Feijóo acusa a Armengol de pactar con Moncloa la fecha de su investidura y de presidir el Congreso como una militante socialista

El líder del Partido Popular ha ofrecido su primera entrevista después de que Pedro Sánchez haya recibido el encargo del rey Felipe VI para someterse a una nueva investidura. Lo ha hecho en Onda Cero con Carlos Alsina, a quien le ha desvelado, a un mes vista, que en sus conversaciones con Francina Armengol para fijar la fecha de su investidura, él le pidió sólo 8 días antes de convocar el pleno, pero ella le dijo que había hablado con La Moncloa y tenía que ser el 26 y 27 de septiembre. Feijóo lo aceptó como “un diputado disciplinado”, ha afirmado.

En esa conversación, según su versión, el Gobierno le habría expuesto la agenda internacional del presidente en funciones y que, de haber una repetición electoral, era mejor cuadrar los tiempos para fijar la investidura el 14 de enero. “Sí, a mí me dijo que había hablado con La Moncloa”, ha reiterado ante la sorpresa del entrevistador.

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Con esta tesis, se ha quejado de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le haya acusado de perder el tiempo con atribuciones como “el mes de la marmota de Feijóo”. Y ha lamentado que, ahora que es el turno de la investidura del líder socialista, Armengol parezca una “militante” por no darle un plazo que a él le había dado en 24 horas, por lo que exige que hoy mismo anuncie la fecha de Sánchez. Pese no haberla, cabe recordar que el límite para que se celebre ya se estableció el 27 de noviembre, porque el reglamento activó la cuenta atrás de dos meses tras la primera investidura de Feijóo.

Feijóo también ha afeado que Sánchez presentase ante el rey Felipe VI su candidatura con un apoyo de 121 diputados de su grupo, “menos de los que llevó la primera vez que fue”, mientras que él se presentó con 172.

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Fuentes de Presidencia del Congreso recuerdan que en las conversaciones entre Feijóo y Armengol hubo varias fechas encima de la mesa, con conversaciones orales e intercambio de documentos. En uno de ellos, el entonces candidato pidió hasta 46 días, porque el objetivo era evitar que las elecciones no se celebrasen en Navidad.

En otro orden de cosas, el líder del PP ha echado la vista atrás y ha reconocido que los pactos con Vox en varios gobiernos autonómicos influyeron negativamente en la campaña electoral del PSOE. En su opinón, si Vox no se presentase a las elecciones, su partido hubiese superado los 190 escaños y si no hubiesen tenido que pactar con ellos tras las autonómicas, hubiesen logrado la mayoría absoluta. “El objetivo de Sánchez no es que no gobierne Vox, sino que no gobierne el PP. Vox es un salvavidas”, ha opinado el líder del PP, que rechaza que el PSOE le “impute” los acuerdos con Vox después de haberle ofrecido a Sánchez un pacto para que gobierne la lista más votada.

Ha reconocido que cerró los gobiernos de coalición con Vox en la Comunidad Valenciana y Extremadura porque la otra opción era una repetición electoral al haber un “plazo concreto”, tal y como ocurre ahora con la investidura de Sánchez. “Antes de repetir las elecciones hicimos un pacto de estabilidad, ese ha sido todo nuestro pecado”, ha señalado.

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“Yo no quiero pactar con Vox, pero es evidente que, antes que repetir elecciones en Valencia y Extremadura, pensamos que era mejor asumir el desgaste y darles un gobierno estable, ¿eso nos ha podido costar 10 diputados y la mayoría absoluta? Probablemente”, ha valorado.

Ha asegurado que ese desgaste responde a una estrategia acertada de Sánchez de convocar elecciones a las 12 horas de perder en las del 28 de mayo con el fin, por un lado, de que su partido tuviese que pactar con Vox y eso movilizase al electorado de izquierdas y, por otro, de no tener que rendir cuentas con el Comité Federal del PSOE. También se ha defendido ante las similitudes entre los pactos de Sánchez con los independentistas y los nacionalistas para evitar unas elecciones y los suyos con Vox en varias autonomías: “El problema es si el argumento coincide con la verdad o con la mentira”, ha espetado.

Y así ha seguido desvelando sin remilgos sus impresiones sobre Vox, haciendo hincapié en que no quería gobernar con ellos, lo que se demuestra, a su juicio, con su historia política y personal: “Yo conseguí que Vox no tenga diputados en el Parlamento gallego”, ha recordado el líder del PP, que también ha destacado que el primer acuerdo con el que ha llegado con la extrema derecha es que no forme parte de su eventual gobierno, obviando los acuerdos en varias autonomías y en más de un centenar de ayuntamientos. “Era mi compromiso, pero si necesito a Vox para llegar a la Presidencia, intentaré obtener los votos de Vox”, se ha justificado.

También ha insistido en que él ha rechazado los apoyos de los independentistas, con los que asegura que podría ser presidente del Gobierno, pero, ya más avanzada la entrevista, también ha reconocido que sin los 33 diputados de Vox no se hubiese podido presentar a la investidura y no hubiese podido ser presidente del Gobierno. Ante la contradicción, Feijóo ha bromeado diciendo que si “ensayase”, igual podría tener la misma capacidad de mentir que Sánchez, por lo que podría pactar con Vox para que le apoyase y luego llevar a la Cámara la ley de amnistía. Una broma que ha generado un largo silencio radiofónico.