La península Ibérica ha sido testigo del paso de multitud de civilizaciones que han dejado una huella imborrable en la historia reciente. Desde los íberos, fenicios y griegos, pasando por los romanos, hasta los musulmanes y los cristianos, cada uno ha cedido un legado cultural e histórico único en el mundo. Este se traduce en la gran cantidad de yacimientos, construcciones y tradiciones que a día de hoy podemos disfrutar y que son parte de nosotros.
Así, son muchos los pueblos que reúnen un importante cóctel de cultura, tanto es así que en la provincia de Soria se sitúa la localidad de Ágreda, conocida también como la ‘Villa de las tres culturas’. Se enclava en las faldas del Moncayo, limitando con Navarra, Aragón y La Rioja. Su casco antiguo es la viva evidencia del paso de las culturas judía, musulmana y cristiana, pues se puede distinguir a la perfección los trazados propios de cada una de ellas.
Te puede interesar: El misterioso Parador incrustado en un castillo medieval: un fantasma merodea por una de sus habitaciones
Una extensa historia
Para entender la historia de esta pintoresca villa, es necesario trasladarse a la era celtíbera, pues a día de hoy se tiene constancia de que esta población estableció un asentamiento en esta zona, posteriormente romanizado. Ya en el 713, Ágreda se encuentra bajo dominio musulmán, y durante el Emirato de Córdoba, se convierte en una ciudad fortificada instalada sobre el antiguo castro de La Muela, con su correspondiente Medina y Alcazaba.
Cayó en manos cristinas a principios del siglo XII a cargo del rey de Aragón Alfonso I el Batallador. Durante este periodo gente llegada de las Tierras Altas se alojaron en la villa, conviviendo así tanto con musulmanes como judíos, los cuales ya estaban asentados anteriormente.
Te puede interesar: El bonito pueblo español que tiene el mayor yacimiento de mercurio del mundo
De esta forma, Ágreda se convierte en la ‘Villa de las tres culturas’, aunque la comunión entre ellas se fractura tras la expulsión de los judíos en 1492 y las de los musulmanes en 1510. Tras estos acontecimientos se convierte en una ciudad fronteriza entre la corona de Castilla y los reinos de Aragón y Navarra.
A día de hoy, la localidad mantiene todo el legado cultural e histórico brindado por estas civilizaciones, conformando un importante conjunto patrimonial. De hecho, gracias a ello su casco histórico está declarada Conjunto Histórico-Artístico.
Qué ver en Ágreda
La mejor manera de disfrutar de todos los encantos de esta localidad es pasear por sus estrechas y sinuosas calles. Estas conducen al viajero por todos sus atractivos, como son los restos de la muralla árabe, que bordeaba la ciudad, y el arco califal, uno de los cuatro accesos con los que contó el recinto. A su vez, destaca también la Puerta del Agua, la cual es el estigio arquitectónico más antiguo de la Villa, de finales del siglo VIII, y la Puerta de Felipe II, del siglo XVI y que daba paso al barrio moro, comunicándolo con el barrio de San Miguel.
El conjunto eclesiástico lo conforman multitud de iglesias y ermitas. De ellas sobresalen la iglesia de Nuestra Señora de los Milagros, construida entre los siglos XVI y XVII, y la iglesia de San Miguel, un templo gótico de una sola nave levantado sobre una antigua iglesia románica. Por su parte, la iglesia de Nuestra Señora de La Peña es de origen románico y la más antigua de la villa, pues se levantó en el año 1193.
El viajero no se puede marchar sin contemplar el palacio de los Castejón, un edificio levantado a comienzos del siglo XVII que alberga uno de los espacios más mágicos de la villa. Se trata de un hermoso jardín barroco que en 2007 recibió el premio a mejor jardín histórico. Además, está acompañado por otro parterre proyectado en estilo renacentista. Caben destacar también los torreones de la Muela, de los Costoya y del Tirador, así como el museo de arte sacro y el de Sor María de Jesús, situado en el convento de las Concepcionistas.
Te puede interesar: El pueblo de España conocido como el ‘pequeño Vaticano’: “Somos el municipio con más curas por habitante”
Cómo llegar
Desde Soria, el trayecto es de alrededor de 45 minutos por la carretera N-122. Por su parte, desde Zaragoza el viaje tiene una duración estimada de 1 hora y 20 minutos por las vías AP-68 y N-122 (hay peajes).