El presidente del Gobierno en funciones y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, será por primera vez el protagonista de todas las negociaciones formales para su investidura, asumiendo en primera persona encuentros poco cómodos para los socialistas con los representantes parlamentarios de Junts, ERC y EH Bildu. Sí se reunirá con los líderes de Sumar, Yolanda Díaz, y quiere hacerlo también con el del PP, Alberto Núñez Feijóo, aunque en este caso es para pedirle el desbloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), cuyo mandato lleva casi cinco años caducado.
La decisión de reunirse con los portavoces de los grupos independentistas, además de otras fuerzas políticas (PNV, BNG y Coalición Canaria, a excepción de Vox) le eximirá de tener que mantener encuentros (a buen seguro polémicos) con los líderes de estos partidos, es decir, con Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y Arnaldo Otegi, respectivamente.
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No obstante, este paso llama la atención porque en años anteriores, Sánchez solo apostó por reunirse con los líderes de los principales partidos de aquel entonces. Tras los procesos electorales de abril y noviembre de 2019, se reunió con Pablo Casado (PP), Albert Rivera e Inés Arrimadas (Cs) y Pablo Iglesias (Unidas Podemos). Fue Adriana Lastra, la entonces portavoz del Congreso, la encargada de escenificar los contactos con los representantes de ERC y EH Bildu en la Cámara Baja (además del resto de formaciones minoritarias), cuyos votos fueron necesarios para que prosperara la investidura de Sánchez en 2020.
La presidenta del Congreso, Francina Armengol, comunicó este martes la decisión de Felipe VI de proponer a Pedro Sánchez como nuevo candidato para intentar formar gobierno, pero no desveló la fecha de la próxima investidura hasta que no lo acuerde con el propio candidato y las negociaciones “estén maduras”, aunque advirtió de que la fecha máxima es el 27 de noviembre.
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En su comparecencia, Pedro Sánchez evitó dar una fecha aproximada por tratarse de una negociación “compleja”. Y es que, para que la investidura prospere, los socialistas deberán aunar los votos de fuerzas políticas con representación parlamentaria muy dispares. En concreto, la idea es reeditar la mayoría plurinacional (PSOE, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG) que eligió a la socialista Francina Armengol presidenta del Congreso y que avaló el uso de las lenguas cooficiales en la Cámara Baja.
Los votos de esas siete fuerzas políticas suman 178 diputados, rebasando la mayoría absoluta. En esta ecuación de votos, el PSOE también tratará de atraer el de la diputada de Coalición Canaria, Cristina Valido, quien mostró su predisposición a sentarse a negociar con los de Pedro Sánchez. Con su voto afirmativo ya no sería necesario el sí de Junts, pero sí su abstención. Por tanto, los socialistas asumen que la reedición de un gobierno de coalición pasa por un acuerdo con los de Puigdemont.
En aras de lograr su apoyo, además del de ERC, el PSOE sigue dando pasos hacia la amnistía de los encausados por el procés catalán. En su comparecencia de este martes desde la Moncloa, el presidente en funciones allanó un poco más el camino, aunque siguió sin mencionar el elefante en la habitación. “Los españoles tienen que tener las garantías de que, pese a que lógicamente las conversaciones tienen que ser discretas, los acuerdos serán transparentes y conocidos. Tanto es así que tienen que ser refrendados por el poder legislativo y seguro, porque ha ocurrido en la pasada legislatura, que hasta el Tribunal Constitucional se tendrá que pronunciar”.
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Sánchez quiso dejar claro que el resultado de las elecciones del 23 de julio refleja que “no se puede aspirar a gobernar el país si no se reconoce la pluralidad política del Parlamento ni la diversidad territorial”, en referencia a la derecha, pero también lanzó un mensaje a sus potenciales socios en la Cámara Baja: “Es el momento de la política, la generosidad y el liderazgo. Empezamos hoy y no puedo garantizar una fecha, pero vamos a trabajar en serio”.
Sin plazos para la investidura con el 27 de noviembre como fecha tope
Fuentes de la parte socialista del Gobierno evitan poner plazos a la investidura. Los de Pedro Sánchez quieren que sea “cuanto antes, pero no está en nuestra mano”. En cuanto a un acuerdo, estas voces señalan que todavía no está armado, por lo que “hay que trabajar en estas próximas semanas de manera intensa”. Sobre las exigencia de un referéndum de autodeterminación, desde Moncloa señalan que siguen siendo “posiciones de máximos”.
El propio Sánchez lo volvió a afear este martes: “Lo he dicho siempre. Y no solo porque no lo contempla la Constitución, sino porque es contrario a lo que he defendido siempre con mi palabra y con mi acción. Lo que quieren los catalanes es pasar página y provocar un reencuentro entre los catalanes y con el conjunto de la sociedad española”, aseveró.
Si bien, fuentes del partido mayoritario del Ejecutivo muy próximas a la negociación confían en que los partidos independentistas rebajen sus exigencias a lo largo de estos días y recuerdan la necesidad de que, especialmente los de Puigdemont, “giren su transatlántico”, en relación al gran viraje que supondría un sí a Sánchez (Junts votó siempre en contra en la pasada legislatura y ahora serían necesarios para cada iniciativa).
Por lo pronto, Sánchez se reunirá este miércoles en el Congreso a las 10 horas con Yolanda Díaz, con quien pretende volver a formar un gobierno de coalición progresista. El secretario general del PSOE defendió que su proyecto de país es “ambicioso y comprometido con la mayoría social”, y esbozó algunos de los retos pendientes de abordar, como el problema de la vivienda o la emergencia climática, en claro guiño a las peticiones de Sumar de “avanzar en derechos” y no “conformarse” con solo consolidarlos.
Asimismo, mostró su deseo de que la eventual coalición entre PSOE y Sumar mejore su “eficacia” gracias a las lecciones que deben extraer del funcionamiento del actual Gobierno de coalición, ahora en funciones con Unidas Podemos como socio minoritario.
El líder del Ejecutivo, que estará este jueves y viernes en Granada para asistir al encuentro de la Comunidad Política Europea y la reunión informal de los jefes de Estado o de Gobierno de la UE (los dos grandes hitos de la Presidencia española de la Unión Europea), continuará la próxima semana la ronda de contactos con el resto de fuerzas con representación en la Cámara Baja, a excepción de Vox.
“Voy a escuchar a los grupos y a partir de ahí el PSOE se posicionará”, prometió Sánchez en relación a las exigencias de los partidos nacionalistas e independentistas. Por delante, el secretario general del PSOE volverá a encarar un nuevo capítulo de su Manual de resistencia que le permita mantenerse en la Moncloa.