Una mañana con ‘La patrulla canina’ de la Policía Nacional: “Nos llaman muchísimo para rastrear dinero y no siempre para la droga”

Con motivo del estreno de la película sobre los animales más icónicos de la animación, la Sección de Guías Caninos abre sus puertas a la prensa para dar a conocer cómo trabajan con sus 488 perros

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Perros de la Policía Nacional (CSB)
Perros de la Policía Nacional (CSB)

Lluna está jubilada y se pasea con su medalla por toda la Sección de Guías de Caninos del Cuerpo Nacional de Policía. Tiene 12 años y vive con su guía Irene, que la acogió después de abandonar su labor de rastreo de armas, estupefacientes y billetes. Menea su rabo con la ilusión del que pisa la escuela por primera vez, como fuese a recomenzar su adiestramiento.

Con motivo del estreno de La patrulla canina: La superpelícula, Infobae España ha pasado una mañana con los perros supersónicos de la Policía Nacional, capaces de detectar todo tipo de olores, de sustancias o incluso de atacar a aquellos que roban un bolso por la calle. “Nos llaman muchísimo para rastrear dinero y no siempre para la droga”, indica a la prensa Juan Antonio Sanz Martín, responsable del Grupo Escuela Cinológica de la Policía Nacional.

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Marshall, Chase, Rocky, Zuma, Skye, Everest... los protagonistas de La patrulla canina, al igual que los perros de la Policía Nacional, tienen una serie de tareas importantes para poder conseguir sus objetivos. “Hay algunos perros que tienen los superpoderes más desarrollados que otros”, comenta entre risas Sanz Martín.

“El uso del perro para labores policiales se está incrementando y casi siempre con el olfato”, indica. No en vano, la última salida del cuerpo canino de la Policía Nacional fue en el devastador terremoto de Marruecos, donde acudieron los perros especializados en el rescate de personas. Sanz Martín confirma, además, que en cuanto se retiren los escombros del incendio ocurrido en varias discotecas colindantes en la zona de las Atalayas, en Murcia, también acudirán para conocer el origen del siniestro.

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La perrita Lluna (CSB)
La perrita Lluna (CSB)

Búsqueda de sustancias, rastro de desaparecidos, supervivientes de un suceso o incluso restos mortales, detección de acelerantes del fuego, defensa, ataque... las labores del cuerpo canino a las órdenes de la Policía Nacional varía según la causa, pero para los perros el fin siempre es el mismo: la recompensa.

“Los perros no tienen interés en el dinero, lo buscan porque les enseñamos”, indica el responsable del Grupo Escuela Cinológica de la Policía Nacional. Los perros no afrontan las tareas de rastreo como una labor, un trabajo a completar, sino como una orden de sus guías: su vínculo más importante. La confianza entre ambos ha de ser lo primordial, de ahí que los 15 primeros días de adiestramiento se basen en la construcción de la relación. Sólo pasean por el cuartel hasta que se conocen más a fondo.

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Como en el caso de Lluna, cuando se jubilan suelen quedarse con su guía. Sin embargo, hay casos en los que no es posible que la relación continúe y buscan una familia adoptiva para el perro en cuestión. “No son perros normales y es difícil a veces que se puedan dar”, indica Sanz Martín. Entrenados para ciertas respuestas sensoriales, los perros de la Policía Nacional requieren de un entorno especial (y favorable) para convertirse en simples mascotas.

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