“¡Vamooooooooos! ¡Joder!”. Carlos Alcaraz se autorregañó a sí mismo con un grito bien potente en decibelios ya bien entrado el tercer set, cuando la suerte del encuentro estaba echada. Su enfado era comprensible: tras llevarse la primera manga, el número dos del mundo no dispuso el tenis suficiente como para evitar que Grigor Dimitrov remontase y le dejase fuera del Masters 1000 de Shanghái en octavos de final (5-7, 6-2, 6-4).
La primera gira asiática del español no ha ido, a buen seguro, como a él le habría gustado. Vino a China para tratar de volver a arrebatar el número uno a Novak Djokovic, ausente, y se fue de vacío tanto en el ATP 500 de Pekín como en el torneo gordo. En esta ocasión, el culpable fue un Dimitrov al que le salió todo y que amenazó con dar problemas desde los primeros compases. Vaya si lo consiguió: haciendo gala del juego que le llevó a ser comparado con Roger Federer y a ocupar el tercer puesto del ranking, sacó de quicio a Alcaraz, cuyas hechuras al resto nacieron y murieron en el primer parcial.
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Aunque supo recomponerse de un break del búlgaro para devolvérselo y ponerse por delante en el marcador, el de El Palmar no mantuvo esa dinámica después. De hecho, cometió el mismo error, y esta vez sí le costó caro: ceder el saque ante Dimitrov. Con el añadido de hacerlo nada más empezar el set, debido a una subida fallida a la red.
No hubo manera de sacar de su estado de gracia a Dimitrov. Por mucho que Alcaraz se sacase de la chistera alguna de sus características dejadas de escándalo, no era su día. Y sí el de su adversario, con una solidez tanto tenística como mental que no había exhibido hasta la fecha en sus duelos contra el murciano.
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Un desempate fatal
A Alcaraz todavía le quedaba la esperanza de estar ante un mal sueño pasajero, que podía acabar remediándose a la hora de la verdad. Sin embargo, no fue así. Dimitrov volvió a escaparse de la mano de un nuevo break y provocó la desesperación absoluta del campeón de Wimbledon, que incluso llegó a dolerse del pie derecho.
Buscó imponerse hasta el final, pero no hubo manera. Fue la nueva víctima de la suerte de purga que afecta a buena parte de las principales raquetas masculinas en esta edición de Shanghái. Antes de que se produjera la derrota de Alcaraz, ya habían llegado las de Daniil Medvedev (7-6 [8], 6-2 frente a Sebastian Korda) y Jannik Sinner (6-2, 3-6, 7-6 [5] a manos de Ben Shelton). También las de Holger Rune (6-0, 6-2 para Brandon Nakashima), Stefanos Tsitsipas (6-4, 3-6, 7-5 a favor de Ugo Humbert), Casper Ruud (7-6 [3], 3-6, 6-4: victoria de Fábián Marozsán), Alexander Zverev (6-3, 6-1 de Román Safiulin) y Taylor Fritz (ganó Diego Schwartzman 6-4, 3-6, 7-6 [5]).
Nicolás Jarry habría sido el rival de Alcaraz en cuartos de final. El ATP de Basilea será su próxima competición antes de afrontar, a finales de octubre, otro Masters 1000, el de París-Bercy. Aún está por ver cuándo volverá a verse las caras con Djokovic: la pelea por el liderato seguirá abierta hasta final de temporada.