Premio Nobel de Literatura: ¿por qué hubo cierto rechazo al galardón de 2022 entregado a Annie Ernaux?

La Academia Sueca entrega, desde 1901, la distinción a lo mejor de la literatura. A la espera de escuchar quién recibirá el premio este año, recordamos por qué la escritora francesa lidió con cierto repudio después de obtener la prestigiosa condecoración

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Annie Ernaux recoge su Premio
Annie Ernaux recoge su Premio Nobel de Literatura (Reuters)

“El reconocimiento de mi obra por la Academia sueca es una señal de esperanza para todas las escritoras”, declaró Annie Ernaux tras haber sido distinguida con el Premio Nobel de Literatura de 2022. “La agudeza clínica con la cual descubre las raíces, los distanciamientos y las presiones colectivas de la memoria personal” fue, para el jurado, determinante para otorgarle el galardón a la escritora francesa, conocida por su crudeza a la hora de abordar (y expresar) la totalidad de la experiencia humana.

“Escribiendo en un país democrático, sigo preguntándome, sin embargo, por el lugar que ocupan las mujeres en el ámbito literario. Su legitimidad para producir obras aún no está ganada. Hay hombres en el mundo, incluso en los círculos intelectuales occidentales, para quienes los libros escritos por mujeres simplemente no existen, nunca los citan”, declaró Ernaux en su discurso tras recibir el premio. La escritora cuestiona el peldaño que ocupan las mujeres en el gremio literario, relegadas a una lectura que durante décadas se ha considerado ajena a los grandes galardones o a las estanterías más reputadas.

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Su feminismo imperante, su verdad, su honestidad y la forma en la que su cronología vital conforma una declaración universal de sentimientos la convierten en una de las escritoras más importantes del presente (y del futuro). El galardón liquidó la idea de que el relato personal de una mujer (sus experiencias, vivencias y pasiones) no era importante. Que la prosa en primera persona no estaba a la altura de la novela.

“De mis antepasados, hombres y mujeres esforzados en tareas que les hicieron morir pronto, recibí la fuerza y la rabia suficientes para tener el deseo y la ambición de hacerle un sitio en la literatura, en ese conjunto de voces múltiples que, muy pronto, me acompañaron permitiéndome el acceso a otros mundos y a otros pensamientos, incluido el de rebelarme contra ella y querer modificarla. Para inscribir mi voz de mujer y de tránsfuga social en lo que se presenta siempre como un lugar de emancipación, la literatura”, declaró tras recibir el Nobel.

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La escritora francesa ha cultivado
La escritora francesa ha cultivado una obra admirable alrededor de la historia de su propia vida (Foto: La Línea de Fuego)

La noticia del galardón recibió rechazo de las esferas académicas de su Francia natal, pues consideraban que las experiencias literarias de Ernaux (su aborto clandestino relatado en El acontecimiento, su pulsión sexual en Pura pasión, la búsqueda de uno mismo tras el desamor en Perderse o el peso de la familia y la clase social en El lugar o La vergüenza) no eran dignas de un Nobel de Literatura (el premio más prestigioso).

Sus opiniones políticas (una mujer de izquierdas y feminista) y el contenido de sus obras son gasolina para una élite literaria (y machista) acostumbrada a obras de escritores que se alejan de la experiencia femenina (que descartan y casi rechazan como si la mujer no fuese un miembro activo de la sociedad). “Desde hace décadas, Ernaux se distingue por sus posiciones de extrema izquierda y, sobre todo, por su militantismo anti-Israel”, declaró The Israel Times tras el Nobel de 2022.

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“Yo no llamo a eso literatura. Lo llamo ocuparse de la olla a presión”, declaró Abnousse Shalmani, periodista francesa del canal TF1. “Pasé años tratando de entusiasmarme con sus libros, porque me parecía que se trataba de la fotografía de una época que ella misma atravesó. Nunca me consolaré de que Philippe Roth no haya recibido el Nobel o que se lo hayan dado a Bob Dylan. Y que, este año, el comité del Nobel haya dado pruebas de una absoluta cobardía otorgándoselo a Annie Ernaux y no a Salman Rushdie me hace sentir todavía más enferma”, continuó en un programa que se emitió en prime time. La cercanía de Ernaux al partido de Jean-Luc Melénchon tampoco fue bien recibida por Shalmani y por muchos de los franceses que no simpatizan con las ideas políticas y sociales de la escritora.

El Nobel entrega, desde 1901, la distinción a lo más importante de la medicina, la química, la física, la economía, la paz y la literatura. En el caso de este último, parece haberse establecido una especie de alternancia entre mujeres y hombres en las ediciones previas, así como entre occidentales y otras latitudes históricamente discriminadas, como es el caso de los países africanos. Teniendo en cuenta esa hipótesis, después del Nobel de Ernaux le tocaría a un escritor de algún país no europeo. Haruki Murakami y Salman Rushdie lideran las apuestas.

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