Nació en 1956 en Bailén, Jaén. Se dedicó a la psicología y a la educación, motivo por el que fue apodado El Profesor. Gregorio Manzano no se ha dedicado de manera profesional a jugar al fútbol, excepto sus pachangas en el Recreativo de Bailén, del que fue nombrado Presidente de Honor en 2014. El andaluz fue uno de los entrenadores más habituales en los banquillos españoles en la primera década de los 2000. Manzano llegó a la élite desde el fútbol modesto. Su trayectoria como entrenador comenzó en el equipo de su localidad, el Santisteban del Puerto, en 1983. Y de ahí, hacia arriba.
Su buen desempeño despertó rápidamente el interés de varios equipos de la provincia, que empezaron a interesarse por él. Finalmente, saltó a la Tercera División en 1989 de la mano Úbeda C.F. Después pasó por Real Jaén y el C.D. Martos y entonces dio el paso Segunda División B a la que llegó en 1996 con el Talavera C.F. Este movimiento supuso un cambio radical en la vida de Manzano, que echó el resto por su sueño: todos los días, tras completar su jornada en un instituto secundario, cogía un bocata, una botella de agua, se subía a su coche y recorría 760 kilómetros cada día –ida y vuelta– para dirigir a su nuevo equipo. Y tras dos cursos en Talavera llegó por el fin el fútbol profesional: en 1998, el C.D. Toledo llamó a su puerta y Manzano debutaría ya en Segunda División. Fue, sin duda, otro punto clave en su carrera como entrenador.
Te puede interesar: Qué fue de Miguel Ángel Lotina, el entrenador que llevó al Celta a la Champions y que después hizo carrera en Japón
Solo seis meses en Toledo le bastaron para ponerle en el radar de equipos de Primera División y, finalmente, el Real Valladolid le escogió para su banquillo. En julio de 1999, una década después de debutar en Úbeda, Manzano llegaba a la máxima categoría del fútbol español. La apuesta fue un éxito y el andaluz logró la mejor clasificación en los últimos 20 años de la historia del equipo vallisoletano. Después, antes de llegar al RCD Mallorca, club en el que pasó la mayor parte de su carrera, pasó por el Racing de Santander y el Rayo Vallecano.
Con el club balear consiguió su mayor éxito en toda su etapa como entrenador: ser campeón de la Copa del Rey, el único título que ha levantado en toda su trayectoria. Su éxito despierta la atención de uno de los grandes equipos españoles, el Atlético de Madrid, con quien consiguió la clasificación para la UEFA. Tras salir del Vicente Calderón, Manzano regresó a su tierra, Andalucía, para dirigir al Málaga. La experiencia tampoco es buena y solo dura seis meses en el cargo. Y entonces apareció, otra vez, el Mallorca. En febrero de 2006, Manzano regresa a Palma para completar su experiencia más larga como entrenador. El técnico llevó al equipo a la UEFA y se convirtió en el entrenador con más partidos del club.
Tras cuatro temporadas se marcha a Sevilla, con quien también consigue la clasificación para la Europa League. Tras un año en el Pizjuán, otra segunda oportunidad, ésta en el Atlético, donde pasó dos temporadas. Como si de un bucle se tratase, Manzano acabó por tercera en 2013 en el Mallorca, esta vez por solo un curso en el que terminó por ganarse el reconocimiento como mejor técnico del club.
Te puede interesar: Aston Martin tendrá equipo oficial en la WEC y el IMSA: un aliciente para Fernando Alonso
Debut en China y regreso a España
En 2014, el entrenador, ya venido a menos en nuestro fútbol, decide dar un giro radical a su carrera y se marcha a China, convirtiéndose en entrenador del Beijing Guoan, a quien llevó a la segunda posición de la Superliga China, superando récord de puntos y clasificándose para la Liga de Campeones de la AFC como subcampeón.
Tras dos temporadas, se marchó al Shanghái Shenhua. Tras concluir cuarto, que el propio Manzano el que decidió no continuar con su cargo en el equipo al no alcanzar un acuerdo de renovación. Regresó a España en noviembre de 2016 en busca de nuevos retos y solo unos meses después, en abril de 2017, hizo de nuevo las maletas para regresar a China y dirigir esta vez al Guizhou Hengfeng. Su tercera experiencia en el gigante asiático acabó en junio de 2018 y desde entonces no ha vuelto a sentarse a los banquillos. Ahora, a los 67 años y tras cinco sin equipo, resulta imaginarle en otro proyecto. Para el recuerdo queda la trayectoria de un entrenador que dejó huella en la historia del Mallorca.