La amnistía, figura clave para la gobernabilidad en España y para las posibilidades de reedición del Gobierno de coalición, no va a tener un camino fácil. Sumar y Yolanda Díaz, máximos defensores de esta figura, presentaron esta semana el proyecto y la forma para ejecutarla y lograr así el apoyo de Junts en la investidura de Pedro Sánchez, pero varios exmagistrados del Tribunal Constitucional (TC) auguraron un futuro complicado, e incluso bloqueado, cuando la ley tenga que pasar ante los jueces de esta audiencia.
Mientras las fuerzas progresistas intentan superar el bloqueo político y el trauma de la cuestión catalana fruto del procès y la consiguiente aplicación del artículo 155 por parte del PP, este año se han cumplido 25 años de los Acuerdos del Viernes Santo, el tratado que firmaron Reino Unido, Irlanda, Irlanda del Norte y el grupo armado IRA, para terminar con la violencia en las islas tras un conflicto que se extendía desde la independencia de Irlanda en los años 20. Muchos miembros del IRA acusados de terrorismo y condenados por asesinato fueron liberados y no cumplieron pena de prisión con la intención de cerrar la herida. Un acuerdo fundamental para poner punto y final al terrorismo en las calles.
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Frente a este contexto, Robert Buckland, exministro de Justicia de Reino Unido durante el gobierno de Boris Johnson, un político conservador que se opuso al Brexit, valora la amnistía diseñada por Sumar para Infobae España durante una visita a España para conocer las políticas medioambientales que los partidos de derechas aplican en el país para combatir el cambio climático.
Buckland asegura que lo importante es “ser muy preciso” en los términos, porque “amnistía significa que no se procesa a las personas que podrían ser responsables de delitos penales”, en su opinión, algo diferente a lo que ocurrió con los Acuerdos del Viernes Santo, que “fue en realidad la liberación de personas que habían sido condenadas por delitos”.
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“Las personas que podrían haber sido encarceladas por delitos de terrorismo fueron liberadas. Hubo algunos casos en que se escribió a la gente para decirles que no serían procesados. Pero eso no es necesariamente lo mismo que una amnistía en el sentido de que se tomó una decisión sobre si ya estaban siendo investigados y, al final, se decidió no procesarlos por varias razones”, recuerda Buckland durante su conversación con Infobae España sobre las políticas que se llevaron a cabo en 1998.
Condonar políticos suena liviano frente a la idea de condonar terroristas. Buckland asegura que “la situación a la que se enfrenta la política española hoy es muy diferente de la que enfrenta Irlanda del Norte”, y asegura que el trauma que vivió Reino Unido no ha llegado a formarse en Cataluña.
Con todo, el exministro de Justicia tampoco valora positivamente la amnistía: “Mi consejo sería ese, los políticos deben pensarlo mucho antes de implementar una amnistía, que creo que sería sin precedentes en la política española moderna”, sostiene Buckland. “Tienes que preguntarte en las secuelas de 1975, ¿se tomó entonces un enfoque similar? No creo que fuera así”, dice.
Buckland sostiene que la amnistía se mueve en “un área muy difícil” y entiende la preocupación frente a la amnistía que reflejan sus compañeros de la derecha en España: “Puedo entender por qué muchos amigos y colegas en la política española están profundamente preocupados por las propuestas que equivalen a una amnistía para los individuos involucrados en los eventos de 2017″.