El “polvo de mono” y las nuevas sustancias psicoactivas (NSP), las baratas y potentes drogas que ya se consumen en España

La Policía Nacional incautó 7,6 millones de dosis de estas sustancias en una masía de lujo de Barcelona

La Policía Nacional y la Agencia Tributaria registran la masía donde se encontraron millones de dosis de sustancias estupefacientes. (Policía Nacional)

NSP. Unas siglas aún desconocidas en España pero muy tenidas en cuenta por los agentes de la Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional. Son las Nuevas Sustancias Psicoactivas, las drogas de reciente creación que aún no están catalogadas (fiscalizadas) por la ONU. Son sustancias derivadas de otras y cuya producción es cada vez más barata. Sus efectos, aunque parcialmente desconocidos, son “muchísimo más potentes” que los producidos por la heroína y otras drogas “convencionales”, según explica a Infobae España el inspector Bernardino Rodríguez.

La Brigada Central de Estupefacientes, a la que este agente pertenece, descubrió a comienzo de mes todo un laboratorio mundial de estas nuevas sustancias en una masía de lujo del municipio barcelonés de Tagamanent en la operación Canalla-Electrón. Los policías esperaban encontrar un punto de distribución de nuevas drogas a otros países, pero lo que hallaron superó todas sus expectativas. “Intervenimos sustancias desconocidas para nosotros. Estimamos que un total de 7,6 millones de dosis”, subraya el inspector.

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En ese supermercado de las NSP dieron con una droga que ya ha causado estragos a nivel mundial. Se conoce como “polvo de mono”, deriva de la denominada “droga caníbal” y es unas diez veces más potente que la cocaína como estimulante. Esta y otras sustancias son producto de la intención de los traficantes de abaratar la producción de la droga y, a su vez, buscar efectos más potentes. Además, el tráfico de NSP, al no estar catalogadas, conlleva penas menores para los narcos.

Según el inspector, en España ya se consumen en ambientes “experimentales” y “recreativos”, especialmente en el litoral mediterráneo, Madrid y otras grandes ciudades, aunque su relevancia es mucho mayor en otros países de Europa.

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Pago con criptomonedas

Las NSP suelen venderse “abiertamente en Internet o a través de la deepweb”, donde los compradores pagan con criptomonedas “para no dejar rastro”, señala Bernardino. En el caso de la masía de Barcelona era una familia de origen húngaro la que producía y exportaba las sustancias mediante pequeños envíos internacionales simulando una actividad empresarial de paquetería. El primer aviso a los cuerpos policiales lo dieron varias empresas privadas de paquetería en 2020.

Las sospechas se centraron en España, de donde provenían algunos de los envíos. La investigación de la Policía Nacional pudo ubicar una masía en Tagamanent. Allí vivían un hombre, su hijo y la pareja de este. Los varones de nacionalidad húngara y ella, colombiana. Lejos de un punto de distribución de droga convencional, escondían unos grandes almacenes de la droga, en concreto de las NSP. Poseían hasta una máquina blisteadora para organizar las distintas pastillas y dosis.

El inspector Bernardino señala que el análisis de las drogas que se encontraron, que se prolongará durante meses, “probablemente” descubrirá nuevas sustancias desconocidas hasta la fecha. Los narcos siempre van un paso por delante, pero la Policía siempre estará al acecho.

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