Cuando pite el inicio del partido inaugural del Mundial de Fútbol 2030 habrá transcurrido casi medio siglo de la anterior Copa del Mundo celebrada en España. Las cosas del fútbol, de ese que se juega en los despachos de los dirigentes de este deporte, hará que el primer encuentro del campeonato se celebre a 10.000 kilómetros del territorio nacional, en Sudamérica, como homenaje al centenario del primer Mundial, llevado a cabo en Uruguay, y en una especie de premio consuelo para la candidatura -conformada además del país charrúa, por Argentina y Paraguay- que, según ha trascendido este miércoles a falta de confirmación oficial, ha sido derrotada por la propuesta de España, Portugal y Marruecos.
Para el certamen de 1982, la organización puso a disposición de las 24 selecciones participantes un total de 17 estadios, repartidos por todos los rincones del país. En la actualidad, sólo permanecen en pie 14 de estos templos futbolísticos, mientras que otros tres tan sólo se conservan en la memoria y corazones de los aficionados de sus respectivos equipos. Entre estos últimos, el primero en desaparecer fue el antiguo recinto del Real Club Deportivo Español, que antes de mudarse al Cornellá jugaba sus partidos en el estadio ubicado en Sarriá, barrio de Barcelona del que tomaba su nombre. El Estadio Sarriá fue demolido en 1997, después de 74 años siendo la casa del Español.
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Seis años más tarde, le llegaría la hora al Carlos Tartiere, el estadio del Real Oviedo, el equipo de la capital del Principado de Asturias. A día de hoy, en el terreno donde solían jugar los carbayones se erige el Palacio de Congresos de la ciudad, diseñado por el renombrado arquitecto español Santiago Calatrava. Finalmente, el último en convertirse en polvo fue el Vicente Calderón, la antigua casa del Atlético de Madrid a orillas del río Manzanares. A pesar de que el Atleti lleva siete temporadas jugando en el Metropolitano, cada nuevo partido sus aficionados recuerdan a su mítico estadio, aquel al que acudían a millares los que gustan del fútbol de emoción.
Recintos aún en pie
Si bien el San Mamés que albergó Grupo D del Mundial ‘82 se derribó hace exactamente una década, en 2013, no podemos considerarlo por perdido dado que exactamente en el mismo lugar se construyó el nuevo estadio homónimo, donde el Athletic Club sigue haciendo vibrar a todos los bilbaínos. El que sí se conserva tal como estaba a principios de la década del ‘80 es el Mestalla, aunque el estadio del Valencia FC por entonces llevaba el nombre de Luis Casanova, histórico presidente del club. En 1994, el propio Casanova solicitó que se bautizara nuevamente al recinto con su nombre original.
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Los estadios de la provincia de Alicante también continúan acogiendo los partidos como local de sus respectivas formaciones, aunque estas no atraviesan su mejor momento deportivo. El Elche Club de Fútbol, cuya sede es el Estadio Martínez Valero, compite en la Segunda División tras perder la categoría la pasada temporada; mientras que el Hércules C.F. reúnes a sus hinchas en el José Rico Pérez para que lo vean enfrentarse a otros equipos de la 2º RFEF. Algo similar vive, desde hace diez años, La Romareda, ya que el Real Zaragoza está abonado a la segunda categoría del fútbol español desde 2013.
Los estadios de Andalucía y Galicia
Otra suerte corren los clubes sevillanos, el Real Betis y el Sevilla F.C., que cada vez que juegan colman los estadios Benito Villamarín y Ramón Sánchez Pizjuán, respectivamente, que en los últimos años no solo acogen partidos de LaLiga sino también otros de competiciones europeas a las que lo tienen acostumbrados sus equipos. Por otro lado, las gradas de Balaídos han vivido las últimas temporadas a pura emoción y nervios ante la constante amenaza del descenso a la que ha estado sometido el Celta de Vigo en los últimos años.
Peor suerte corre el otro gran estadio de Galicia, el Riazor, que ha tenido que ser testigo mudo de la estrepitosa caída de su equipo que pasó de jugar en la Primera División, en 2018, ha estar disputando en la actualidad en la 1º RFEF, la tercera categoría del fútbol local. Prácticamente la misma situación ha presenciado La Rosaleda ya que el Málaga C.F también dejó de formar parte de la élite de los equipos de la primera categoría en 2018 y hoy también, para disgusto de los malagueños, compite de la 1º RFEF. Por su parte, los estadios El Molinón, del Real Sporting de Gijón, y José Zorrilla, del Real Valladolid, acogen los partidos de Segunda División de sus respectivos equipos cada nueva fecha del campeonato.
Finalmente, los coliseos de los dos grandes rivales del fútbol español, el Santiago Bernabéu y el Camp Nou, tienen un presente similar dado los proyectos para su renovación y modernización. En el caso del Real Madrid, su casa atraviesa la etapa final de una titánica remodelación que obligó a los blancos a jugar en Valdebebas durante casi dos temporadas completas. En cambio, el Blaugrana ha comenzado este campeonato como local en el Estadio Olímpico Lluís Companys ante el reciente inicio de las obras que le darán un nuevo aspecto al Camp Nou. Dos estadios, los más grandes de España, listos para acoger nuevamente una Copa del Mundo.