.
La cronología de la investigación
Las gestiones de la Policía Nacional de Sevilla arrancaron sobre las 20:00 horas del día 12 de octubre, unas horas después de la última vez que se vio con vida a Prieto. Tras tramitar la denuncia por la desaparición del joven, los agentes establecieron “contacto con centros hospitalarios, asistenciales, se chequean las personas detenidas y se realizan otras gestiones varias, por si se hubiese registrado algún incidente con esta persona”.
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Estas gestiones no dieron resultado, por lo que al día siguiente, el viernes día 13, los investigadores comenzaron a reconstruir los últimos movimientos de Álvaro. “Se procedió a la búsqueda de testigos y a la petición de imágenes de seguridad a los establecimientos próximos a la estación de Santa Justa; se trabajó sobre varios avistamientos que resultaron negativos; se solicitaron mandamientos de localización del teléfono, y se realizaron varias gestiones, tales como solicitud de examen por parte de Renfe de las vías y de los trenes que habían transitado por esas vías durante la franja horaria de interés”.
La Policía continuó las labores el sábado, día 14, cuando los agentes llevaron a cabo “una amplia búsqueda por las inmediaciones de Santa Justa” junto con personal ferroviario y con la incorporación al trabajo de un helicóptero y drones. La búsqueda se extendió desde Santa Justa hasta el municipio de Carmona. Todo mientras también se buscaba al joven “a bordo de un tren hasta Córdoba”.
El domingo “se centra la búsqueda, más exhaustiva y pormenorizada en las inmediaciones de la estación de Santa Justa”, donde la Policía acude por la noche -sin circulación de trenes- acompañada de los perros de la Unidad Militar de Emergencias (UME). El rastreo, según la Policía, “abarca desde la parte soterrada que comunica Santa Justa con San Bernardo”. Ese día, los agentes recibieron las imágenes de la cámara de seguridad que esclareció la muerte de Álvaro Prieto.