En la carretera, con frecuencia vivimos imprevistos que interrumpen la normalidad en la circulación. Estas circunstancias nos exigen reacciones rápidas y determinantes para esquivar cualquier peligro. Algunos imprevistos como retenciones repentinas, accidentes, averías de otros vehículos o lluvias intensas no previstas pueden suponer un alto riesgo para los conductores.
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Uno de los imprevistos que suponen mayor peligro para los conductores es la pérdida de presión en alguna de las ruedas del coche sin previo aviso. Es poco común que ocurra sin que exista una alerta anterior ya que los coches de nueva generación cuentan con un sistema que permite notificar al conductor que alguno de sus neumáticos se encuentra perdiendo presión.
No obstante, es posible que ocurra y cuando pasa la dirección pasa a tener un tacto extraño, como si fuera esponjoso e incluso se puede notar como ha pasado la rueda a ser más áspera debido a la rotura de la goma. Ambas, son señales de que se ha producido un pinchazo. En esta situación, ¿cómo se debe proceder?
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Tal y como recomienda la Dirección General de Tráfico, lo más importante es mantener la calma en todo momento ya que en caso de no contener correctamente los nervios las consecuencias pueden ser fatales, puesto que puede poner en mayor peligro su propia vida o la de los demás usuarios de la vía. Por esta razón, la prioridad en ese momento sería abandonar la carretera lo más rápido posible para evitar cualquier peligro y asentarse en un lugar seguro.
Una vez el coche se encuentra en un lugar que no suponga un peligro para su vida, la de los ocupantes o para el resto de conductores, es recomendable comprobar que ha ocurrido y si efectivamente, lo acontecido se ha debido a la pérdida de presión de alguna de las ruedas. Hecha esta comprobación básica lo recomendable es cambiar la rueda o, en caso de no poder o no tener los conocimientos necesarios, llamar a asistencia en carretera de su seguro de conducción.
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¿Cómo salimos de la carretera de forma segura?
Según detectamos la pérdida de presión de alguno de los neumáticos es imprescindible levantar el pie del acelerador y sujetar el volante con ambas manos con fuerza, evitando llevar a cabo movimientos bruscos que puedan suponer una pérdida del control completo del aparato. Al mismo tiempo también es imprescindible evitar pisar con fuerza el freno puesto que podríamos generar un accidente de mayores dimensiones.
Por tanto, como explica la Dirección General de Tráfico, es vital evitar los movimientos bruscos tanto en el volante como en los pedales de dirección, por eso debemos descartar pisar con fuerza el acelerador para salir de la vía o hacer un uso brusco del freno. Una vez estemos fuera de la vía, debemos señalizar con las luces de emergencia.