Las 8 mejores rutas para hacer con niños en Asturias: desde el ‘sendero mágico’ hasta los acantilados del infierno

Montañas, valles, acantilados y hermosas playas salpican a una de las provincias más bellas de España. Gracias su impresionante y valioso patrimonio natural, Asturias se ha convertido en uno de los destinos más hermosos de nuestro país. En él, su terreno escarpado combina a la perfección con el verde de los prados y el azul de sus arenales mágicos, ofreciendo un abanico turístico impresionante.

Una de las mejores formas de disfrutar de todo este conjunto es a través de los numerosos senderos que recorren todo el territorio. Esto se caracterizan por albergar un encanto sin igual y por ser ideales para disfrutar en familia o con amigos. De esta forma, hemos seleccionado ocho rutas de senderismo que son imprescindibles en la provincia y que son perfectas para hacer con los más pequeños.

Este bello sendero recorre alrededor de tres kilómetros y medio en sentido circular por la inmensa naturaleza asturiana. Se localiza en el pueblo de Tineo y tiene su punto de partida en la aldea de El Faidal, junto a la ermita. El camino es de lo más apacible y agradable, pues transcurre a través de un pintoresco castañar y en las inmediaciones del arroyo de la Regueirina. A su vez, construcciones como el molino de El Faidal aparecen de sorpresa, así como en el punto más alto del camino se puede divisar Peña Manteca.

Se trata de uno de los recorridos más bonitos de Asturias, pues discurre a través de los acantilados que forma la costa que separa los pueblos de Luanco y Bañigues. Desde la página web de turismo de Asturias, recomiendan comenzar la ruta en Luanco, a la altura del Club Náutico, junto a la playa. Desde allí, se contemplan los paisajes que brinda la sierra de Peñoro, con maravillosas vistas del mar Cantábrico y los acantilados costeros. Además, son numerosos los miradores que permiten admirar el paraje, como es el caso de la Punta de la Vaca.

Seguidamente, el viajero se topa con el puerto de Moniello y su playa, la cual alberga una zona de descanso, y desde donde uno se puede acercar a punta Palleya. Este es un espacio de pozas naturales ideales para un baño en mitad de la naturaleza. En total es un recorrido de alrededor de 12 kilómetros en sentido ida y vuelta.

Estos impresionantes acantilados hacen honor a su nombre, pues sus paredes verticales y terreno abrupto conforman un imponente paraje. No obstante, su camino es bastante sencillo, lo que permite hacerlo con niños. El itinerario parte del área recreativa de Cuerres, muy cerca de la playa de Guadamía, frontera natural con el concejo de Llanes, y llega hasta las proximidades de Ribadesella. Cabe destacar que el camino no sigue una dirección propiamente dicha, sino que transcurre por caminos y prados, y la línea costera es la que marca el rumbo a seguir.

En apenas 300 metros, los bufones son la primera atracción que se encuentra el viajero. Se tratan de orificios o cavidades verticales que conectan con el mar desde el acantilado. Más tarde, comienza a emerger los primeros acantilados de la mano de paredes como las de Castro Arenas o las del Tomasón. A su vez, también se contempla el islote de Palo Verde, que da nombre a los acantilados del lugar, pero no será hasta los cinco kilómetros cuando se verán los imponentes acantilados del infierno.

La ruta que conduce a la cueva de El Pindal y al monasterio de Tina, en Ribadedeva, es una de las más fáciles y pintorescas de Asturias. Es perfecta para hacer con los más pequeños, los cuales disfrutarán de un camino en plena naturaleza y de uno de los puntos más bellos de la provincia. Pues la cueva de El Pindal está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, pero esto no se queda aquí, ya que está rodeada por un bello entorno con vistas al mar.

A lo largo de dos kilómetros, en sentido ida y vuelta, el viajero contempla también las ruinas del monasterio de Santa María de Tina, cuyo origen se remonta a asentamientos cristianos del siglo XII y XIII. Igualmente, se puede aprovechar y descansar en el pintoresco pueblo de Pimiango, o acercarse hasta el mirador del El Picu, desde donde en los días más claros se puede divisar el macizo central de los Picos de Europa: el Picu Urriellu o Naranjo de Bulnes.

En esta selección no podía faltar la mágica senda del Valle Invisible. A lo largo de alrededor de 12 kilómetros se pueden contemplar varias referencias al libro El Valle Invisible, así como tallas de madera y de piedra, paneles informativos de la zona e historia del pueblo. Su punto de partida se localiza en el pueblo de San Roque del Acebal, concretamente detrás de la estación de servicio de esta localidad.

A su vez, el itinerario pertenece al Camino de Santiago y se puede subir también hasta el mirador del Cuera, el cual brinda unas vistas fantásticas de todo el entorno. La misteriosa cueva Collubina es otro de los atractivos fundamentales en este sendero.

A lo largo de ocho kilómetros, esta caminata promete ser una de las más especiales de Asturias. Empieza y finaliza en el pueblo de Bustu, es un camino que discurre pegado a la línea costera y que cuenta con hasta siete miradores. Estos permiten contemplar unas vistas impresionantes de todo el litoral y quedar asombrado con la espectacularidad de sus acantilados y playas de roca. También se aprecia la preciosidad de sus aguas cristalinas y de los fondos marinos que invitan a darse un baño haciendo snorkel o bien buceando por ellos.

La ruta de la Peridiella es un paseo en plena naturaleza donde la familia se adentra en un mundo mágico. El sendero no entraña dificultad alguna y cuenta con una distancia de alrededor de ocho kilómetros en sentido lineal. Igualmente, cuenta con una ruta circular alternativa de un kilómetro y medio. Es ideal para hacer en otoño, momento en el color ocre y dorado de los árboles combina a la perfección con la atmósfera mágica y de fantasía de este bello paraje.

Tiene su punto de partida en el santuario de la Virgen de la Cueva, apenas a tres kilómetros de la capital del concejo, L’Infiestu. Nada más comenzar, el paraje ya da un aviso de la espectacularidad del lugar, pues el santuario se ubica en una cueva natural formada por una enorme roca. A poco de iniciar el camino, el gran Ratoncito Pérez nos saluda desde su casa, así como los diferentes duendes y gnomos que se encuentran en cada rincón del sendero.

Sus casas y pequeñas construcciones son de admirar, pues aprovechan cada grieta en la madera de los árboles o en la roca para crear puertas, ventanas o incluso casas. Por su parte, cabe destacar que esta ruta artística es obra de Ángeles Cobián, la cual realizó la primera obra en un árbol y debido a la gran acogida que tuvo ha producido este bello sendero conocido como el ‘senderu máxicu’.

La mejor forma de definir a la región de los Oscos es el senderismo y una de las mejores rutas para disfrutarla es la que se conoce como el Forcón de los Ríos. Con alrededor de 12 kilómetros de longitud, esta ruta circular es la combinación perfecta entre naturaleza y etnografía. Se inicia al lado de la casa de cultura de Santa Eulalia de Oscos y finaliza en Ferreirela de Baxo, donde se encuentra el Museo Casa Natal del Marqués de Sargadelos. Todo el recorrido está marcado por la extensa y boscosa vegetación de robles, abedules y pinos, así como por diversas casonas ganaderas, las cuales aportan un importante valor etnográfico a la zona.