Lomos de asno: este es el significado de las nuevas señales de la DGT en carreteras

La seguridad vial es una prioridad constante en España y la Dirección General de Tráfico (DGT), por ello, la dirección ha estado trabajando en la mejora de señales de tráfico en las carreteras españolas. Hoy, siguen incorporando nuevas señales que merecen la atención de todos los conductores. En este artículo, te contamos una de las señales más innovadoras y descubrirás cómo pueden afectar a tu vehículo.

En los últimos tiempos, una de las señales de tráfico más destacadas es la denominada como Lomo de Asno. Su nombre resulta intrigante, recuerda a otra señal conocida como Dientes de Dragón. ¿Cuál es el propósito que subyace tras esta señal y cuál podría ser su impacto en tu forma de conducir?

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Aunque parezcan prácticamente iguales, no es lo mismo un paso de cebra con resalto o paso de cebra elevado, que los lomos de asno. La confusión puede que sea fácil ya que ambos se toman como un resalto en la carretera. Sin embargo, a diferencia de los lomos de asno, los pasos de cebra elevados comienzan con una pendiente pero antes de descender, disponen de una meseta plana, es decir, no llega a ser un resalto completamente curvo y circular, sino que corta en el momento del ascenso.

A diferencia de los lomos de asno, estos no tienen esa meseta plana sino que son una elevación sobre la calzada, con una rampa de ascenso y descenso sin tener ningún tipo de recta en la parte superior. En lugar de eso, tienen una forma circular, de ahí su nombre.

Si bien, la DGT ha limitado la altura de estos, estableciendo un máximo de seis centímetros y una longitud de cuatro metros. Están hechos de hormigón recubierto de asfalto y, en algunos casos, pueden estar pintados en rojo.

Puesto que el objetivo principal es reducir la velocidad cuando se pase por los ‘lomos de asno’, si no se cumple y respeta esa norma, ¿el coche podría sufrir daños directos?

Una inquietud común es si esta señal representa un riesgo para los vehículos. La respuesta es no, siempre y cuando se respeten las velocidades indicadas por la señalización. Como mencionamos anteriormente, los conductores deben mantener velocidades entre los 30 y 50 kilómetros por hora, dependiendo del tipo de vía en la que se encuentren.

De lo contrario, los coches podrían sufrir daños que impactarían en la economía del conductor al tener que verse obligado a reparar la avería, como la posibilidad de dañar un amortiguador o el cárter del coche. Por tanto, es esencial tener precaución y obedecer las señales de tráfico para asegurar la seguridad en las carreteras.

Según la normativa, los lomos de asno deben tener una altura de 6 centímetros y una longitud de 4 metros. La instrucción también indica que los reductores de velocidad tienen la función de mantener una velocidad que ya debería haber sido reducida por otras medidas, como la señalización o las glorietas, normalmente ubicadas al inicio del tramo o travesía. Además, se especifica que cuando se colocan reductores de velocidad de manera consecutiva, deben estar separados entre 50 y 200 metros, aunque se recomienda una distancia de 150 metros.