El Gobierno eleva al 2,4% el crecimiento del PIB en 2023, pero lo rebaja cuatro décimas para el año que viene, hasta el 2%

Las subidas de tipos de interés del BCE restarán auge al PIB, sobre todo en 2024, y el sector exterior se resentirá por la debilidad de las economías de la zona euro. La demanda interna será la que impulse la economía el año que viene, aunque la AIReF considera optimsta la previsión del Gobierno

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La vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, en una imagen de archivo. (Eduardo Parra - Europa Press).
La vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, en una imagen de archivo. (Eduardo Parra - Europa Press).

El Ejecutivo ha actualizado sus previsiones macroeconómicas para 2023 y 2024 en el Plan Presupuestario enviado este domingo a la Comisión Europea relativo al año que viene. El documento contempla una revisión de tres décimas al alza del crecimiento del PIB para este año en comparación con la estimación de primavera, hasta el 2,4%, pero rebaja en cuatro décimas la estimación para 2024, hasta el 2%. De cumplirse ambas cifras, España estará entre las economías con mayor crecimiento de la Unión Europea.

El mejor avance esperado para 2023 se debe a una sorpresa positiva por parte de las exportaciones de servicios no turísticos, que compensarán el efecto de una política monetaria más contractiva de lo esperado. Sin embargo, el bajo crecimiento de los países de la zona euro, que son los principales socios comerciales, y el mayor impacto de las subidas de tipos de interés, restarán auge a la economía española en 2024. Debido a esto, la demanda externa se moderará y será la demanda nacional la que tome el relevo del crecimiento económico.

El secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Gonzalo García Andrés, ha incidido en calificar como “muy prudentes” estas previsiones macroeconómicas. A esto ha añadido que las inversiones y reformas del Plan de Recuperación están teniendo un impacto notable sobre el PIB y “más que compensan” el efecto negativo de las subidas de tipos. En concreto, el Gobierno asegura que la concentración de reformas e inversiones en el periodo 2021-2023 ha aumentado el PIB en 2 puntos porcentuales desde ese primer año de puesta en marcha.

Por otra parte, el plan compromete un descenso del déficit hasta el 3% en 2024, en cumplimiento de la reactivación de las reglas fiscales, como ya se fijó en el Programa de Estabilidad enviado a la Comisión Europea en abril. Sí avanza una reducción de la ratio de la deuda sobre el PIB más intensa de la esperada, bajando hasta el 108,1% en 2023, de manera que se adelanta un año el objetivo de situarla por debajo del 110% gracias a la revisión del PIB efectuada por el INE en septiembre. En 2024 la ratio de deuda continuará reduciéndose hasta el 106,3% del PIB, lo que supone un descenso de 14 puntos respecto a su valor en 2020.

En cuanto al mercado laboral, el Ejecutivo en funciones estima que se crearán más de 700.000 puestos de trabajo a tiempo completo entre 2023 y 2024 y que la tasa de paro se situará en el 10,9% a finales del próximo año. Esta cifra está todavía lejos del 8% que el Gobierno considera ‘pleno empleo’, algo que posiblemente no se alcanzará hasta 2038. Este crecimiento del empleo vendría acompañado de una mejora de la calidad, de ganancia de poder adquisitivo de los salarios y de un aumento de la productividad.

El plan presupuestario no prevé que las medidas contra la inflación se extiendan en 2024

Los cálculos macroeconómicos y fiscales se desarrollan en un escenario fiscal inercial, es decir, no se incluyen posibles medidas y prórrogas de política económica y presupuestaria que pudieran aprobarse para 2024 tras la constitución del nuevo Gobierno. Esto significa que los supuestos de déficit no cuentan con que medidas como las rebajas del IVA de los alimentos y de la electricidad se extiendan más allá del 31 de diciembre de 2023.

Respecto a una posible prórroga de las medidas, García Andrés ha asegurado que el Gobierno no ha tomado ninguna decisión al estar en funciones, señalando que el nuevo Ejecutivo “adoptará las medidas que corresponda analizando su funcionamiento y adaptandolas a las necesidades de la economía”.

De esta manera, en materia de gasto solo se incorporan dos medidas adicionales al escenario ya existente, la revalorización de las pensiones con el IPC y el aumento de la retribución de los empleados públicos, en cumplimiento del Acuerdo alcanzado con los sindicatos de la Función Pública.

La AIReF considera optimista el aumento de la demanda interna

Como requiere la ley, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha avalado el escenario macroeconómico que acompaña al Plan Presupuestario para 2024, pero esto no supone un aval a todo el plan, algo que la institución dirimirá en un próximo informe. El aval otorgado por el momento verifica que las previsiones de crecimiento del PIB y fiscales son “razonables” dentro de la incertidumbre existente por conflictos geopolíticos.

Pese a avalar las previsiones, la AIReF considera que la aceleración que contempla el Gobierno para el consumo privado puede “resultar optimista” en un contexto de declive de la confianza de los consumidores y de endurecimiento de las condiciones de financiación de los hogares. Lo mismo opina sobre el avance de la formación bruta de capital fijo por el impacto que el endurecimiento de las condiciones financieras puede tener en la inversión empresarial en un entorno de deterioro del entorno exterior, sobre todo del área del euro, y en la demanda de vivienda residencial.

Esta demanda interna compensaría, según el plan, la contribución negativa del sector exterior, algo que también cree optimista la AIReF teniendo en cuenta los efectos de la política monetaria y la (en teoría) finalización de las medidas de mitigación de la inflación.

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