El calor no da tregua y el veranillo de San Miguel sigue extendiéndose en estos días de octubre, cuando las temperaturas ya deberían ser más bajas, como corresponde en otoño. Este verano ha sido el tercero más cálido en España desde que existen registros, pero aún hay un dato más alarmante y es que el de 2022 fue el más caluroso de los últimos 700 años, según un estudio elaborado por un internacional de investigadores en el que participa el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), publicado ahora en la revista Atmospheric Research.
En ese periodo se alcanzaron temperaturas sin precedentes, lo que favoreció la aparición de olas de calor más intensas y duraderas así como una situación de sequía extrema, especialmente en el noreste del país. Por ello, los científicos urgen a tomar medidas políticas para mitigar los efectos del cambio climático.
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“En los últimos veinte años las olas de calor y los episodios de sequía en España son cada vez más frecuentes, pero el de 2022 fue un verano excepcional en este aspecto, batiéndose récords de temperaturas. Este hecho se vio favorecido por la llegada a la península ibérica de masas de aire extremadamente cálidas procedentes de África con mayor frecuencia y más persistentes de lo habitual”, señala Ernesto Tejedor, investigador del MNCN-CSIC y uno de los autores del estudio.
Para confirmar la singularidad de este periodo, indica el experto, se compararon los datos de temperatura y precipitación de 2022 con los registrados por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en 75 estaciones distintas desde hace 130 años, en el caso de la estación más antigua.
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Según señala el investigador, “el análisis reveló un aumento de la temperatura superficial del mar de 3,3 grados; de 2,1 grados en la temperatura media; de 2 grados en las ciudades y un incremento de cuatro días en la duración de las olas de calor”. Por otra parte, aunque los datos de precipitación fueron similares a los habituales en el periodo estival en el Mediterráneo, las altas temperaturas provocaron un incremento de la evapotranspiración, llevando a una situación de sequía extrema”, añade.
Los investigadores también compararon la temperatura registrada en el verano de 2022 con reconstrucciones climáticas obtenidas a través de los anillos de árboles localizados en el noreste español, análisis que desveló que, con muy alta probabilidad, 2022 fue el verano más cálido y seco de los últimos 700 y 279 años respectivamente.
Una Europa vulnerable
Las olas de calor del verano de 2003 ya demostraron la vulnerabilidad de Europa ante el aumento de las temperaturas, provocando cientos de muertes, por lo que las medidas de prevención son más necesarias que nunca.
“Aunque el verano de 2022 supone una anomalía extrema en la historia climática del país, existe un patrón de veranos cada vez más cálidos desde comienzos del siglo XXI que aumenta la probabilidad de que esa anomalía se repita cada pocos años”, dice Tejedor, que considera fundamental que se empiecen a establecer políticas y planes de mitigación para combatir el cambio climático, especialmente en las ciudades donde las islas de calor perjudican a la población más vulnerable.
Los refugios climáticos o los planes para mejorar la resiliencia y adaptación al cambio climático, concluye el experto, son algunas de las medidas que las instituciones deben poner en marcha cuanto antes.