Si naciste en los años noventa, es muy probable que vieses The O.C., la serie estrenada en 2003 que pronto se convirtió en generacional junto a otras como One Tree Hill o Dawson crece. Y si viste The O.C., es muy probable que te enamorases de Marissa Cooper, la joven y encantandora aunque algo inestable protagonista de la serie en la que también participaban Ben McKenzie, Adam Brody y Rachel Bilson. Con hasta 92 episodios divididos en cuatro temporadas, The O.C. se convirtió en una de las series más populares de su época y en uno de los dramas adolescentes más queridos hasta el día de hoy.
Sin embargo, no todo fue tan bonito para Mischa Barton, la actriz que se encargaba de dar vida a Marissa Cooper en la serie. La actriz tenía apenas 16 años cuando se incorporó a un reparto que ya de por sí le sacaba varios años -Adam Brody tenía 23, Ben McKenzie 24 y Rachel Bilson 21- y de la noche a la mañana se vio en un mundo de fama para el que no estaba del todo preparada. Porque a pesar de su juventud, Barton se convirtió de la noche a la mañana en una de las chicas de moda de Hollywood dada la popularidad de la serie, pero también en un foco de noticias que ni supo ni pudo gestionar a tan temprana edad.
“Puedes ir a terapia todos los días del resto de tu vida, pero hay una cierta cantidad de trauma que viene de todo lo que pasé, particularmente al principio de mis 20, que simplemente no se va de la noche a la mañana”, explica en una entrevista reciente la actriz, que nunca ha escondido los problemas que sufrió durante el rodaje de la serie. “Creo que no estaba del todo preparada para ese nivel de fama. Porque nunca fue algo que yo buscara. Realmente preferiría ser anónima. Cuando miras atrás, y ves que tenías 18 saliendo con tipos de 34, sabes decir que sí, era raro”.
Su controvertido final y salida de la serie
Marissa Cooper fue desde el principio uno de los personajes más complejos y controvertidos de la serie. Dentro de las falsas apariencias y la superficialidad de la que hacían gala los vecinos de Newport, Marissa era un elemento disruptor, por su inestabilidad y su incapacidad para muchas veces adaptarse al entorno y acatar las normas, haciendo especialmente notables sus enfrentamientos con su madre, Julie Cooper (Melinda Clarke). También con Ryan tenía sus más y sus menos, pasando de un episodio a otro de ser la pareja más acaramelada a dos amigos peleados que no se hablaban. Todo ello culminó además con su repentina salida de la serie, para la que le dieron un final que dejó traumatizada a la audiencia y puede que en parte también a la propia Barton. “Sinceramente, creo que fue triste que no hubiera una manera mejor de gestionarlo”.
Con tan pocos años y sin apenas experiencia, Barton tenía que dar vida al personaje con más claroscuros de la serie y con más traumas -entre ellos intentos de suicidio- que, sumado a la presión de los paparazzi, terminaron por desestabilizar a la joven actriz. “Era muy juegos del hambre. La atención de los paparazzi desde luego no era ‘sana’ para relaciones románticas tampoco. Todo estaba tan magnificado. Fui acosada. Y sí que me volví un poco loca llegado un punto. Simplemente me sentía muy indefensa”, recuerda ahora la actriz.