Ríos, extensos prados o bellos bosques son algunos de los muchos atractivos que nos ofrecen las tierras gallegas. Su rico patrimonio natural atrae a multitud de turistas que ven en él un destino perfecto para pasar unos días. Además, es ideal para desconectar del ajetreo de las grandes ciudades y descubrir parajes únicos en mitad de la naturaleza gracias a la gran cantidad de senderos y caminos que alberga.
Sería difícil quedarse con uno solo, pero lo que sí es cierto es que cada uno es único. Un ejemplo se encuentra en Touro, en A Coruña, donde se ubica una de las rutas más pintorescas de la provincia. Ubicado muy cerca de Santiago, este pueblo pertenece al nuevo geodestino Ulla-Tambre-Mandeo y es conocido por sus bellas cascadas: la Fervenza das Hortas y la Fervenza do Inferniño. No obstante, esta no es la única que esconde, pues en el interior de un frondoso bosque se ubica otro salto de agua de lo más especial.
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Este se debe a que para llegar hasta él se debe recorrer la PR-G 121 o Ruta dos Tres Ríos. Se trata de un bello camino al son del curso de los ríos Ulla, Beseño y Lañas, de apenas 10 kilómetros de longitud. Es ideal para hacer en familia y su duración es de alrededor de tres horas en sentido lineal. Se puede realizar en cualquier época del año, aunque es recomendable hacer en otoño o primavera, pues es cuando más agua llevan.
Cascadas, molinos y pesqueiras
El área recreativa de Santaia es el punto de inicio y un espacio ideal para aparcar el vehículo. Desde allí, el viajero recorre los casi 10 kilómetros de distancia hasta llegar a Ponte Basebe, lo que indica el final del trayecto. El primer punto de interés del itinerario se encuentra sobre el kilómetro dos y corresponde a los Muíños da Carballa. Se tratan de dos molinos rehabilitados que aún conservan en su interior la piedra de moler y otros útiles.
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Siguiendo el camino se localiza uno de los sitios más especiales, el Salto das Pombas, una cascada de 10 metros de altura cuyas aguas proceden del río Lañas. La estampa del torrente cayendo por la pronunciada pendiente es toda una maravilla. Una vez pasado este punto, el recorrido se adentra en un bosque de ribera a través de un sencillo sendero que discurre paralelo al río Regato do Beseño. Ya en el kilómetro ocho aproximadamente se aprecia como el río Lañas desemboca en el Ulla a la altura del Ponte de Laña, llegando así al último de los tres arroyos.
Este alberga una importante tradición pesquera, la cual se refleja en las pesqueiras, unas construcciones de sillares de piedra que forman muros para contener la llegada de lampreas o anguilas, logrando así su captura. Algunas de ellas datan del siglo XII, aunque a día de hoy están abandonadas. Por último, la llegada al Ponte Besabe y su famosa carbilleira nos indica el camino de vuelta, para lo que tan solo hay que deshacer lo andado.
Cómo llegar
Desde Santiago, el viaje hasta el área recreativa de Santaia es de alrededor de 30 minutos por la carretera A-54. Por su parte, desde A Coruña el trayecto tiene una duración estimada de 50 minutos por la vía AP-9 (hay peajes).