Cinco guardias civiles aceptan penas de prisión por apalizar a un joven al que detuvieron sin motivo en Majadahonda (Madrid)

Los agentes alcanzan un acuerdo de conformidad con la Fiscalía y evitan la celebración del juicio

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Entrada de la Audiencia Provincial.
Entrada de la Audiencia Provincial. (Gustavo Valiente/Europa Press)

Cinco agentes de la Guardia Civil han aceptado penas de hasta 3 años y 9 meses de prisión por dar una paliza a un joven al que detuvieron sin motivo y cuando estaba inmovilizado en la parte trasera de una gasolinera en la localidad madrileña de Fuenlabrada. Los cinco funcionarios, que también falsificaron el atestado de la intervención, han evitado la celebración del juicio, prevista para este lunes, al llegar a un acuerdo con la Fiscalía.

Dos de los agentes acusados por apalizar a la víctima, que además son hermanos, han aceptado un total de 3 años y 9 meses de cárcel. Asimismo, han aceptado 4 años de inhabilitación absoluta por el delito de detención ilegal, por lo que podrán ser apartados del cuerpo.

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Los otros tres agentes, que no participaron en la agresión, han aceptado 1 año y 9 meses de prisión por los delitos de falsificación documental y contra la integridad moral. Para los dos hermanos la Fiscalía pedía en su escrito de acusación 10 años de cárcel, mientras que para los otros tres solicitaba penas de 4 años y 6 meses de prisión.

Según el relato del ministerio fiscal, sobre las 12:55 horas del 1 de diciembre de 2019 los agentes recibieron un aviso porque en la calle Doctor Mariano Alcaraz de la localidad madrileña de Majadahonda dos jóvenes estaban causando desórdenes en la vía pública. En concreto, estaban deteniendo a los vehículos que estaban circulando y “golpeándolos con una botella de cristal, increpando e insultando a los conductores así como al resto de viandantes”.

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Cuando los acusados llegaron al lugar, los agentes de la Policía Local les explicaron que ya habían levantado un acta contra los dos jóvenes y que ambos se habían marchado tras la denuncia administrativa. Sin embargo, los cinco guardias civiles acudieron a una gasolinera situada en las inmediaciones y allí encontraron a los dos jóvenes, quienes fueron conducidos a la zona exterior del lavadero del establecimiento.

Estando ambos arrinconados en una pared hablando con los agentes, “de repente, sorpresiva y arbitrariamente, sin mediar previamente ninguna clase de comportamiento agresivo” por ninguno de los jóvenes, dos de los guardias pegaron puñetazos a uno de ellos “reiterada e innecesariamente” y le derribaron, según indica el escrito fiscal.

Tras caer el suelo continuaron con los golpes, “asumiendo el padecimiento físico al que estaba siendo sometido sin ejercer defensa alguna” y sin arremeter contra los agentes “ni antes ni durante ni después” de estar siendo golpeados. El joven quedó “reducido y engrilletado infundadamente con las manos a la espalda y con todo el cuerpo boca abajo durante aproximadamente diez minutos con el frío y el suelo mojado por la lluvia”.

La víctima de la agresión fue introducida a continuación en el vehículo de los agentes y conducida a dependencias policiales, donde los dos guardias civiles que le habían golpeado le detuvieron “con conocimiento de que no existía causa legal para ello”. El joven herido fue trasladado dos veces al médico con heridas leves y pasó la noche en el calabozo.

Los cinco acusados, “con el fin de justificarse y de eximirse cada uno de ellos de las respectivas responsabilidades por su actuación precedente”, confeccionaron un atestado firmado por ellos mismos como fuerza actuante donde narraban “unos hechos al margen de la realidad”.

Noticia elaborada con información de EFE

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