La mitad de los escolares españoles, el 51%, alcanza un nivel básico de competencia en Matemáticas, pero la estadística “esconde” una realidad relevante: el porcentaje desciende hasta el 31,6% entre los alumnos que provienen de las familias económicamente más desfavorecidas y asciende hasta el 73,2% en los que pertenecen a las familias mejor posicionadas. Una brecha educativa de más de 40 puntos porcentuales.
Esta es una de las principales conclusiones del estudio Meritocracia y Educación: movilidad social y desigualdad de oportunidades, elaborado por la Fundación Cotec en colaboración con Iseak y presentado este miércoles en un acto con el Rey y miembros del Gobierno, entre otras personalidades. El documento constata que pertenecer a una familia acomodada multiplica por 2,3 las opciones de éxito en Matemáticas del alumno, lo que sitúa a España en una posición intermedia en cuanto a movilidad social absoluta, definida como la relación entre el rendimiento educativo de los alumnos y el nivel socioeconómico de sus familias.
En concreto, España ocupa el puesto 21 de los 35 sistemas educativos analizados por el informe PISA. Por delante se sitúan la mayor parte de los países europeos estudiados: Portugal, Italia, Alemania, Austria, Bélgica, Irlanda, Dinamarca, Finlandia y Países Bajos. Por detrás solo constan Francia, Luxemburgo y Grecia. Ampliando la visión, China es el país en el que más porcentaje de los alumnos más desfavorecidos (el 83,8%) consiguen superar la competencia básica en matemáticas marcada para dicho estado.
No obstante, hay diferencias por comunidades autónomas y dependiendo de los indicadores que se midan. El informe detalla que las regiones con la mejor movilidad social absoluta son Galicia y Castilla y León, ambas con valores próximos al 42%, mientras que las peor posicionadas en estos términos son Canarias y la Comunidad de Madrid, las dos por debajo del 27%.
El trabajo analiza también la movilidad social relativa, es decir, la probabilidad de que un estudiante del entorno más favorecido alcance un nivel de estudios determinado en relación con otro del entorno más desfavorecido. En España, los hijos de padres ricos tienen un 51% más de probabilidades de alcanzar la competencia básica en Matemáticas que los hijos de padres pobres, lo que sitúa a nuestro país por debajo de la media internacional (en el puesto 25 de 35).
La desigualdad de oportunidades es mayor en el sur de España
Por otra parte, el informe examina cómo se distribuyen las oportunidades de acuerdo con circunstancias no atribuibles al mérito del estudiante. Para ello aplica una metodología basada en el machine learning, lo que permite explotar los microdatos del Informe PISA de 35 países. El valor que resulta indica cómo influye en el rendimiento del estudiante su sexo, el lugar de nacimiento, el idioma que se habla en su familia, la ocupación de los padres, cuántos libros hay en su casa u otros indicadores socioeconómicos.
La conclusión al respecto es que en España un 26% de la desigualdad de oportunidades es atribuible a circunstancias ajenas al control del estudiante. Esto sitúa al país de nuevo en una posición intermedia entre los analizados, en el puesto 19. En cuanto a la desigualdad de oportunidades por territorios, existe una brecha clara entre el norte y el sur, desfavorable a los sistemas educativos meridionales. Castilla y León es la comunidad autónoma con menor desigualdad de oportunidades, con un índice del 15,4%, mientras que la Región de Murcia, en el extremo opuesto, llega hasta el 30,3%.
La principal conclusión extraída de estos datos por los autores del estudio es que se “desmiente” la dicotomía entre equidad y eficiencia: “Los países más eficientes también son los que presentan mayor igualdad de oportunidades”, afirman. De esta manera, destacan que los países que logran una mayor optimización de recursos también obtienen una menor desigualdad de oportunidades, lo que sugiere un “círculo virtuoso” entre equidad y eficiencia educativa.