El Corte Inglés, Alcampo o Carrefour apuestan por el made in Spain: las grandes cadenas elevan un 18% las compras a proveedores españoles

En el contexto inflacionista que incide en la gran mayoría de las economías, las grandes empresas del sector de la distribución apuestan por los productos made in Spain. Concretamente, cadenas como El Corte Inglés, Ikea, Carrefour o Tendam, integradas en la Asociación Nacional de Grandes Empresas de la Distribución (Anged), han elevado un 18% —5.000 millones más— las compras a proveedores españoles hasta alcanzar los 33.910 millones de euros, con un peso sobre las ventas total del 74%.

Esta es una de las conclusiones que se extraen del informe anual de la patronal de grandes superficies, en las que se confirma una de las tendencias que se han potenciado durante este 2023. Por ejemplo, Mercadona, ha iniciado la campaña 2023/24 de cítricos de origen nacional con una previsión de compra de 220.000 toneladas, cifra que supone un incremento del diez por ciento respecto a la campaña anterior. En esta misma línea, Lidl registró durante el pasado año compras récord por valor de unos 6.700 millones de euros —un 17% más que en 2021— a más de 900 proveedores nacionales.

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Este apuesta por los productos españoles ha venido acompañado de un considerable aumento de las ventas. Concretamente, las grandes cadenas que integran esta patronal elevaron sus ventas un 14,5% en 2022, hasta los 45.734 millones de euros. En concreto, la facturación de estas empresas se elevó dos puntos más que la media del comercio minorista, gracias al esfuerzo de las empresas para adaptar su oferta de productos, canales de venta y operativa a una transformación permanente del mercado.

En el pasado ejercicio, las empresas de la distribución siguieron creciendo con la apertura de 54 establecimientos netos, hasta sumar en la actualidad una red comercial de 7.238 tiendas en toda España. Así, la superficie comercial avanzó ligeramente —un tímido 0,7%— hasta situarse en los 8,8 millones de metros cuadrados, manteniendo la tendencia de los últimos años de adaptación de los espacios físicos a los nuevos hábitos de compra.

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Por categorías, los supermercados y autoservicios, tanto propios como franquiciados, y los formatos especialistas en productos distintos a la alimentación fueron los más dinámicos en 2022. De esta forma, 4,1 millones de clientes, el 22% de los hogares españoles, visitan a diario sus tiendas y el número de compradores ‘online’ ya es el doble que antes de la pandemia.

La gran distribución es un motor de empleo tras alcanzar en 2022 una plantilla total —sin contar redes de franquicias— de 229.000 empleados, tras la adaptación de la última reforma laboral a un sector con un marcado carácter estacional. No obstante, la contratación indefinida en el sector alcanza al 88,2% de los empleados, lo que supone 11 puntos más que la media nacional.

El presidente de Anged, Alfonso Merry del Val, ha lamentado los “ataques injustificados” a las empresas del sector en un contexto marcado por la crisis energética y el fuerte encarecimiento de materias primas básicas que afectan a la cadena de valor agroalimentaria, elevando los precios de los alimentos.

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“Los ataques injustificados que a lo largo de meses hemos escuchado contra las empresas del sector parten, en mi opinión, de un profundo desconocimiento de la realidad. Los datos oficiales muestran como a lo largo de 2022, la distribución amortiguó 6,8 puntos del encarecimiento histórico de los precios a los que nuestras empresas compran a sus proveedores. Un esfuerzo que a su vez han soportado el resto de eslabones, industria y sector primario”, ha subrayado.

Así, según reza el informe, la fuerte escalada de la energía y materias primas básicas para la producción de alimentos —de hasta tres dígitos para los cereales, fertilizantes, cartón, vidrio o plástico— tensionó al límite los costes de todas las cadenas de valor, provocando un alza de precios. Pese a todo, el precio medio de la cesta de la compra en productos de alimentación creció un 10,5 % frente al 17,5 % que subieron de media los precios a los que la distribución compra a la industria. Es decir, gracias al enorme esfuerzo de las empresas, la distribución ha amortiguado casi siete puntos del encarecimiento histórico de los productos que se elaboran en la industria