El calvario de un policía nacional de Vallecas (Madrid): un hombre empapeló las calles con su cara y se hizo pasar por mujer para acusarlo de agresión sexual

El autor de los carteles aseguraba ser una detenida y denunciaba que el agente le había tocado los pechos en los calabozos

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El cartel colocado en las calles de Puente de Vallecas con el rostro del policía.
El cartel colocado en las calles de Puente de Vallecas con el rostro del policía.

Un mes y medio de baja psicológica, un cambio de domicilio y un grave problema de seguridad. Sólo son algunas de las consecuencias que ha sufrido un agente de la Policía Nacional destinado en la comisaría del distrito madrileño de Puente de Vallecas después de que decenas de carteles con su rostro empapelaran las calles por las que patrulla, según informan fuentes policiales a Infobae España. En el texto que acompañaba las fotografías, una supuesta mujer latina lo acusaba de haberle tocado los pechos cuando se encontraba en los calabozos en calidad de detenida.

“Este pendejo de la foto me tocó mis tetas abajo en el calabozo cuando me llevaron detenida por música alta. No hay machos aquí de paisanos míos que se atrevan a pegar a la policía... Si discutes con españoles siempre perdemos. Hago un llamamiento a todos los latinos, ya llegó el momento de enfrentarse a ellos”. Son parte de las palabras que se podían leer en los carteles, colocados con pegamento en fachadas y farolas de varias ubicaciones del distrito el pasado mes de julio.

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El agente señalado, que realizaba labores de seguridad en los calabozos de la comisaría, estaba de vacaciones en otro punto del país cuando recibió la llamada de sus compañeros. Algunos vecinos habían acudido a las comisarías de Puente y Villa de Vallecas para avisar de la colocación de estos carteles que le atribuían una agresión sexual y ponían en peligro su integridad como agente de la autoridad.

Los hechos que denunciaba la supuesta víctima eran inverosímiles, ya que como mínimo son dos los funcionarios que deben realizar los traslados de las mujeres detenidas en los calabozos. El agente sabía de su inocencia, pero durante esos días recibió múltiples mensajes y llamadas preguntándole por lo sucedido.

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Su seguridad en las calles por las que iba a comenzar a patrullar —ya había sido destinado a labores de seguridad ciudadana en la misma comisaría— estaba en entredicho. También se sentía perseguido por el autor de los carteles, ya que la foto que aparecía en los mismos había sido tomada en el trayecto entre su domicilio y la comisaría. Por ese motivo decidió cambiar de vivienda.

Detenido cuando colocaba más carteles

Mientras el asunto se resolvía, también tuvo que darse de baja psicológica y ponerse en manos de los servicios de prevención de riesgos laborales de la Policía Nacional. Además, recibió el apoyo del Sindicato Unificado de Policía (SUP).

En comisaría, los investigadores ya tenían un nombre encima de la mesa, el de un hombre español de 43 años que poco antes había sido detenido -por primera vez- por agredir a otro agente con un palo. Parecía sufrir algún tipo de trastorno mental y aseguraba que otras personas lo amenazaban con cerbatanas, un arma que los policías le encontraron entre sus pertenencias.

El sospechoso había increpado en el Metro de Madrid al agente señalado, con el que coincidió en los calabozos de la comisaría. Días antes, también había pinchado las ruedas de varios coches particulares de otros funcionarios. El pasado 26 de julio, fue detenido in fraganti cuando estaba pegando más carteles con el rostro del agente. Iba tapado con una mascarilla y llevaba encima un total de 18 carteles con los que pretendía prolongar el calvario del policía.

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