Sánchez se prepara ante un 12-O de insultos tras el bulo sobre la espera del rey y en plena negociación con los independentistas

“Hijo de puta”, “cobarde” o “traidor” es como suelen calificar los asistentes al desfile del 12 de octubre al presidente del Gobierno hoy en funciones

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Pedro Sánchez con Felipe VI
Pedro Sánchez con Felipe VI y la reina Letizia. (Eduardo Parra / Europa Press)

Cada 12 de octubre, durante cinco años, Pedro Sánchez se enfrenta a insultos y descalificaciones cuando llega al espacio reservado para las autoridades del país en el desfile de las Fuerzas Armadas. “Cabrón”, “hijo de puta”, “traidor”, son algunos de los insultos que, año tras año, el presidente del Gobierno, ahora en funciones, tiene que aguantar cuando sale del coche y espera, junto a la ministra de Defensa, la presidenta de la Comunidad y el alcalde de Madrid, la llegada del jefe del Estado.

Este año, en plenas negociaciones para la investidura, después de las elecciones del 23 de julio y tras el fracaso de la investidura de Alberto Núñez Feijóo, en Moncloa tiene claro lo que Sánchez tendrá que soportar: el camino de la descalificación y los insultos.

Más allá de los insultos, que ya se han convertido en habituales año tras año, en 2022, el presidente del Gobierno se convirtió en un blanco fácil a raíz de un fallo de protocolo, tal y como explicó el propio Sánchez. El presidente del Gobierno llegó unos minutos más tarde que Felipe VI, lo que obligó al monarca a esperar al jefe del ejecutivo en el coche. Una vez llegó al Paseo de la Castellana, Sánchez salió del coche y, casi al mismo tiempo, Felipe VI, hizo lo propio. Según la oposición, lo ocurrido respondía a una estrategia del presidente del Gobierno para evitar sufrir los abucheos de los asistentes. Sin embargo, según explicó el líder del PSOE, “yo he salido cuando me han dicho”, explicó a la prensa, versión que ratificó Casa Real. Una supuesta estrategia que no le libró de descalificaciones.

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En plena negociación de la amnistía

En Moncloa tienen claro que la situación actual es perfecta para volver a sufrir un episodio como el de los años anteriores. Después de que el Partido Popular fuera incapaz de conseguir los apoyos suficientes para la investidura y su estrategia política esté pasando, tal y como ha indicado el PSOE, por “agitar las calles y no respetar el resultado electoral”, todo hace pensar que Sánchez se enfrentará a una gran pitada.

Además, este festivo nacional coincide con las negociaciones que mantiene el PSOE con Sumar, su socio de Gobierno y con los partidos periféricos para lograr los votos necesarios para superar la votación de investidura. Entre los actores políticos que mantienen conversaciones con los socialistas está Junts Per Catalunya y ERC, partidos que exigen la amnistía a cambio de sus votos para hacer a Sánchez presidente. Esta cuestión está siendo explotada por el PP y Vox para intentar ganar apoyos de cara a una posible repetición electoral, cuestión que se podrá observar, casi con total seguridad, el próximo jueves.

De hecho, el president de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, y el lehendakari vasco, Íñigo Urkullu, ambos de viaje oficial, el primero en Bolonia (Italia) y el segundo en Japón, no asistirán a los actos de la Fiesta Nacional. Ambos presidentes, tradicionalmente, no participan en las actividades del 12 de octubre a modo de protesta. Este año, ambos serán los únicos líderes autonómicos que no estarán presentes.

Paralelamente, Margarita Robles ya se ha adelantado a lo que pueda pasar durante el desfile y ha exigido al PP que no sea “condescendiente” si se insulta al presidente del Gobierno, ya que, bajo su punto de vista, también atacan al Rey y a las Fuerzas Armadas.

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