El testimonio de un entrenador español en plena guerra de Israel: “Cuando suenan las sirenas, tienes minuto y medio para ir al refugio”

Josep María Berrocal, segundo técnico en el Maccabi Tel Aviv de baloncesto, cuenta a ‘Infobae España’ cómo se vive el conflicto en el país: “Veo a la gente totalmente desolada, triste, en ‘shock’ absoluto”

Guardar
Josep María Berrocal durante su etapa como asistente en el Baskonia (Baskonia)
Josep María Berrocal durante su etapa como asistente en el Baskonia (Baskonia)

“Llama ahora. Estamos tranquilos”. El español Josep María Berrocal (Barcelona, 1970) es el segundo entrenador del Maccabi Tel Aviv de baloncesto desde la pasada temporada. Lleva en Israel poco más de un año, no exento de sobresaltos. “Cuando vine, en verano de 2022, había un conflicto. En ese momento, me planteé ‘¿Qué hago? ¿Vengo o no vengo?’. Le dije a mi mujer ‘mira, si se calma, iremos. Si no, igual no vamos, o voy yo solo’. Por suerte, vinimos y se calmó, no pasó nada”, apunta primero. “Sí que es cierto que en la época en la que jugamos el playoff de la Euroliga contra Mónaco, hubo un conflicto grande. En el cual, por primera vez, sonaron las sirenas de Tel Aviv. A mí me pilló fuera, y mi familia ya lo ha vivido un poco”, añade después. Eso sí, “no en la escalada en la que está ahora”.

La guerra entre los israelíes y la organización palestina Hamás, con la Franja de Gaza en primer plano, ha sobrevenido en un momento especialmente comprometido para Berrocal y los suyos. “Personalmente, están siendo días duros. Yo estaba en Barcelona antes de empezar la Euroliga, porque falleció mi padre y fuimos toda la familia a despedirnos. El miércoles por la noche, pude llegar al primer partido y estar con el equipo. Para conectarme un poco con Israel, porque al final estamos viviendo aquí y no quería desconectar mucho”, cuenta a Infobae España.

Te puede interesar: Así está la clasificación del ‘Mundial de destructores’ de Fórmula 1

Tras ese encuentro europeo, la situación en el país cambió en cuestión de horas. “El viernes es su día de fiesta, el sabbat. Fue un día normal y corriente, vida totalmente normal. Nos fuimos a dormir y a las seis y media de la mañana yo oí algún mensaje. Tenemos esas aplicaciones que te avisan cuando pasa algo. No capté que era esa aplicación del móvil de mi mujer, porque pensaba que era una alarma de los niños o un juego de la tablet. Pero luego vi que empezaron a sonar las sirenas. Yo, curiosamente, estaba durmiendo con mi niña en el Mamad. Es como un refugio, un búnker, que está en todas las casas nuevas. Son unas habitaciones blindadas, metálicas, que están hechas aparte del resto del edificio”, recapitula.

Plantilla del Maccabi Tel Aviv: Berrocal, junto al dorsal 14 (Euroleague)
Plantilla del Maccabi Tel Aviv: Berrocal, junto al dorsal 14 (Euroleague)

Ahí pasará la familia mucho tiempo mientras las cosas no mejoren. “Estaremos durmiendo en el Mamad. Casi no hay cobertura dentro. Es prácticamente nula. Ahora mismo, estamos en el salón, viendo la tele, y si suena la alarma, ahí te cierras. La noche la hemos pasado ahí”, confiesa Berrocal. “Continuamente han lanzado misiles a Israel y también en Tel Aviv. Cuando suenan las sirenas, tienes un minuto y medio para ir al refugio, y se oyen algunas veces los contramisiles que lanza Israel. Los misiles que llegan hasta aquí los interceptan. Estamos seguros, pero es una situación complicada, porque básicamente siento que no es como las otras veces. Yo llevo sólo un año aquí, pero nunca… Ellos intentan normalizarlo, que no es normal para nosotros lo que pasa en el país, pero esta vez, evidentemente, es algo que se les escapa. Veo a la gente totalmente desolada, triste, en shock absoluto por lo que está pasando, porque nadie se esperaba que pudiera pasar esto”, detalla también.

Te puede interesar: Bellingham desvela su ritual antes de cada partido

“Si jugamos, para mí ya será un éxito”

En estos momentos, el principal asistente de Oded Kattash apenas se mueve de casa. “He bajado a comprar al súper aquí abajo, lo tengo justo debajo de casa. Tengo tiempo, si pasa algo, de volver a subir”, reconoce. En esas salidas, puede advertir cómo los ciudadanos locales intentan dar normalidad a una situación que dista mucho de gozar de esa condición. “La gente está en la calle, compra, eran sus fiestas, están poniendo carteles para la celebración que tocaba esta tarde, que la van a hacer igual. Salen a manifestarse en la calle, son auténticamente muy patriotas. Esto no es comparable, creo, a casi ningún país”, describe Berrocal.

“Yo casi estoy más seguro donde estoy ahora. Me inquieta tener que pensar que voy al aeropuerto a coger un vuelo. Aunque dicen que el espacio aéreo es seguro”, se sincera. Con lo ocurrido, está claro que la temporada del Maccabi ha podido dar un giro de 360 grados. “El club está planteando, no sé cuándo, si los extranjeros, en los cuales yo me incluyo, queremos estar fuera del país hasta que se calme la cosa. El partido de Milán se ha cancelado, los entrenamientos se han cancelado. Se está hablando de si la gente quiere quedarse aquí un tiempo. Es normal: los israelitas no quieren marchar; quieren estar con la familia. Yo me siento seguro en Tel Aviv. La idea que se está hablando es si a lo mejor nos marchamos a un país cercano y estamos ahí esperando a que se reúna todo el equipo para luego, posiblemente, ir a jugar a Valencia”, expone el que fuera primer técnico de Estudiantes el curso 2018-2019.

Lorenzo Brown, en la Euroliga con Maccabi (Euroleague)
Lorenzo Brown, en la Euroliga con Maccabi (Euroleague)

En el Maccabi, Berrocal tiene a sus órdenes a Lorenzo Brown, campeón del último Eurobasket con España. “Por la mañana, he mandado un mensaje a todos los jugadores de los que tengo el número de teléfono. Para decirles cómo están. Simplemente, para estar cerca de ellos. Le he mandado un mensaje, como a todos”, afirma el preparador catalán, sin ninguna duda sobre cuáles son sus prioridades: “A mí, el baloncesto, ahora mismo, me importa muy poco. Que todos estemos seguros y ya volverá cuando tenga que volver. Ahora lo importante es que estemos todos bien. Es lo único que me preocupa”.

Te puede interesar: Así es Elisa Aguilar, primera presidenta del baloncesto español

“Si este año se juegan más partidos, que parece que sí, o llegamos a volver a jugar en Tel Aviv, que sería precioso, creo que será el éxito de Maccabi. Lo que venga, vendrá, pero ahora mismo, si jugamos, para mí ya será un éxito. Todo lo otro ya vendrá de más”, completa Berrocal. Sus hijos, de siete años y medio, llevan “muchos días sin colegio”, y los que quedan. “Día a día, veremos lo que pasa. Mi trabajo siempre ha sido así y ahora, en un caso como este, tan extremo, aún más. No sé lo que pasará hoy mismo como para pensar en mañana”, se resigna.

En estos momentos, la incertidumbre es total. “Ahora mismo, si alguien marcha para estar un poco más tranquilo, son los extranjeros, que no hemos crecido o vivido con lo que los locales están acostumbrados. Aunque les ha impresionado y les sorprende mucho lo que está pasando, han crecido con esta problemática. Nosotros no. Es difícil que la entendamos. Creo que no la entienden ni ellos, a veces, de todo lo complejo que hay detrás”, opina. Las conjeturas, qué remedio, están a la orden del día: “Si tenemos que estar un tiempo fuera, es que no quiero ni pensar. A lo mejor, mi familia tiene que volver a Barcelona, o son semanas solo, o esto se alarga mucho, y uno decide, la gente del equipo, qué prefiere. Pues no sé, ir a su casa y dejar el trabajo. Todo esto lo iremos viendo. Lo que nos pida el cuerpo es lo que haremos”.

Daños causados por un cohete lanzado desde la Franja de Gaza en Tel Aviv (AP Foto/Moti Milrod)
Daños causados por un cohete lanzado desde la Franja de Gaza en Tel Aviv (AP Foto/Moti Milrod)

“Yo sólo sé que me han tratado muy bien aquí, que hay muy buena gente cerca de mí, y que quiero, por el bien del país, que se solucione. Porque los dos bandos van a ser muy duros y van a sufrir mucho. Y va a ser muy dramático. O sea: cuanto menos dure, mucho mejor”, sentencia un Berrocal que “para nada” quiere hablar de política. Lo primordial es la paz. El resto, sin excepciones, es secundario.

Guardar