El pueblo español que parece Noruega: está rodeado de los fiordos leoneses

Los fiordos noruegos son uno de los paisajes más espectaculares del mundo. Su patrimonio natural es único gracias a las imponentes formaciones rocosas que lo conforman y que dan lugar a un paraje que quita el aliento. Comandados por la imponente mole rocosa conocida como Preikestolen, o el Púlpito, sus inmensos acantilados dominan toda Noruega, convirtiéndose en uno de sus principales atractivos turísticos. Pero este paisaje no es exclusivo del país nórdico, sino que a lo largo del mundo son muchos los que cuentan con características geografías similares.

Así, en León, se localiza un pueblo de lo más curioso e impresionante, pues se encuentra flanqueado por grandes picos montañosos que le otorgan una instantánea inimaginable. Se trata de Riaño, una localidad rodeada por lo que se conocen como los fiordos leoneses, un apodo que hace honor a su nombre, pero que no termina por competir con Noruega, aunque tienen bastante en común.

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No todo es oro lo que reluce, pues Riaño es la localidad más reciente de León debido a la construcción en 1987 del embalse que lleva su mismo nombre. Esto supuso, además, la inundación de hasta ocho pueblos (Anciles, Salio, Huelde, Éscaro, La Puerta, Burón, Pedrosa del Rey, y Vegacerneja parcialmente) que rodeaban todo el valle, dando lugar a la creación del pueblo nuevo de Riaño. A día de hoy, la villa se incrusta sobre una colina, destacando sobre el resto del paisaje.

La localidad alberga numerosos puntos de interés y monumentos, que algunos han sido traídos incluso de otras localidades que quedaron bajo las aguas del embalse. Uno de ellos es la iglesia de Santa Águeda, que ubicada en la plaza de Cimadevilla, fue llevada piedra a piedra desde Pedrosa del Rey. Destaca por su torre del siglo XVI y su arquitectura del siglo XVII y XVIII.

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A ella se le suma la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, del siglo XIV y perteneciente en su origen a La Puerta. Se trata de uno de los espacios más turísticos de la región no por sus pinturas ni arquitectura, sino porque junto a ella se localiza el bautizado como el ‘el banco más bonito de León’, con vistas a los picos Gilbo, Yordas y Las Pintas.

Otro atractivo es el museo etnográfico, donde se pueden observar piezas que recorren la historia del ser humano desde la prehistoria hasta la segunda mitad del siglo XX. Por su parte, la mencionada plaza es ideal para contemplar ejemplos de arquitectura típica leonesa como son los hórreos. A su vez, alberga también un potro de herrar, un chozo de pastores, un campanil del Concejo y las figuras de una cabra montés y un lobo.

Riaño se sitúa en lo que se conoce como el Parque Regional de la Montaña de Riaño y Mampodre, un impresionante enclave que es ideal para los amantes de la naturaleza. Son multitud las rutas de senderismo que permiten recorrer sus caminos. Una de las más conocidas es el Paseo del Recuerdo, un sencillo sendero de apenas un kilómetro que recorre la orilla del embalse. Parte desde la iglesia de Nuestra Señora del Rosario y permite disfrutar de dos espacios imprescindibles: el Corro de Aluches y el embarcadero de Riaño, donde se realizan las actividades acuáticas en el embalse.

A esta se le suman otros senderos de diversas dificultades que permiten ascender a cumbres como Gilbo o Yordas disfrutando de unas vistas impresionantes de todos los fiordos. Igualmente, desde el pequeño puerto, se pueden hacer paseos en barco de la mano de diferentes empresas que navegan entre los bellos fiordos leoneses. Es una de las actividades más turísticas gracias a la espectacularidad del paisaje, pues se pueden admirar picos de casi 2.000 metros de altitud. Igualmente, los más aventureros pueden divertirse en el agua encima de una moto de agua.

Desde León, el viaje tiene una duración aproximada de 1 hora y 25 minutos por las carreteras N-621/N-625. Por su parte, desde Oviedo el trayecto es de alrededor de 1 hora 55 minutos por la vía AS-117.