El Gobierno retrasa su previsión de llegar al ‘pleno empleo’ a 2038, más de una década

El documento de proyecciones del gasto en pensiones contempla también un aumento notable de las tasas de ocupación y de actividad a pesar del envejecimiento como consecuencia, entre otros factores, de prolongaciones voluntarias de la edad de jubilación

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El presidente en funciones, Pedro Sánchez, y la ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, durante un acto de la campaña de las elecciones del 23-J (PSOE)
El presidente en funciones, Pedro Sánchez, y la ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, durante un acto de la campaña de las elecciones del 23-J (PSOE)

En plena campaña electoral para las elecciones generales del pasado 23 de julio, la vicepresidenta primera en funciones y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, aseguró en una conversación con Pedro Sánchez que uno de los objetivos del Ejecutivo para la próxima legislatura es lograr el “pleno empleo” efectivo, algo que situó en bajar la tasa de paro al 8%. Posteriormente, el compromiso se apareció por escrito en el programa electoral del PSOE tal cual se formuló en dicho acto.

Apenas tres meses después, el informe de proyecciones del gasto público en pensiones publicado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones retrasa este objetivo hasta 2038, lo que supone asumir que será necesaria al menos una década más para que la promesa electoral del PSOE se cumpla. Según el informe, la tasa de paro media pasará del 12,2% en 2023 al 5,5% en el año 2050, bajando del 10% en 2032. De esta manera, España convergería con Europa en tasa de desempleo en el medio plazo.

En esta línea, el documento también anticipa que el paro estructural descenderá un 55% entre 2018 y 2025 como consecuencia de la reducción de la temporalidad por la reforma laboral, el aumento de los ocupados en el sector TIC y la puesta en marcha del Mecanismo RED. Este último tiene el objetivo de evitar que las empresas usen el despido como medida principal para ajustar sus cuentas en periodos de crisis, algo característico de la economía española hasta la recesión provocada por la COVID.

Fuentes del ministerio que dirige Escrivá opinan acerca de este ‘retraso’ que el ritmo previsto en el informe de descenso del desempleo demuestra que las hipótesis macroeconómicas que lo sustentan son razonables y realizables y señalan que la proyección se ha elaborado teniendo en cuenta que el sentido de la política económica y laboral actual se mantiene en el tiempo. En contraste, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) estimó en su informe sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas que la tasa de paro se situará en el 11,6% en 2026 y en el 7% en 2050, aunque en un escenario de mayor crecimiento potencial sí que anticipa un 5,5% para dicho año.

El documento de proyecciones del gasto en pensiones contempla también un aumento notable de las tasas de ocupación (empleo) y de actividad a pesar del envejecimiento. Por una parte, se pronostica que el aumento de los incentivos para prolongar la jubilación y la mejora del mercado laboral “corregirá” la tendencia de que la protección por desempleo y la jubilación anticipada sea utilizada de manera sistemática como “vehículos para la salida prematura del mercado de trabajo”.

Basándose en esta tesis, el ministerio prevé que la tasa de actividad de las personas entre 55 y 64 años pasará del 68,2% en 2023 al 81,8% en 2050 y se multiplicará en el rango de los 65 a los 74 años desde el 7,5% de 2023 hasta el 19,5% de 2050. El mismo transcurso anticipa para la tasa de ocupación de estos colectivos ‘seniors’, que pasarían de una tasa del 37,6% entre los 55 a 74 años a una del 50,7% en esa misma franja de edad en 2050.

El incremento de estos dos indicadores también vendría por la llegada de más población inmigrante en edad de trabajar. En concreto, el ministerio prevé una tasa de inmigración neta del entorno de 300.000 personas al año durante el periodo 2022-2050, un cálculo bastante más optimista del que hacen el INE y la AIReF, sobre todo a partir de la década de 2030. Estas personas ocuparían puestos de trabajo vacantes por la caída de la población nativa española en edad de trabajar. “Los flujos migratorios contribuirán de forma significativa a compensar las carencias de mano de obra del mercado laboral en España”, detalla el documento.

El mercado laboral apuntalaría los ingresos de las pensiones

Los ajustes mencionados en el mercado laboral son uno de los pilares principales para sostener las pensiones, por lo que la necesidad de más ajustes dependerá en gran medida de que estas proyecciones se cumplan. Fuentes del Ministerio de Seguridad Social tildan la reforma laboral de alimento esencial para la reforma de pensiones diseñada por Escrivá y reconocen que esta habría tenido un contenido muy distinto si no se estuviera produciendo ya la transformación descrita en el mercado de trabajo. El problema reside en con qué rapidez y profundidad se terminan produciendo los cambios previstos.

A modo de ejemplo, de todas las medidas que suponen un aumento de los ingresos del sistema para sostener las pensiones, las reformas del mercado de trabajo son las que más aportan en el corto plazo, suponiendo un 0,6% del PIB en 2023 que solo es complementado por un 0,2% del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI). Ampliando el foco, el efecto medio anual entre 2022 y 2050 sería de un 0,4% del PIB por el MEI; un 0,36% el aumento de las bases máximas; un 0,37% la reforma del sistema de cotización de los autónomos y un 0,29% la reforma laboral, entre otras aportaciones menores.

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