Desaparece el sol y cae la noche en Tel Aviv, Israel. El ruido de las sirenas antiaéreas se apodera del país. “Estaba durmiendo hasta que me despertaron mi mujer y mi hijo porque estaban sonando las alarmas. Cuando sonó la sirena, teníamos un minuto y medio para meternos en el búnker. Vivo en un chalet y compartimos búnker con los vecinos. No temía por mi vida, sino por mi familia. ¿Qué les dices a los niños? Cómo explicarles la situación cuando viene tu hijo y te dice ‘papá, vamos al búnker’. Son momentos muy difíciles”. El español José Rodríguez (Alicante, 1994) es futbolista del Hapoel Tel Aviv desde el pasado verano, antes había pasado durante dos temporadas por las filas del Maccabi Haifa y una por el Maccabi Tel Aviv.
Conoce la situación de Israel, pero nunca había atravesado momentos tan tensos. “En el búnker hay que estar hasta que durante un minuto y medio ya no suenen las sirenas. En nuestro caso, no estuvimos más de cinco minutos. Es verdad que tuvimos que entrar y salir varias veces, pero el miedo no eran los misiles. El Iron Dome -sistema de defensa israelí- los controla bien. Estamos acostumbrados a los cohetes. El miedo era que los terroristas entraron por tierra y mar, algo que nunca habían hecho antes. Veía en las noticias que entraban en las casas y búnkeres y ya uno se hace su propia película y se asusta. Sobre todo las primeras horas que no tenían controlada a la gente que había entrado por tierra, con el paso de los días ya tuvieron más controlo. También nos daba miedo que Israel estaba sorprendido por los ataques y eso no suele ser así porque la inteligencia del país siempre sabe lo que va a pasar”, explica durante su conversación con Infobae España.
Te puede interesar: El testimonio de un entrenador español en plena guerra de Israel: “Cuando suenan las sirenas, tienes minuto y medio para ir al refugio”
“Israel va a defenderse”
La guerra entre los israelíes y la organización palestina Hamas, con la Franja de Gaza en primer plano, ha sobrevenido con los ataques terroristas a los que José Rodríguez teme por la reacción israelí que ocasionarán. “No sé qué ha pasado hace 50 años, pero sí lo que está sucediendo ahora. Están decapitando bebés y asesinando a diestro y siniestro e Israel va a defenderse. Viven por y para defender a su país en estos momentos. Así que no tenemos ni idea de qué va a pasar a corto y medio plazo. Son muy patriotas y van todos a una. Creemos que Israel es la parte buena”.
José Rodríguez reflexiona sobre lo ocurrido ya en territorio español, desde su Villajoyosa natal, en Alicante. “Ya estamos en casa”, afirma aliviado. “Fue un caos la vuelta. Todo el mundo quería salir Israel. Cancelaban todos los vuelos y nos daba miedo porque no sabíamos qué podía pasar. Cuando cogimos el avión fue una liberación. Cuando salimos de Israel sentimos una alegría inmensa. Algunas cosas habíamos vivido, pero este conflicto es algo totalmente diferente. Nos vinimos con lo puesto. Allí hemos dejado nuestra casa, nuestro coche, nuestra ropa… Ahora que ya estoy en España tengo que hablar con el club y ver qué podemos hacer. No tenemos ni idea de qué va a pasar a corto y medio plazo.”, explica.
El club facilitó su salida del país
Su club le ayudó a regresar a España y estar a salvo. “A mi familia y a mí la embajada no nos ha ayudado en nada. Si no es por mi club, al que le estaré eternamente agradecido, y por mi amigo Gustavo, un argentino judío, no hubiésemos salido aún de Israel. Cuando el club nos ofreció salir del país, nos dimos cuenta de la gravedad de la situación porque normalmente ellos lo tienen todo bajo control”.
Los ataques terroristas han sobrevenido en plena disputa de la liga israelí que, obviamente, ha sido suspendida hasta nuevo aviso. “No sabemos cuando se reanudará la liga. Nos han dado un plan de trabajo de tres semanas. El fútbol está paralizado en Israel. La UEFA y la FIFA deben pronunciarse. Mi mujer y yo amamos el país y cuando el club nos diga de volver estaremos seguros porque eso significará que tienen la situación controlada totalmente. Y al final, las guerras empiezan, pero también acaban”, finaliza un José Rodríguez a salvo en Villajoyosa, pero con el corazón y los pensamientos puestos en Israel.