Eliminar once vuelos cortos por España y viajar en tren reduciría la contaminación en 300.000 toneladas de dióxido de carbono al año: “Es legalmente viable”

Aplicar leyes que adapten el transporte a las necesidades del cambio climático traería un importante ahorro de emisiones y no habría consecuencias en la vida de las personas, que podrían seguir realizando viajes con normalidad y en tiempos parecidos

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Un avión de Iberia.
Un avión de Iberia.

Terminará por ocurrir, por las buenas o porque el cambio climático lo haga insostenible. Los vuelos cortos en el interior de un país están bajo sospecha y su eliminación ya ha ocurrido en lugares como en Francia, donde los viajes en avión entre ciudades que estén a 2,5 horas en tren han sido eliminados. Ahora llega el turno a España, que durante la próxima legislatura tendrá que debatir una ley de movilidad que adapte las necesidades de la emergencia climática al transporte.

Según un informe de Ecologistas en Acción, el reemplazo de vuelos domésticos que ofrecen una alternativa ferroviaria de hasta cuatro horas podría eliminar más de 50.000 operaciones aéreas y reducir en 300.000 toneladas las emisiones anuales de CO2 (dióxido de carbono). Esto llega en un contexto de crecimiento de las operaciones aéreas en España, que aumentaron en un 27% entre 2013 y 2019, junto con un ascenso del 30% en las emisiones de CO2. Estos aumentos superan a los de otros países europeos, donde las operaciones internas se mantuvieron estables, disminuyeron o se redujeron. Por ejemplo, Francia las redujo un 5% y Reino Unido un 8%.

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El informe de Ecologistas en Acción identifica hasta once rutas nacionales que podrían ser reemplazadas por una alternativa ferroviaria. Estas rutas transportaron a 5,92 millones de pasajeros en 2019, el 34,8% de los pasajeros de la península y el 13,9% del total de pasajeros domésticos en España. Destaca la ruta entre Madrid y Barcelona, con más de 15.000 operaciones y generar más de 168.000 toneladas de CO2 en 2019.

Si toda la demanda de estos vuelos se cambiase al tren, el ahorro neto de emisiones sería de 306.125 toneladas de CO2, una reducción de entre el 30% y el 40% de las emisiones del tráfico aéreo peninsular. Además, en 2019, estas 11 rutas produjeron 408,6 toneladas de óxidos de nitrógeno y 2,7 toneladas de partículas en suspensión. Estos químicos son perjudiciales para la salud de las personas que viven cerca de los aeropuertos de Madrid y Barcelona, donde residen 5,8 millones de personas a una distancia de 20 kilómetros.

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El informe también analiza otros aspectos como los costes económicos relacionados con el impacto sobre la salud, el bienestar y la calidad del ambiente. En este sentido, se estima un potencial ahorro de 50,6 millones de euros anuales si se sustituyesen las 11 rutas aéreas por tren. En el estudio de la viabilidad del tren como alternativa, se demuestra que el tiempo total de viaje en tren es inferior al correspondiente trayecto aéreo. Finalmente, el informe también examina los posibles efectos sobre la competencia y concentración del mercado si se eliminan estos vuelos. Actualmente, el grupo económico IAG posee 56 frecuencias diarias en las rutas analizadas, mientras que Ryanair solo posee una (Ecologistas en Acción).

El coordinador de Aviación en Ecologistas en Acción, Pablo Muñoz, expresó: “La sustitución de vuelos cortos por trayectos en tren es técnica y legalmente viable, tanto por las alternativas ferroviarias existentes como por los precedentes existentes en la UE. Además, resulta enormemente necesaria: España es uno de los países de la UE donde más han crecido los vuelos domésticos en los últimos años, con unos enormes impactos en términos de emisiones totalmente incompatibles con los objetivos que nos hemos dado”.

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