Bryan Zaragoza, el regateador de la calle que destrozó al Barcelona: “Juego para esto, me he criado en el barrio”

El futbolista andaluz, con dos goles, uno de ellos tras una jugada superlativa, privó a los de Xavi de la victoria en Granada. En su primer año en la élite, es el jugador de LaLiga que más regates exitosos realiza y ha sido convocado a última hora por Luis de la Fuente para la selección

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Bryan Zaragoza celebra uno de
Bryan Zaragoza celebra uno de sus goles ante el Barça (Getty).

El Barça se presentó en el Nuevo los Cármenes exigido por las circunstancias. Las que habían creado Bellingham y Vinicius devolviendo el liderato al Real Madrid y Griezmann rescatando en el último minuto las opciones de campeonato del Atlético. Los de Xavi no podían fallar. Sin embargo, su visita al feudo nazarí se vio truncada por un califa de nombre anglosajón, apellido maño y talento andaluz. Bryan Zaragoza (Málaga, 2001), la perla del Granada, un jugador diferente, de esos que se escapan de los cánones del fútbol actual, donde reina cada vez más el físico. Bryan es todo lo contrario, un joven más bien enclenque, menudo, pero con un talento especial. Es, ni más ni menos, un jugador de calle, desacomplejado, un virguero amante del regate. Y con esas armas desnudó a la defensa del Barça, firmó un doblete en 29 minutos y desató la locura en Granada.

Ante los de Xavi, Bryan hizo simplemente lo que ha hecho siempre, lo que aprendió en las calles de Málaga cuando era solo un niño. “Juego para esto, para el regate. No para estar corriendo detrás de la pelota. Me he criado jugando en el barrio, no me sorprende lo que he hecho”, reconoció tras su exhibición. El atacante pudo redondear una noche de ensueño con el hat-trick, pero su disparo se estrelló en la madera. “Sabíamos que es una bala en la banda derecha. Se apoyan mucho en él para hacer transiciones y contragolpes. Es un jugador muy difícil de parar”, admitió el técnico catalán. Finalmente, Bryan no se llevó el balón ni los tres puntos, pero sí otro premio aún mayor: la convocatoria para la selección absoluta. Luis de la Fuente le reclutó junto a Ansu Fati tras conocerse la baja de Yeremi Pino por lesión.

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Lo cierto es que su irrupción en la élite ha sido impactante, seguramente insospechada para la gran mayoría. El salto era enorme, como él mismo reconocía antes de estrenarse en la máxima categoría. “Hace seis meses jugaba en Segunda B y ahora jugaré en Primera con el equipo que me dio la oportunidad, que me firmó en juveniles de un equipo de barrio”, aseguraba tras conseguir el ascenso a LaLiga. Fue el último paso de un crecimiento meteórico. El extremo debutó con el primer equipo del Granada en un partido de Copa del Rey en la temporada 2021/22. Su realidad entonces era la Segunda Federación –cuarta competición española–, donde jugaba en el filial, el Recreativo Granada. Tras destacar y firmar siete goles, fue entrando poco a poco en el primer equipo el curso pasado, donde terminó siendo clave para el ascenso.

El espejo de Neymar

Este año, con el salto a Primera, lejos de arrugarse, se agigantó. Paco López le dio cancha desde el principio y Bryan respondió. Con su doblete ante el Barça, acumula ya cinco goles y una asistencia. Más allá de los números, si por algo ha sorprendido Zaragoza es por su descaro en el desborde, un aspecto del juego cada vez menos común entre los jóvenes, acostumbrados a la táctica y el método en las academias y alejados de la improvisación y el atrevimiento.

Una máxima que no va con un Bryan que creció con los regates de Neymar, uno de sus ídolos. “Mis referentes siempre han sido Leo Messi y Neymar. Ahora, en el que más me fijo y el que más me gusta es Vinicius”, reconocía él mismo en El Chiringuito de Jugones tras el partido. Que ahora aspire a emularlos es cosa de su talento, pero también de la confianza de técnico, Paco López. “Me dice que no puedo estar solo pegado a la línea de banda, debo moverme por todo el campo y realizar trabajo defensivo”, explica, y añade. “Me pide que sea yo, atrevido, con mi descaro y que cuando la coja, uno contra uno”. Y a eso dedica. En lo que va de campeonato, ningún jugador ha ejecutado satisfactoriamente tantos regates (28) como el andaluz. “Está creciendo. Tiene muchísimo talento natural, pero lo más importante es convencerle de que el foco es la mejora. Está poniendo mucho de su parte. Hay que exigirle y cuidarle porque los elogios en exceso debilitan”, sostiene su entrenador Paco López.

Potencia en el primer gol; habilidad en el segundo

Y la noche más mediática de su carrera, Bryan no estaba dispuesto a dejar de hacerlo. Todo lo contrario. Tardó únicamente 17 segundos en exhibir dos de sus cualidades: velocidad y potencia. Recibió un pase en profundidad de Boyé y batió a Ter Stegen con un potente disparo cruzado para anotar su primer gol, el más rápido que recibe el Barça en la historia de LaLiga. La acción fue más que suficiente para que Xavi, Koundé y Christensen se percatasen de la que se les venía encima.

Bryan Zaragoza celebra el segundo
Bryan Zaragoza celebra el segundo gol ante el Barcelona. EFE

Poco más de veinte minutos después, Bryan volvió a hacer diabluras. No quería que se acabase su día. Controló en la banda el pase de Gumbau y, tras pedirle las medidas a Koundé, le hizo un traje. Le ganó en velocidad, se perfiló para el disparo y recortó antes de definir con el exterior, sentando también a Ter Stegen. “Si llego a tirar con la izquierda, me caigo”, bromeaba Zaragoza. “Sabía que tenía que recortar y tirar de otro recurso porque tenía a Koundé muy cerca”, argumentó.

Tras bailar a Koundé, desquiciar al Barcelona y presentarse a nivel mundial, De la Fuente ha decidido reclutarle para la Roja tras la lesión de Yeremi. El puesto del canario lo ocuparán o él o Ansu Fati, llamado a filas también por el seleccionar. Para Bryan, quedarse sería un sueño. “Lo pienso porque la gente lo habla. Trabajo día a día para conseguir ese sueño. Todo futbolista quiere ir a la selección, es un sueño representar a mi país”. La pelota está en el tejado de Luis de la Fuente. Por lo pronto, Bryan ya tiene su semana ideal. Ahora, con el Granada y quién sabe si con España, seguirá haciendo lo que aprendió en la calle: regatear y desbordar. Porque como él dice, juega para eso.

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