Las anécdotas del último Mundial que organizó España: del jeque que bajó al césped a anular los goles a la polémica del sorteo

Aquella competición dejó anécdotas que aun a día de hoy todavía se siguen recordando y que perdurarán en la historia

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Dic 18, 2022
Foto de archivo ilustrativa de la Copa del mundo de la FIFA
REUTERS/Hannah Mckay/File Photo
Dic 18, 2022 Foto de archivo ilustrativa de la Copa del mundo de la FIFA REUTERS/Hannah Mckay/File Photo

España albergará la Copa del Mundo de 2030 junto a Portugal y Marruecos y cuyos partidos inaugurales se celebrarán en Argentina, Paraguay y Uruguay para conmemorar los 100 años del primer Mundial disputado justamente en Uruguay. Sin embargo, esta no es la primera vez que España acoge una cita mundialista en su territorio. En 1982, con naranjito como mascota del torneo, fue la primera y única vez que se ha celebrado en la península. Eso sí, aquella competición dejó anécdotas que aun a día de hoy todavía se siguen recordando y que perdurarán en la historia: del jeque que bajó al césped a anular los goles a la polémica del sorteo.

El resurgir de Rossi y la forza italiana

El Mundial de 1982 fue la copa de los italianos. Llegaron a la competición rodeados de polémica debido a la corrupción que azotó al combinado, pero esto no impidió que la Azzurra brillara. En las primeras fases del torneo no estuvieron especialmente acertados de cara a gol, pero consiguió imponerse en el marcador a grandes selecciones: como Polonia, Perú, Camerún, Argentina y Brasil. En la semifinal se impuso de nuevo a Polonia y en la gran final a Alemania. Italia hacía historia elevando la Copa del Mundo al cielo de España y al revivir a una de sus grandes estrellas: Rossi.

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Enzo Bearzot fue el encargado de elaborar la lista de convocados y entre esos 22 llamó a un futbolista inesperado: Paolo Rossi, quien hasta ese momento llevaba dos año inactivo. Más de uno se echó encima del técnico por esta decisión, pero Pablito, como muchos le llamaban, cayó con su juego la boca de todos aquellos escépticos, y se convirtió en el pichichi del torneo.

El jeque que bajó al césped a anular un gol

Francia y Kuwait se jugaban pasar a cuartos de final en el estadio Zorrilla. Los galos habían conseguido encarrilar el partido por un 3-1 en el marcador y entonces, a falta de 10 minutos para final del encuentro, Alain Giresse marcó el cuarto tanto, pero ese no llevó a subir al marcador. Después de que balón pasara la línea de gol, un silbato procedente de las gradas comenzó a sonar, se trataba del jeque Fahad Al Ahmad Al Sabah, quien no dejaba de protestar haciendo gestos para que los kuwaitíes abandonaran el terreno de juego. AL no entenderle, este decidió bajar al césped para instar al árbitro a que anulara el gol y, para sorpresa de todos, le hizo caso y gol no llegó a subir al marcador.

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Dos mascotas y un tango

El Mundial de España 82 estuvo marcado por los símbolos. Y es que, ¿quién no recuerda al famoso Naranjito? Ese cítrico conquisto el corazón de millones de aficionados al deportes. Lo que pocos saben es que hubo una segunda mascota, aportada por la FIFA que se llamaba Sport Billy, la cual representaba el juego limpio y que quedó eclipsada por la fruta. Tal fue el éxito de Naranjito que incluso protagonizó una serie de televisión con su novia Clementina y su amigo Citronio.

Otros de los elementos clave de este torneo fue el balón, imprescindible para poder disputar la Copa del Mundo y que, además, fue denominado Tango España. Entre sus características destacaban las costuras impermeables que evitaban que se absorbiera el agua del césped. Además, el cartel del Mundial corrió a cargo nada más y nada menos que de Joan Miró.

Camerún, invictos pero a casa

Camerún es hoy la selección africana con más presencia en los mundial, pero en el 82 no lo era. De hecho, a penas había tenía participación en torneos de este calado. Nadie tenía esperanzas en ese combinado, y, sin embargo, dio la sorpresa. Los cameruneses cosecharon dos empates seguidos en sus dos primeros partidos en la fase de grupos, dos encuentro que incluso pudieron ganar. Ni siquiera Italia, que posteriormente se convertiría en campeona, pudieron pasar de las tablas. Pero, el destino o la mala suerte, dio el billete a la segunda fase a la Azzurra gracias a dos goles. Los leones indomables dijeron adiós al Mundial sin haber perdido un solo encuentro. Llegaron como novatos y se fueron convertidos en rookies.

Un partido vergonzoso

Alemania y Austria disputaron un partido de fase de grupo donde se vio de todo menos fútbol. Del resultado de ese partido dependía el pase a la siguiente ronda de Argelia, una selección que se estrenaba en la cita mundialista y que había cosechado una actuación satisfactoria en sus primeros encuentros. Sin embargo, ni los alemanes ni los austríacos estaban por la labor de dar una buena tarde de fútbol a los aficionados allí presentes, lo que enfadó y mucho a los espectadores, quienes trataron de asaltar el campo sin éxito. Cuando concluyó el partido, los hinchas esperaron al conjunto alemán en el hotel para lanzarles huevos y otros proyectiles. Los jugadores, lejos de quedarse quietos, respondieron a los misiles lanzando globos de “agua” a la calle.

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Una chapuza de sorteo

España, como buena anfitriona, debía llevar a cabo el sorteo del Mundial en el que se elegirían las selecciones que iban a componer cada uno de los grupos. Un momento de suma importancia para el deporte que fue retransmitido en directo a más de 50 países con más de 500 millones de espectadores. Una ocasión que España no estaba dispuesta a perder y quiso alardear de moderna, lo que al final acabó saliéndole caro. Utilizó los bombos que se usan en la Lotería de Navidad y los niños de San Idelfonso para ir cantando las selecciones.

El problema llegó antes de empezar a extraer las bolas, con la elección de la sexta cabeza de serie. Las cinco primera estaban ya elegidas: Italia, Alemania, Brasil, Argentina y España. La siguiente, que debía ser Bélgica, acabó siendo Inglaterra, debido a que había ganado un Mundial, pero en 1966. Aunque este no fue el único error que se cometió, también se cambiaron al introducir la bolas en el bombo, e incluso algunas se partieron por la mitad o se atascaron. Todo un esperpento que a día de hoy se sigue recordando.

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