Imponente y lleno de historia, así es el castillo de Ampudia, una joya de la arquitectura militar española que resistió el paso del tiempo gracias al empeño y visionario trabajo de Eugenio Fontaneda y de su familia. Fontaneda, fallecido en 1991, dejó un legado de preservación del patrimonio histórico de España en todo su esplendor. Desde su muerte, la fundación que lleva su nombre, ahora dirigida por su viuda María Teresa Alicia Berthet Monet y sus cinco hijos, se dedica a preservar dicha memoria y labor: desde la conservación del castillo hasta la custodia de las valiosas obras que la Colección Eugenio Fontaneda contiene, aseguran la inmortalidad de su fundador.
El castillo, ubicado en la provincia de Palencia, es uno de los mejor conservados en España; sin embargo, no siempre fue así. A finales del siglo XIX, la construcción yacía en ruinas y una de sus torres había colapsado debido a la excavación de bodegas subterráneas para la producción de vino en el entorno. Incluso durante el siglo XX, el castillo quedó completamente despojado de cualquier elemento de madera, con sólo unos pocos restos de vigas cortadas al ras del muro. No fue sino hasta la intervención de Fontaneda que este edificio recuperó, tras una década de trabajo, su antigua gloria.
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Luego de un intrincado proceso de adquisición y consolidación, la etapa principal de restauración del castillo supuso la adquisición y cierre de las bodegas amenazantes hasta la consolidación de los muros afectados. Los esfuerzos no se limitaron a la restauración estructural, sino que también se ocuparon de las cuestiones de estética, tales como la reconstrucción de almenas y la ubicación de las vigas en los alojamientos originales. Al concluir la restauración, Fontaneda instaló en el castillo su colección de arte y antigüedades, otorgándole un valor agregado al edificio que tanto amaba.
Un castillo repleto de historia
El castillo de Ampudia es un testimonio vivo del legado de la Corona de Castilla entre los siglos XV y XVI. En aquellos siglos, su diseño estaba un paso adelantado a su tiempo, con elementos arquitectónicos que permitían la defensa frente a tiros de asalto y facilitaban el uso de armas de fuego para los defensores. Proporcionaba además una vivienda confortable, con una fachada simétrica que albergaba torres en las esquinas, un patio de armas con galerías, y ventanas que servían como miradores.
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El castillo, una vez fortaleza militar, se convirtió en residencia señorial, con ventanales, galerías, salones con chimenea, pavimentos embellecidos y ornamentos heráldicos del siglo XVII. La vilipendiada fortaleza mantuvo su esencia a pesar de los ataques y asedios, convirtiéndose en un palacio gótico de los siglos XV y XVI, un símbolo de la evolución de los castillos señoriales.
La historia del castillo de Ampudia está llena de intrigas y batallas. Entre los episodios más destacados se encuentra la batalla de Ampudia, en 1521, en la que las fuerzas imperiales fueron expulsadas por el ejército comunero. Más tarde, en el siglo XVI, el conde de Salvatierra recuperaría sus dominios y el princesa de Francia, cautiva en España, sería encerrada en el castillo.
Hoy, el castillo de Ampudia no es sólo un edificio magnífico y grandioso, sino un homenaje a la vida de un hombre que dedicó su existencia a salvaguardar, proteger y exaltar el patrimonio histórico español. El legado de Eugenio Fontaneda sigue vivo en cada piedra, en cada obra de arte y en cada rincón de este maravilloso castillo, gracias al incansable trabajo de su familia por mantener su sueño vivo.