Sánchez obvia las protestas de la derecha contra la amnistía y pisa el acelerador hacia su investidura

El líder del PSOE encara a partir de este lunes una semana clave para impulsar las negociaciones sin reparar en las críticas de PP y Vox, que salieron a las calles de Barcelona arropados por más de 50.000 personas

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Pedro Sánchez, este sábado en un acto público en Granada. EUROPA PRESS
Pedro Sánchez, este sábado en un acto público en Granada. EUROPA PRESS

Pedro Sánchez tiene su investidura en el horizonte. Todavía no hay una fecha concreta, a la espera de que las negociaciones con los diferentes partidos estén “maduras”. Y, aunque las presiones de la derecha contra el apoyo de los independentistas a cambio de una ley de amnistía se acentúan, el líder socialista no aparta la mirada del objetivo, que no es otro que negociar a varias bandas para tratar de armar una mayoría que no solo permita la investidura, sino que de estabilidad al país. Su plan, por tanto, seguirá adelante por más actos y marchas que organice la derecha, que se reunió este domingo en Barcelona para clamar contra la teórica amnistía. Más de 50.000 personas –según los datos de la Guardia Urbana–, entre ellas Feijóo y Abascal, además de otros representantes de PP y Vox, se echaron a la calle.

Poco o nada parece importarle al secretario general del PSOE, que, después de recibir el encargo del rey el pasado martes, no quiere perder ni un minuto para lograr su propósito: revalidar al frente de la Moncloa otros cuatro años. “A la tarea, que llevamos unas semanas perdiendo el tiempo como país”, urgió el pasado martes. En este sentido, Pedro Sánchez encara a partir de este lunes una semana clave para impulsar las negociaciones sobre su investidura.

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Al margen de la reunión de la semana pasada con Yolanda Díaz, en la que ambos líderes acordaron darse de margen el mes de octubre para cerrar un pacto de gobierno de coalición, el todavía líder del Ejecutivo en funciones pisará el acelerador para reunirse esta semana con todos los representantes de los grupos del arco parlamentario, a excepción de Vox.

Sánchez se reunirá con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, este lunes por la tarde en el Congreso. Aunque este encuentro está enmarcado en la ronda de contactos de cara a su investidura, Sánchez no le pedirá su apoyo ni apelará “a la peor de las corrupciones, el transfuguismo”. El líder del PSOE, tal como explicó hace unos días, aprovechará el encuentro para exigir a Feijóo el desbloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicia (CGPJ), con el mandato caducado desde hace casi cinco años, y urgirle a “desterrar el insulto y la descalificación de la conversación y la disputa política”.

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Por su parte, Feijóo asistirá a esta cita para trasladar su “absoluto rechazo” a la posibilidad de que “la gobernabilidad de nuestro país esté condicionada a las exigencias del independentismo y suponga la ruptura de la igualdad de todos los españoles”, según informan fuentes del PP. “La amnistía no puede ser moneda de cambio para que Pedro Sánchez se mantenga en Moncloa”, apostillan estas fuentes.

La derecha agita la calle para protestar contra una amnistía

Feijóo llevará a Sánchez el mensaje que respaldaron este domingo miles de personas en la manifestación de Barcelona, convocada por Sociedad Civil Catalana (SCC). Bajo el lema No en mi nombre, la derecha y la ultraderecha actualizaron la foto de Colón al exhibir unidad frente a una eventual ley de amnistía a los encausados por el procés catalán, que el propio Sánchez ya reconoce que negocia con los partidos independentistas.

Feijóo durante la manifestación contra la amnistía, celebrada este domingo en Barcelona. REUTERS
Feijóo durante la manifestación contra la amnistía, celebrada este domingo en Barcelona. REUTERS

Allí estuvieron, juntos pero no revueltos, PP y Vox. O sea, Feijóo y Abascal, cada uno por su lado, evitando un encuentro que pudiera dar pie a otra foto como aquella ya famosa de Colón de febrero de 2019. El líder del PP, que acudió junto a sus barones y su núcleo de confianza, también Isabel Díaz Ayuso, acusó a Sánchez de “hacer negocio”. “Está haciendo un negocio, que es la presidencia del Gobierno, después de perder, por siete votos independentistas. Ni Cataluña es un negocio ni la presidencia se puede vender ni transaccionar en base a una decisión reaccionaria como es faltar a la igualdad de los ciudadanos ante la ley”, denunció.

Feijóo, instalado ya definitivamente en la oposición, catalogó la amnistía como una “cacicada impropia de una democracia consolidada”. “No se trata de una amnistía que busque la reconciliación, lo que busca exclusivamente es la presidencia del Gobierno. No se trata de una amnistía que busque la convivencia, lo que busca es una transacción económica después de perder a cambio de siete votos de personas que tienen cuentas con la justicia”, dijo.

Por su parte, Abascal, arropado también por parte la cúpula de Vox, aseguró que “el golpe que pretende Sánchez desde la Moncloa es una auténtica fechoría”. “La amnistía y la determinación que están puestas encima de la mesa y son una agresión a la Constitución y al pueblo honrado”, espetó el líder de la ultraderecha, y advirtió a Sánchez. “Pararemos el golpe que se pretende perpetrar desde la Moncloa. Que nadie tenga ninguna duda”

Nada nuevo para el líder socialista, quien el sábado, durante un acto en Granada, reiteró que “quien quiera aspirar a gobernar España” tiene que comprender y asumir dos cosas: “el pluralismo político y la diversidad territorial”. “A los profetas del apocalipsis les digo que España convive, que España avanza y que España cuenta más en el escenario internacional y europeo gracias a la administración del PSOE”, presumió. La marcha celebrada no contó con la presencia de ningún dirigente del PSC, pese a que otros años sí ha estado representado por sus máximos dirigentes.

Salvador Illa, que justificó su ausencia al entender que “no es el momento de salir a la calle; es el momento de articular lo que los ciudadanos votaron el 23 de julio”, participó a la misma hora en un acto de las juventudes socialistas en el que cargó contra la movilización de PP y Vox. “Vemos de nuevo a la derecha de la mano de la ultraderecha para sembrar crispación y generar miedo. Siempre a la contra, incapaces de construir nada nuevo”, criticó.

El PSOE muestra unidad en torno a Sánchez

Aunque las negociaciones con los independentistas han provocado críticas también por parte de la vieja guardia del PSOE, los de Pedro Sánchez exhiben unidad conscientes de la embestida de la derecha, que amenaza con acentuarse. Buena prueba de ello fueron las mociones que el PP llevó la semana pasada al Senado y a la Asamblea de Madrid. Ambas fueron rechazadas por los socialistas, que dieron su “no como una casa” a una iniciativa “antigua, vieja”. “Se abre un nuevo tiempo en nuestro país en el que el diálogo es el método y la Constitución el marco de toda negociación”, apostilló la portavoz del PSOE en la Cámara Alta, Eva Granados (PSC).

En el marco de la ronda de contactos que Sánchez quiere impulsar esta semana (la agenda incluye encuentros sectoriales), el líder del PSOE asumirá en primera persona encuentros poco cómodos para su formación con los representantes parlamentarios de Junts, ERC y EH Bildu. No obstante, con respecto a sus anteriores investiduras, esta decisión supone un avance en la normalización de los contactos con estas fuerzas políticas.

Asimismo, al enmarcar estas reuniones en el ámbito parlamentario, Sánchez evitará tener que mantener encuentros, a buen seguro polémicos, con los líderes de estos partidos, es decir, con Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y Arnaldo Otegi, respectivamente. Por tanto, Sánchez tiene previsto reunirse en los próximos días con los portavoces de los grupos independentistas, además de otras fuerzas políticas (PNV, BNG y Coalición Canaria, a excepción de Vox) para explorar su eventual apoyo a su investidura.

Pedro Sánchez junto a Carmen y Juan Espadas, este sábado en Granada. EUROPA PRESS
Pedro Sánchez junto a Carmen y Juan Espadas, este sábado en Granada. EUROPA PRESS

El presidente del Gobierno en funciones desoye las críticas de la oposición y sigue dando pasos hacia una investidura exitosa. Este objetivo pasará previsiblemente por una eventual ley de amnistía. En este sentido, ya no solo reconoce que negocia la amnistía; también la verbaliza y la defiende. Fue en Granada, el pasado viernes, cuando acompañado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, pronunció esta palabra.

Para Sánchez, la medida de gracia “no deja de ser una forma de tratar de superar las consecuencias judiciales a la situación que vivió España con una de las peores crisis territoriales de la historia de la democracia en el año 2017″. Y, ante las críticas de la derecha y de parte de la vieja guardia de su partido por las negociaciones con los independentistas, el líder del PSOE se escuda en el mandato de las urnas: “Los españoles han hablado. Nos han dicho que este es el reparto de fuerzas políticas, pónganse de acuerdo y tengamos un gobierno estable”, recordó también en Granada.

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A la espera de que los socialistas alcancen un acuerdo con ERC y Junts en este sentido, los de Pedro Sánchez quieren desmarcarse de la propuesta de Sumar sobre la amnistía, que presentará la propia Yolanda Díaz este martes en Barcelona. “Nosotros conocemos la propuesta de Sumar, como conocemos la de otros partidos políticos en relación con la amnistía. Sí quiero decir, que no es la propuesta del Partido Socialista”, explicó Sánchez.

Los socialistas evitan exhibir en público las negociaciones con sus potenciales aliados en el Congreso. Ante la urgencia de formar un gobierno de Sumar y las críticas de la derecha por los acuerdos a los que pueda llegar el PSOE con los independentistas, Pedro Sánchez seguirá su propia hoja de ruta que le permita revalidar al frente de un nuevo ejecutivo de coalición progresista.

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