La reunión del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros de la UE (Ecofin) de este martes ha terminado sin novedades en cuanto al nuevo marco de gobernanza fiscal que debería entrar en vigor en 2024. Así lo ha confirmado la vicepresidenta primera de España en funciones, Nadia Calviño, al terminar la reunión de los ministros europeos que ha liderado como presidenta de turno del Consejo. “Espero que podamos presentar en el próximo Ecofin del 9 de noviembre un primer borrador de texto legislativo que reflejará todas las conversaciones de estos meses y nos debe permitir abordar la fase final de las negociaciones”, ha afirmado Calviño.
Esta nueva fecha supone posponer un avance que la presidencia española pretendía conseguir en esta reunión de octubre: contar con al menos un nuevo borrador legislativo partiendo de la propuesta de la Comisión Europea de abril. Las semanas pasan y las posiciones entre países siguen enfrentadas con Alemania y Francia a la cabeza, aunque tras la reunión de este martes han anunciado que intentarán alcanzar un acuerdo bilateral al margen del resto de Estados para desbloquear las negociaciones.
Según han detallado ligeramente los ministros competentes de ambos países a la entrada de la reunión, el ministro francés Bruno Le Maire propone que las nuevas reglas fiscales fijen como indicador principal la reducción “sostenible” de la deuda, no que sea “lo más baja posible”. Por el contrario, Alemania ha exigido en meses anteriores rebajas de la ratio de deuda sobre el PIB de al menos un punto porcentual anual para los países más endeudados, entre los que se encuentran Francia, España e Italia, todos con ratios superiores al 100% del PIB. En esta línea, el ministro alemán Christian Linder ha considerado también que no serán “creíbles” las sendas de reducción de deuda si no hay déficits anuales “sostenibles”.
Durante el Ecofin, el ministro italiano Giancarlo Giorgetti ha asegurado que es “fundamental” para Italia llegar a un acuerdo sobre las nuevas reglas fiscales antes de que termine el año, pero ha incidido en que tanto los gastos de defensa como otros relacionados con objetivos estratégicos tienen que tener tratamientos diferenciales. “Nuestras reglas presupuestarias no lo pueden ignorar”, ha afirmado. Esta idea hace referencia a su petición explícita de hace unos meses de que para aumentar un 2% sobre el PIB el gasto en defensa (comprometido con la OTAN) este se elimine de las limitaciones fijadas para el resto del gasto público.
“Es evidente que quedan aspectos complejos en los que tenemos que seguir trabajando, pero vemos un espíritu constructivo y voluntad de llegar a un acuerdo”, ha asegurado Calviño durante el Ecofin.
España cumpliría con las exigencias fiscales de Bruselas según el plan presupuestario
El debate de fondo gira en torno a cómo equilibrar la reducción de la deuda pública de manera gradual y sostenida en el tiempo con realizar las inversiones necesarias para la transformación digital y verde y se intenta mantener el crecimiento económico. Las reglas fiscales anteriores llevan suspendidas desde 2020 por la llegada de la pandemia, pero en 2024 finaliza el paréntesis en su aplicación. Su principal referencia era la reducción anual del déficit estructural en un 0,5% del PIB, de media, y que cada país alcanzara niveles máximos de déficit del 3% del PIB y del 60% del PIB en el caso de la deuda.
Según la propuesta de la Comisión Europea en primavera, estos criterios generales se mantendrán, pero con sendas de cuatro o de siete años ajustadas a la situación de cada país y acordadas con ellos, centrando las partes más rígidas en que haya planes de reducción gradual y sostenida de la deuda cada año. En la rueda de prensa posterior al Ecofin, el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, ha asegurado que el hecho de permitir estos planes a medio plazo diferenciados por países ya suponen un incentivo en sí mismo, aunque asegura que el Ejecutivo comunitario está abierto a debatir nuevas posibilidades.
Por el momento y a falta de estos planes, España cumpliría en 2024 con todas las recomendaciones en materia fiscal que exige la Comisión. Según el Plan Presupuestario enviado este lunes por el Ejecutivo en funciones a Bruselas, el déficit se reducirá hasta el 3% del PIB el próximo año y el gasto primario neto de medidas de ingresos aumentará un 2,5% en comparación con 2023, una décima menos del límite que estableció la Comisión en sus recomendaciones específicas de primavera.
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