Cada vez vivimos más condicionados por la presencia de la Inteligencia Artificial. Esta herramienta se ha ido haciendo un hueco con el paso del tiempo en nuestra sociedad y cada vez es más utilizada para todo tipo de cosas. Si bien en la mayoría de casos cuenta con el beneplácito popular y es vista con un gran potencial, también hay quien la considera una amenaza para los intereses de la humanidad, en tanto que puede acabar reemplazando a los humanos en muchas labores y tareas.
Sobre este clima de acuciante preocupación frente a estas figuras ambiguas se presenta The Creator, la nueva película de ciencia ficción de Gareth Edwards, director de Rogue One: Una historia de Star Wars, que acaba de estrenarse en cines y propone una nueva mirada hacia la Inteligencia Artificial. El filme se ambienta de hecho en un futuro en el que la Inteligencia Artificial es perseguida por los Estados Unidos, considerada una amenaza mundial tras ocasionar una bomba en Los Ángeles que mata a más de un millón de personas. Como respuesta a este atentado, Estados Unidos prohíbe la IA, le declara la guerra a esta -no así a los países que la cobijen, como es el caso del continente asiático- y crea un arma de destrucción masiva que se encarga de rastrear a las IA, conocida como NOMAD.
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Joshua (John-David Washngton) es un agente que se encontraba infiltrado dentro de una célula de IA en la que se creía que se encontraba Nirmata, como se conoce al creador de la Inteligencia Artificial que arrasó la ciudad californiana y que amenaza con tomar el control del mundo. Pero tras una intervención del ejército americano, Joshua es descubierto y pierde a su esposa Maya (Gemma Chan), otra humana que colaboraba con el bando de la Inteligencia Artificial y quien se creía era cercana a Nirmata. Empieza desde ese momento una guerra civil entre humanos e Inteligencia Artificial mientras Joshua persigue el rastro que le lleve de vuelta a Maya y, de paso, a la nueva arma que prepara la IA.
(Advertencia, a partir de aquí se vienen spoilers del final de The Creator. Si aún no has visto la película o simplemente no quieres saber cómo termina, deja de leer aquí)
Hacia el final de la película, y tras la revelación por parte de Drew (Sturgill Simpson) sobre el verdadero origen de Alphie (Madeleine Yuna Voyles) -es un simulante, pero nacido a imagen y semejanza del embrión que llevaba Maya-, así como de que el ataque a Los Ángeles fue provocado por un error humano, Joshua se convence de que está en el bando equivocado y que no debe seguir colaborando para acabar con la IA. Esto termina de confirmarse cuando el agente especial decide escoltar a Alphie hasta el templo en el que está Nirmata, que no es otra que Maya.
Sin embargo, al llegar allí junto a Harun (Ken Watanabe), descubrimos que Maya no sobrevivió del todo al ataque sufrido años atrás, sino que quedo en un estado de coma y está conectada a unas máquinas que le mantienen viva, pero que no pueden matarla porque “ninguna inteligencia artificial puede matar a su creador”. Sin embargo, siendo esto así Joshua decide desconectar a Maya tras la petición expresa de Alphie, y aunque la coronel Howell (Allison Janney) intenta intervenir en el último segundo, muere tras una bomba arrojada por Harun, quien huye junto al resto de los soldados IA no sin antes encomendar a Joshua la tarea de subir a Alphie hasta el NOMAD, ya que es el único que puede destruirlo y evitar la masacre que se avecina.
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Saltamos en el tiempo y Joshua ya ha abandonado Nueva Asia, está de vuelta en Estados Unidos y ha sido condecorado como jefe de guerra. Sin embargo, el ejército lo vuelve a reclamar para un último servicio: desconectar a Alphie y así evitar que siga siendo una amenaza para los Estados Unidos. Cuando llega allí y se encuentra con Alphie en la cámara en la que le tienen preso, Joshua empuña un dispositivo PEM -un artefacto nuclear de pulso electromagnético que actúa más rápido, más breve y más fuerte que el golpe de un rayo, siendo invisible y sin ruido aparente- y se dispone a destruir a Alphie, pero en el último momento vemos susurrarle algo antes de que Alphie resulte desconectado. Lo que le ha susurrado, tal y como descubre el ejército con el General Andrews (Ralph Ineson) al frente, es que Alphie en realidad no ha sido desconectado, sino que solo está en modo standby o “dormido”, como dice Joshua.
Atentado en la NOMAD
Josua y Alphie consiguen escapar del convoy militar que se dirigía al “funeral” de Alphie y embarcarse en un avión que se dirige a las nuevas colonias lunares de la Tierra. Aunque consiguen escapar, el ejército localiza el vuelo y manda detenerlo, pero ya es demasiado tarde: Alphie toma el control del avión y corrigen el rumbo hacia la NOMAD, donde todo estaba preparado para enviar los últimos misiles hacia las zonas donde se encuentran los reductos de IA. Alphie y Joshua consiguen infiltrarse en la NOMAD, desconectar el sistema y evitar así que los misiles detonen.
En su paso por las instalaciones, Alphie descubre una cámara llena de simulantes de IA, todos con el mismo modelo, el de Maya. Conscientes de que Joshua extrajo la memoria vital de esta tras desconectarla, Alphie coge uno de los modelos y lo arrastra hasta uno de los campos de cultivo de la NOMAD, donde se reencuentra con Joshua. Pero los dispositivos que ha colocado este último para destruir esa suerte de Estrella de la Muerte comienzan a activarse y ambos tienen que huir. Alphie consigue subirse a una pequeña lanzadera de evacuación, pero Joshua es interceptado por el ejército y no logra escapar, aunque no parece del todo descontento, pues puede obtener el final que deseaba, junto a su esposa, aunque sea en forma de IA.
La NOMAD es destruida y, por tanto, cae con ella la única arma capaz de masacrar a la IA. Alphie consigue llegar con la lanzadera a Nueva Asia y es recibido por el ejército IA como su salvador. La película cierra precisamente con un plano de Alphie sonriente, consciente de que sus acciones han puesto en duda la capacidad del gobierno de Estados Unidos y que el sacrificio de Joshua podría suponer la primera piedra en el camino hacia un futuro en el que humanos e Inteligencias Artificiales puedan convivir en paz y armonía.