España pierde importancia en el comercio global pese al récord de exportaciones: la cuota de mercado de la automoción se reduce

Entre 2001 y 2021 la especialización de las exportaciones españolas aumenta sobre todo en los bienes menos “complejos”, ubicados en el sector agrícola, lo que lleva a España a perder puestos en el ranking de complejidad económica

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Un operario en la cadena de montaje del Opel Meriva en la planta de General Motors en Figueruelas, en una fotografía de archivo. (EFE/Javier Cebollada).
Un operario en la cadena de montaje del Opel Meriva en la planta de General Motors en Figueruelas, en una fotografía de archivo. (EFE/Javier Cebollada).

España vende cada vez más cantidad de bienes al exterior, de hecho, las exportaciones españolas de productos se han más que duplicado en la última década y es el 16º país con mayor volumen de exportaciones. Sin embargo, la mercancía española que se vende fuera de las fronteras nacionales ha ganado muchos competidores en este periodo que la hacen menos exclusiva y “compleja”. Además, los productos en los que resalta la especialización de España en la actualidad no destacan en complejidad.

La presidenta de la Fundación Cotec y exministra de ciencia e innovación, Cristina Garmendia, resumió este dilema durante la presentación del mapa sobre la complejidad económica en España: “no es lo mismo crecer que crecer con la cesta -exportadora- adecuada”. “Es una alegría y un gran mérito colocar productos en mercados altamente competitivos con cada vez mayor volumen e importe, pero cuando medimos la complejidad económica y vemos cuanto conocimiento incorporan estos productos vemos que hay otros países europeos y asiáticos que nos están adelantando”, explicó.

Según el índice ECI de complejidad económica desarrollado por el académico César Hidalgo, también autor del mapa de Cotec, España ha caído del puesto 19 en 2001 en el ranking de complejidad económica al número 35 en 2021. Según explica Hidalgo, la mayor complejidad se alcanza a medida que un país acumula conocimiento y aprende a producir más productos (mayor diversidad) que son producidos por menos países (mayor ubicuidad).

España cae en el ranking no porque haya dejado de producir ciertos bienes, sino porque otros países también los producen y reducen la complejidad relativa del sector. La presencia de sectores más complejos es positiva en términos económicos porque está asociada con mayores márgenes de beneficio y con mayor avance del PIB. Un ejemplo de esto en la actualidad son los paneles de cristal líquido que solo fabrican ocho países en el mundo, entre los que no se encuentra España.

Según el índice de complejidad, los países punteros en 2021 eran Japón, Suiza, Corea del Sur y Alemania. Clasificación que está por ver si se mantiene teniendo en cuenta el impacto de la crisis energética en esta última desde que comenzó la guerra en Ucrania en 2022. Aunque la posición de España no se encuentra entre los primeros puestos, sigue ocupando un lugar elevado en el ranking, que compara un total de 131 países.

La exportación de productos agrícolas españoles gana peso

Según los datos recogidos en el Observatorio de la Complejidad Económica (OEC), España poseía en 2001 el 30,9% de la cuota de mercado de la cerámica vidriada y era uno de los países del mundo más especializado en su producción. Veinte años después, la cuota de mercado de la cerámica vidriada española ha descendido hasta el 6,64% porque otros países han igualado la especialización y compiten con menores costes productivos, los salarios entre ellos. Cabe destacar que en 2021 la cerámica sin esmaltar ha ganado cuota de mercado, aunque no alcanza la que tenía la cerámica vidriada.

Algo parecido ocurre con el sector del motor, aunque en menor medida. El automóvil es el producto más exportado en la historia reciente de España y así lo sigue siendo con datos de 2021, ya que supone el 9,2% del importe total de las exportaciones de bienes españolas. Sin embargo, este y otros productos de la misma rama han perdido cuota de mercado en las dos últimas décadas por la entrada en el mercado de países como Tailandia, China y Eslovaquia, que incluso han restado protagonismo a los líderes de este producto: Alemania y Japón.

Los coches han pasado de tener una cuota en el comercio global del 5,2% en 2001 al 4,8% en 2021; los camiones de reparto tenían el 5,1% de la cuota al inicio del siglo y ahora tienen el 3,9%. La pérdida de protagonismo también se percibe en el resto de vehículos a motor, piezas y accesorios, donde las exportaciones españolas pasan de suponer el 4,31% del valor comercial global al 2,7%.

En contraste, el sector en el que destacó España por especialización en 2021 fue el agrícola y el ganadero, con el aceite de oliva a la cabeza. El oro líquido ha ganado cuota de mercado con fuerza, pasando del 21,9% en 2001 al 45,2% en 2021. Lo mismo ha sucedido con el aceite de oliva puro. España también lidera o se sitúa en puestos muy elevados en el comercio internacional de pizarra trabajada (52,4%), corcho descorchado (47%), lechuga (31,5%), pepinos (27,6%), cítricos (24,6%), melones (24,3%) y grasa animal (24%).

La especialización en el sector agrícola y ganadero se extiende por una gran parte de las provincias, que tienen muy complicado comenzar a producir bienes más complejos porque encajan peor con su ecosistema sectorial. Según Hidalgo, para que estas provincias avancen en complejidad económica hay dos posibilidades: producir bienes y servicios de alta complejidad, aunque no sean afines al resto de su estructura productiva, o desarrollar productos solo un poco más complejos que sí sean más afines. La segunda opción tiene mayor probabilidad de éxito, mientras que la primera implica más riesgo, pero es más estratégica.

Precisamente en esas inversiones estratégicas buscan incidir los fondos del Plan de Recuperación, que si bien están impulsando ya notablemente la inversión en construcciones y maquinaria, todavía se encuentran en una fase temprana de ejecución.

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